Entrevistas: Freddy Deeb

Anónimo | 03/07/07

El ganador del H.O.R.S.E. de $50.000 de las World Series of Poker 2007 no necesitaba esta victoria para ser reconocido como un gran profesional del póquer.

Pero quizás sí sea una revancha que la vida le dio luego de haber tenido que recurrir al póquer y las apuestas para sobrevivir cuando en 1975 -apenas llegado a Estados Unidos- estalló la guerra civil en su Líbano natal, y perdió todo contacto con su familia. Debido a eso, Freedy Deeb también perdió el sustento de su carrera universitaria, y pasó varios años de incertidumbre.

Cuéntanos cómo llegaste al póquer

Vine a Estados Unidos en 1975 para asistir a la universidad, con una visa de estudiante. Pero menos de un año después, comenzó la guerra en El Líbano. Todo se puso muy difícil; el negocio de mis padres se vio afectado; y también era muy difícil ponerme en contacto con ellos. Entonces comencé a quedarme sin dinero; y como tenía visa de estudiante, no podía conseguir trabajo.

¿Tampoco podías regresar a El Líbano?

Podía ir a Inmigración y ellos me deportarían, pero no quise hacerlo porque mi país estaba en guerra y no quería verme involucrado. Así que, mientras concurría a la universidad, iba los fines de semana a una pequeña ciudad llamada Wendover, en la frontera entre Utah y Nevada. Allí había un par de casinos donde jugaba al blackjack y al póquer para ganar algo de dinero.

¿Cuándo te convertiste en un profesional del póquer?

Nunca me consideré un profesional. Pero meditando sobre ello se puede decir que lo soy desde que comencé a jugar, dado que era mi forma de ganarme la vida. Quizá a partir de 1980 comencé a tomarlo más en serio y corregí algunos errores.

Siempre me sentí cómodo con el póquer, y nunca busqué otra cosa para hacer. Cuando comencé era jóven y no me atraía la idea de levantarme temprano e ir a un trabajo. Así que convertí al póquer en mi empleo. Podía ir a trabajar cuando lo deseaba, y mis ganancias eran buenas.

¿Cuáles fueron esos errores iniciales?

Ceder a la tentación de los otros juegos de casino, como los dados o el baccarat. Iba a los casinos a ganarme el dinero para cubrir mis gastos, pero en esos juegos yo no llevaba el control, cosa que sí ocurre en el póquer. Perdí mucho dinero que había ganado con esfuerzo en el póquer. El blackjack tampoco me gusta, por el mismo motivo.

¿Cuál fue la opinión de tu familia cuando supo de qué vivías?

Se lo oculté por mucho tiempo; simplemente para evitarme el tener que explicarles algo que no es sencillo de explicar, y menos a gente que nunca había escuchado sobre ello. Si los estadounidenses no pueden aceptar que ser profesional del póquer es una ocupación real y honesta ¿cómo lo aprobarían en Oriente Medio?

Me hubieran dicho "Mentira, tú debes estar vendiendo drogas o algo de eso." Sencillamente no lo entenderían. Ahora, gracias a la televisión, pueden creerlo; pero antes no podía ir y decirles "No he tenido otro trabajo en años. Tengo esta casa, este auto, y ayer perdí $15.000 en el casino." Simplemente no cabría en su imaginación.

¿Cómo lo supieron, entonces?

En 1986 comencé a hacer buen dinero. Antes cubría mis gastos, tenía un coche, un buen lugar donde vivir, ayudaba a mis padres en lo que podía. Pero en 1986 el póquer se legalizó en California, y comenzó el boom dentro del país. Había tanta gente jugando que uno no imaginaba de dónde habían salido. Para los que nos dedicábamos al póquer fue una época espectacular, era como si los billetes crecieran en los árboles.

Entonces pude ayudar a más miembros de mi familia. Si alguien quería casarse, le enviaba $5.000. Otro tenía que arreglar su casa o cambiar el coche con el que iba al trabajo, entonces le enviaba $3.000. Así que un buen día le dije a mi padre "¿Por qué no sacas una visa, y vienes a Estados Unidos a visitarme? Es un hermoso país, ya sabes."

En ese entonces vivía en Long Beach, sobre la playa. Mi padre vino y no mecionó nada hasta el décimo día. "Estoy preocupado," me dijo. "Estuve observando, y todo está demasiado tranquilo. En todo este tiempo no te he visto trabajar. Sólo sales por la tarde un par de horas, y aún así tienes mucho dinero. ¿Estás en algo ilegal?"

