“Pequeña” Historia de Las Vegas por Pac8

Anónimo | 29/06/09

Aunque de primeras pueda sorprender que en el medio del desierto una ciudad tenga un nombre tan relacionado con el agua como Las Vegas, su nombre hace referencia al oasis que “descubrió” Antonio Armijo. Este mercader mexicano dirigía una caravana de más de 60 personas que de camino a Los Angeles decidió desviarse un poco de la “ruta española”. El día de navidad de 1829 acampaban a 160 kilómetros al noroeste de donde se sitúa hoy la ciudad de Las Vegas, y buscando agua el explorador mexicano Rafael Rivera descubría las fuentes de Las Vegas Springs.

El “descubrimiento” que supongo no lo sería tanto para los nativos, acortó notablemente la ruta hacia Los Angeles y allanó el camino para posteriores migraciones hacia la costa oeste desde el continente. Entre 1830 y 1848 el nombre "Vegas" ya aparecía en la mayoría de la cartografía de la época.

Aunque los mormones construyeron brevemente un fuerte en Las Vegas para proteger la ruta de correo entre Salt Lake City y Los Angeles, el origen de la ciudad se debe al ferrocarril.



Para 1890 sus manantiales hacen de Las Vegas un puesto estratégico para el proyecto del ferrocarril hacia el este, así que para el verano de 1904 cuando las vías de la Union Pacific la conecta con el resto del país, Las Vegas es ya una ciudad “de lona” muy activa con salones, juego, burdeles y todo aquello que pudieran necesitar los obreros para gastarse la paga.



Las oficinas de la Union Pacific estaban situadas en el centro de la ciudad y a la vez servían también de hotel y de casino. El 15 de mayo de 1905 la compañía del tren subastó 1.200 lotes en un solo día en la zona hoy conocida como “Glitter Gulch” y la ciudad de Las Vegas era fundada oficialmente.

En la primera década del siglo XX en los Estados Unidos la presión puritana invadía el país y aunque llegaría a mayores cotas de estupidez con la ley seca, tuvo un paso previo que fue ilegalizar el juego totalmente en el país. Nevada fue el último estado en ilegalizar el juego en general y el primero en legalizarlo en casinos.

A pesar de que en octubre de 1910 entró en vigor una ley muy estricta que impedía toda manifestación del juego, no habían pasado ni tres semanas cuando aparecieron como setas por toda la ciudad los clubes ilegales. Como realmente las cosas seguían como siempre, en 1931 Nevada autorizó el juego en casinos con la intención de por lo menos poder cobrar impuestos sobre el juego (hoy en día estos impuestos siguen siendo casi la mitad de los ingresos del estado). Pasarían cuatro décadas hasta que otro estado, o más recientemente las reservas indias (tras larga batallas legales) les imitaran.

Gracias a este “monopolio” del juego, Las Vegas ha sido siempre una ciudad en expansión, e incluso en las peores épocas de crisis como la gran depresión apenas ralentizaron el crecimiento de “Sin City”. Entre el ferrocarril, la presa Hoover, la base de la fuerza aérea, la industria turística del juego o su centro de convenciones en Las Vegas nunca faltó el trabajo.



En 1941, Tommy Hull construyó El Rancho Vegas Hotel-Casino fuera del centro de la ciudad, en la autopista de dos carriles que se dirigía a Los Angeles (más conocida como el “Strip”). El éxito del El Rancho Vegas animó a la aparición de otros casinos en la misma zona. El más famoso de estos casinos es sin duda el Flamingo, construido por el famoso gangster Benjamin 'Bugsy' Siegel, miembro de la banda de Meyer Lansky.



The Flamingo” era el proyecto original de William Wilkerson, el ludópata dueño de las prensa rosa de Hollywood, que harto de perder fortunas decidió hacer el casino perfecto, pero esta vez con él del lado correcto de la mesa. Cuando Wilkerson se quedó corto de fondos, busco socios y acepto capital de la mafia de la costa este. Siegel que ya estaba en Los Angeles organizando la expansión de su “empresa” fue el encargado de supervisar la operación. Bugsy pronto desplazó a Wilkerson y una vez al mando se podría decir que perdió “un poco” los papeles.

