La anfitriona de las high stakes de Hollywood lo cuenta todo en un libro

Durante los últimos años de la pasada década, las partidas de high stakes que organizaba Molly Bloom, "la princesa del poker", para las estrellas de cine y los millonarios de Los Angeles eran un secreto a voces conocido en los ambientes más reservados de Hollywood.

Una denuncia por estafa contra un gestor de fondos privados, Bradley Ruderman, que perdió buena parte del capital confiado a él en estas partidas, destapó a la luz pública las reuniones en casa de Tobey Maguire o en los sótanos del The Viper Room, un nightclub que en su día perteneció a Johnny Depp.

El eco de los rumores y chismorreos quedó sepultado cuando la gran mayoría de involucrados en el proceso que buscaba recuperar el dinero de la víctimas de Ruderman a costa de reclamárselo a los que se lo habían ganado jugando al poker llegaron a un acuerdo económico y el juicio no se llegó a celebrar.

El problema es que la encargada de reclutar a los jugadores y organizar el catering y el servicio para dichas partidas, Molly Bloom, cambió Los Angeles por Nueva York después de colaborar en el caso Ruderman y fue detenida por el FBI poco después por estar involucrada en otra red de partidas de poker y apuestas ilegales cuyos fondos eran blanqueados en colaboración con la mafia rusa.

Los jugadores profesionales Bill Edler y Abe Mosseri, encausados y en busca y captura, están evitando a las autoridades, según el Daily Mail, y son buscados por su relación con el entramado dedicado a las apuestas ilegales

En este proceso, nada librará a Molly Bloom de un juicio, y mientras espera por él, la estadounidense de 33 años va a hacer realidad la rumoreada publicación de un libro de memorias en el que el plato fuerte para la prensa sensacionalista serán los detalles sobre los comportamientos de las estrellas de cine.

Entre otras perlas, su editor ha dejado caer que Molly desvelará un posible “tell” que tiene Tobey Maguire, contará cómo Matt Damon dejó de acudir a las reuniones después de tildarse en una partida y cómo Leonardo DiCaprio era de los peores perdedores que jugaban en esas mesas.

Se nos ponen los pelos como escarpias leyendo semejantes secretos inconfesables.