Le dije que se lo explicaría, y lo llevé hasta el coche. Viajamos unos minutos y llegamos a un local. Le pregunté "¿Sabes qué es esto?" Me dijo "Claro que lo sé, es un casino. ¿Me crees idiota, o qué?" (Risas). Entonces vi uno de mis habituales rivales y se lo señalé. "¿Ves ese tipo que está entrando? Lleva $20.000 en el bolsillo y viene aquí a perderlos. Bien, no pude terminar la universidad, no pude tener un trabajo, pero soy bueno para ganarle ese dinero."

¿Cuál fue su reacción?

No dijo nada durante varios minutos. Creo que sintió alguna especie de culpa pensando que su hijo había estado desamparado en un país al otro lado del mundo. Pero de ninguna manera él ni nadie de mi familia tiene la culpa de una estúpida guerra civil. Finalmente me preguntó si jugar póquer no era algo ilegal, y allí terminó todo.

Hablando de dinero, has dicho una vez que las mesas de cash son más seguras que los torneos.

El verdadero dinero se gana en las mesas de cash. Los torneos están bien, pero son sólo un bono si llegas a ganarlos. Lo malo con los torneos es que invlucran muchas horas de juego durante dos o más días, así que puede ser aburrido. Pero si ganas un torneo, o llegas bien arriba, puedes hacer buen dinero. Mucho mejor que el que se lograba años atrás.

¿Entones consideras que es posible obtener beneficios de torneos como las World Series?

Seguro, porque aunque se llegue a la mesa final y no se gane, se estaría ganando un dinero que permitiría cubrir los gastos y las entradas a los otros torneos. Digamos que obtienes $150.000 de un sexto o séptimo puesto; es dinero suficiente para buscar tus chances en varios otros torneos, y aún te quedará algo.

Con tanta gente amateur ganando eventos en las WSOP ¿crees que el brazalete tiene valor suficiente como para que ese amateur obtenga respeto de un profesional? (Pregunta anterior a su victoria en el H.O.R.S.E.)

Claro que sí; y más ahora que antes. Años atrás no me interesaba ganar brazaletes, sólo buscaba el dinero. Ahora el título de los eventos más importantes llega a valer más que el dinero porque te da la posibilidad de cerrar acuerdos comerciales.

Así es como funciona ahora. Y no es sencillo conseguirlo, porque cada vez juega más gente. En 2006 hubo casi 9.000 inscriptos en el Evento Principal. Un profesional que esté allí puede trabajar muy duro y aún no sobrevivir al primer día. Hay mucho mérito en superar a todos.

Cuéntanos de tu famosa camisa de la suerte.

Comenzó cierta vez que eliminé a Phil Ivey de un torneo. Llevaba pareja de Reyes y el flopeó set de sietes, pero el turn trajo un Rey más. "Debe ser tu camisa de la suerte," me dijo, y él generalmente no habla mucho. Era una de estilo hawaiano, bien colorida. "Si mañana gano, te la regalo para que la uses," le dije. "Nunca me pondría algo así," me respondió (risas).

Eso se vio por televisión, así que luego todo el mundo me preguntaba por la camisa. Debería hacer mis propios diseños y comenzar a venderlas.

Tú eres ciudadano estadounidense desde 1989. ¿Qué opinas de la medida de prohibir el póquer online adoptada por el gobierno?

Creo que no están bien de la cabeza al hacer algo así. Las salas de póquer online hacen miles de millones. Podrían regularlo y sacar cientos de millones en impuestos; pero en su lugar dejan ir el negocio. No tengo la menor idea sobre en qué podrían haber estado pensando.

¿Te has visto afectado por esta prohibición?

Estuve trabajando un tiempo con ^Ultimate Bet, pero ahora nada está claro. La sala no sabe qué sucederá, y yo -como ciudadano norteamericano- tampoco sé qué hacer. Tengo varias ofertas de salas, pero no quiero ir después a parar a la cárcel porque alguien tuvo la mala idea de prohibir el póquer en Internet.

De todas maneras, creo que ahora es casi imposible detener el póquer online. Las empresas están haciendo mucho dinero, y cada vez hay más gente que juega.

¿Cómo ves el futuro del póquer?

Creo que esta prohibición podría haber tenido éxito cinco o seis años atrás, cuando la televisión no estaba tan involucrada. Ahora todo el mundo juega póquer o quiere jugarlo. Lo ves en bares, oficinas, restaurantes, en cualquier lugar.

Así que saldrá una solución para el póquer online. Se legalizará y las empresas comenzarán a pagar impuestos sobre sus ganancias. No imagino que no llegue a legalizarse. Hay gente ahora mismo que está trabajando en ello, incluso dentro de la Casa Blanca. Apuesto a quien quiera a que es así.

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