El casino con su neón rosa gigante abrió la noche de año nuevo de 1946. La inauguración no fue el éxito que esperaba y necesitaba Siegel. Tras haberse disparado el presupuesto del millón inicial a cinco o seis (dinero de la mafia o acciones que vendió varias veces a distintos inversores) Bugsy necesitaba que el Flamingo fuera un éxito desde el principio y no fue así.



Cuenta la leyenda que su incapacidad para tratar con los contratistas (algunos le vendieron varias veces el mismo material), sus indecisiones y/o caprichos con el diseño, junto con que su novia Virginia Hill metiera la mano en la caja y se trasfiriera a su cuenta en suiza dos millones de dólares le costaron a la mafia un dineral y a Seigel sus sesos en la pared. Seis meses después en de la inauguración del Flamingo Bugsy era asesinado en la casa de su novia en Los Angeles.



Sin embargo tres meses después de su muerte el Flamingo era un rotundo éxito y en contraste con los otros casinos de Las Vegas que seguían funcionando a imagen de los salones del oeste con suelos de serrín y escupideras en las esquinas, la imagen de calidad y glamour del Flamingo acabaría triunfando en Las Vegas.

El Flamingo daría pie a otros nuevos casinos “lujosos” en el Strip como el Desert Inn en 1950, al que dos años después se les unirían el Sahara y el Sands. En 1955 el hotel Riviera fue el primer hotel “rascacielos” con nueve pisos.

Otros resorts de esta época serían el Dunes, Hacienda, Tropicana o el Stardust que se unirían en el Strip rivalizando con los ya clásicos de la calle Fremont Horseshoe, Golden Nugget o Pioneer Club.

A continuación os pongo el inicio de la pelicula de Elvis “Viva Las Vegas”. Empieza por Freemont para luego sobrevolar el strip y acabar en el Flamingo. Tened en cuenta que está filmada a mediados de los 60, y ya muchos neones no son los originales, ni los que quedan hoy.




El Rancho sería el primer casino en utilizar espectáculos musicales para atraer clientes, pero sería el Stardust el que lo llevo un paso más allá cuando importo el espectáculo del Lido de Paris. Las showgirls y el cabaret quedarían ya unidos a la imagen de la ciudad.



En 1955 en otra parte de la ciudad se abriría el Moulin Rouge. En esta época los casinos estaban “segregados”, y aunque la mayoría de los artistas que actuaban en los casinos eran negros, no eran aceptados como clientes. El Moulin Rouge era regentado y administrado por gente de color, siendo el ex campeón de los pesos pesados Joe Louis el anfitrión y en parte propietario. Esta situación se mantendría hasta la década de los 60, cuando los cambios sociales y otras presiones como el boicot de Frank Sinatra y sus amigos del “Rat Pack” a los casinos que no aceptaran clientes “de color” ayudó a que poco a poco todos los casinos de Las Vegas se fueran “integrando”.

Hablando de Sinatra, la leyenda cuenta que fueron sus contactos con la mafia lo que le llevo a él y a sus amigos a actuar en Las Vegas, pero de leyenda tiene poco ya que está más que probado que Sinatra tenía esos contactos. Durante mucho tiempo el “Rat Pack” reino en Las Vegas, actuando por todos los hoteles e incluso llegando Sinatra a ser en parte propietario del Sands.



También se dice que el personaje de la película “El padrino” Johnny Fontane esta basado en Sinatra (en la misma hay incluso una escena en la que Michael Corleone le pide directamente a Johnny que se traiga a sus colegas a Las Vegas). A Sinatra nunca le hizo gracia el personaje de Fontane, pero no por que tuviera contactos con la mafia sino porque Johnny llora al pedir ayuda a Don Vito al comienzo de la película. Incluso se lo recrimino en persona a Mario Puzzo.

Es una realidad que Las Vegas en esta época era dirigida por la mafia. Cuando no directamente por las grandes “familias” del este, por lo menos por personajes como Benny Binnion (que es absolutamente fundamental para la historia del poker en particular) que había llegado a Las Vegas tras dirigir el juego ilegal en Dallas, y tener que dejar la ciudad rápidamente porque “su sheriff perdió las elecciones”.



Benny tenía muchos “contactos” y a pesar de que presumía de “no haber matado nunca a alguien que no se lo mereciera” desde luego no se mordía la lengua a la hora de hacer declaraciones sobre su estilo empresarial, que era el de la mayoría en Las Vegas.

Cuando el asesino a sueldo Jimmy 'the Weasel' Fratianno le acuso de haberlo contratado para asesinar a un jugador, la respuesta de Benny a la prensa fue:

“Decirle al FBI que yo ya me encargo solito de mis asesinatos sin la ayuda de ese pringao hijo de perra.”

Era una época en la que parece ser que no podías ser atracado en Las Vegas aunque lo pidieras a gritos en el medio de un callejón oscuro, pero sin embargo también era una época en la que se dieron escándalos como el uso de dados trucados por parte de algunos casinos, y que era casi imposible encontrar una partida de poker sin alguna trampa.

Todo esto cambió con la llegada a la ciudad Howard Hughes.

Para 1966 Hughes había sufrido un gravísimo accidente de aviación en el que se había roto hasta las pestañas y como consecuencia era adicto a la morfina. Vivía recluído y hacía bueno aquello de que solo los pobres están locos, los ricos son “excéntricos”.



Howard se mudó al Desert Inn escapando de los altos impuestos de California, y ocupó todo el último piso. La directiva estaba muy decepcionada de que el millonario no saliera de su habitación, y sobre todo de que no jugara, así que estuvieron encantados de decirle que se fuera cuando acabó su reserva la noche de fin de año. Hughes no sólo se negó a irse, sino que pidió precio por el hotel. Le presentaron una oferta hinchada en más de un 30% del precio de mercado que el millonario tejano pagó sin discutir. Hughes vivió recluido en su habitación, rodeado de su camarilla de consejeros mormones e incluso compró la televisión local para poder elegir las películas que se emitían.

Cuenta la leyenda que no se cortaba nunca las uñas y que guardaba sus deposiciones en jarras en un armario, pero lo que es importante para la historia es que cuando se enteró que los hoteles desgravaban comenzó a comprar todas las propiedades que estaban disponibles en Las Vegas. De hecho compró casi todo lo que estaba edificado hasta que la comisión “antimonopolio” le impidió comprar el Stardust, que gracias a la comisión sería el último casino en manos de la mafia y el que daría los escándalos que se cuentan en la película de Scorsese “Casino”.



El caso es que las inversiones del millonario tejano animaron a otras compañías serias a invertir en la ciudad. No lo habrían hecho si no fuera por el ejemplo de Hughes. Entre la llegada de dinero “legítimo” y la presión que la administración Kennedy empezó a aplicar sobre el crimen organizado, una nueva etapa se desarrollaría en Las Vegas, la de las grandes compañías y los grandes resorts…



Poco a poco los viejos casinos dieron paso a otros nuevos y más modernos de la mano de nuevos empresarios como Steve Wynn. Casinos clásicos como el Dunes o el Sands fueron demolidos para construir el Bellagio y el Venetian. Los fuegos artificiales con los que se celebró la demolición de el Dunes siguen siendo de los más espectaculares nunca realizados.



Los hoteles se hicieron faraónicos, en el sentido figurado y en el real. Barcos piratas, volcanes, tigres, montañas rusas, el Circo del Sol y justas medievales se unieron a los clásicos boxeo, música y las showgirls en la oferta de espectáculos.



Y así llegamos al presente… de los casinos que eran lo mejor de la ciudad en la época de Sinatra, apenas el Sahara o el Circus Circus sigue en pie casi como anticuadas reliquias. En Las Vegas siempre hay obras y noticias de próximas demoliciones… la ciudad sigue evolucionando vertiginosamente, e incluso casinos como el Mirage, que fue el primer mega-resort y durante su construcción en los años 90 fue muy criticado al afirmarse que era imposible que algo tan lujoso y excesivo diera beneficios, hoy es casi ya de segunda fila a la espera de próximos y mayores proyectos.



Sin embargo las cosas han cambiado mucho y nada, porque las ideas originales con las que William Wilkerson proyectó el Flamingo hace más de 60 años continúan vigentes.

Un paraíso del juego y el lujo, donde todas las comodidades estén al alcance. Casinos sin ventanas ni relojes para que cosas tan triviales como saber si es de día o de noche no molesten a los jugadores de su misión de dejárselo todo en el tapete.

El espectáculo continúa en Las Vegas, la verdadera ciudad que no duerme. Rodeos, convenciones, discotecas con techo retractil, tiendas, el Playboy Club, mesas de dados, bacará, la musiquilla de las maquinas tragaperras y más importante aun…

Poker Rooms, y una vez al año las World Series Of Poker y su Main Event …

Only in vegas, baby !

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