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Benny Binion, una vida de película

Antonio Romero | 15/01/15
Benny Binion, una vida de película
Hollywood se ha hecho con los derechos de un libro sobre el controvertido empresario que ayudó a levantar Las Vegas y que creó la sede de las primeras WSOP.

La vida de Benny Binion, fundador del Casino Horseshoe y padre del creador de las World Series of Poker Jack Binion, va a ser llevada al cine próximamente, bajo la pluma del guionista de la serie Entourage Cliff Dorfman.

La base del guión será el libro “Blood Aces: The Wild Ride of Benny Binion, the Texas Gangster Who Created Vegas Poker”, cuyo título explica bien a las claras la dualidad que siempre ha marcado la figura del empresario más importante para la historia del poker en Las Vegas.

La noticia sobre la adaptación del libro, publicada en CardPlayer, contiene enlaces a una biografía publicada en dos partes por CardPlayer. Con esa fuente y los recuerdos que el propio Binion compartió con el Programa de Historia Oral de la Universidad de Nevada en 1976, se puede conformar un relato vital indudablemente atractivo.

¿Cómo resistirse a llevar a la pantalla a un personaje como Binion, criado como un cowboy, autor confeso de dos homicidios y sospechoso de muchos más y que se fue a Las Vegas para empezar a construir la que ha sido durante décadas la Meca del juego con una maleta llena de dinero como todo equipaje?

Benny Binion nació en 1904 en Pilot Grove, Texas, en el seno de una familia de tratantes de ganado. Sus primeros recuerdos de la infancia giran en torno a las ferias donde se reunían los tratantes de la zona para la compraventa de caballos, vacas y mulas.

¿Cómo resistirse a llevar a la pantalla a un personaje como Binion?

Eran la ocasión perfecta para iniciarse en el mundo del juego, apostando contra los otros críos que acompañaban las caravanas de ganado y haciendo recados para los truhanes que vivían del timo y de las cartas a cambio de alguna propina. De ellos aprendió a jugar al poker, y aunque no quiso saber cómo hacer trampas a la gente, sí se quedó con la copla de cómo evitar que se las hicieran a él.

La Primera Guerra Mundial espoleó el negocio, con la venta de mulas para el ejército, y Benny logró su primer trabajo fijo labrándose una reputación como experto a la hora de adivinar la edad de una montura por el estado de su dentadura.

La Ley Seca le ofreció la oportunidad de probar la cárcel por primera vez. Binion trapicheó durante un par de años con whiskey ilegal, pero no sacó dinero de ello, solo un par de condenas que sumaron seis meses y el honor de ser el primer hombre juzgado en Estados Unidos por la Jones Act, que le pudo mandar a prisión por cinco años. 

-Señoría, no me mande a la penitenciaría, le rogó a su viejo conocido el juez Harley Atwell. -¿Y por qué no lo debería hacer?, le replicó el juez. -Porque no volveré a dedicarme al estraperlo, le prometió Binion. Y así fue.

Binion, apenas un veinteañero, se rindió a la llamada de la gran ciudad y se trasladó a Dallas para iniciarse en el sector del juego ilegal, que todo parece indicar que le abrió las puertas a las grandes ligas del crimen organizado.

Binion, con poco más de 20 años, se rindió a la llamada de la gran ciudad

Su primer local fue un sitio de loterías que le dio mucho dinero. Amplió el negocio, y una discusión al respecto de un robo en uno de sus locales llevó a Binion a afrontar su primer cargo de homicidio.

Todo empezó cuando Benny acusó a Frank Boldin, un tipo de la peor calaña, de robarle whiskey. A Boldin no le temblaba el pulso a la hora de utilizar el cuchillo en sus frecuentes grescas, y según su hijo Ted, Benny temió que Boldin, cuando se levantó de repente en medio de la discusión, lo hizo con intención de apuñalarle. Binion sacó una pistola y le atravesó el cuello de un balazo. La reputación de Boldin, que no llegó a sacar un arma durante el incidente, ayudó a que la condena de dos años que le cayó por ello fuera suspendida.

A mediados de los años 30, Binion era el mandamás del juego ilegal en Texas. Las partidas se organizaban en hoteles. Ocupaban varias habitaciones, donde iban las mesas de juego. También montaba un bar, y, para atender las necesidades de la clientela, se encargaba comida a los restaurantes cercanos. Todo el mundo sabía donde se organizaban, porque veían a los chicos de los recados ir arriba y abajo de la calle cargando con los pedidos.

A mediados de los años 30, Binion era el mandamás del juego ilegal en Texas

El país hervía de actividad tras dejar atrás la Gran Depresión, y la economía de Texas gozaba de especial salud gracias a la industria petrolífera. Se rumorea que la Mafia intentó hacerse un hueco en Dallas, pero la organización de Benny Binion resultó un hueso imposible de roer. 

El segundo hombre muerto oficialmente por mano de Binion fue un tal Ben Frieden. La versión de su hijo Ted dice que Ben saludó a su padre desde un coche y que cuando este se agachó para hablar con él a través de la ventanilla Frieden sacó un arma y le disparó. Binion recibió un tiro en la axila al levantar el brazo para evitar el disparo, pero pudo agarrar el cañón de la pistola y evitar un nuevo balazo. Mientras, sacó su pistola y mató al hombre. Los rumores más sensacionalistas afirman que Binion mató a Frieden a sangre fría y luego se disparó a sí mismo para salir absuelto por haber actuado en defensa propia.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, los socios de Binion en los bajos fondos de Dallas estaban más preocupados de ponerse bombas y mandarse pistoleros unos a otros que de ganar dinero, y el sheriff que tenía Binion en nómina y que permitía sus operaciones a cambio de generosos sobornos perdió su puesto en las elecciones.

Así pues, Benny metió todo el efectivo del que disponía en una maleta -o varias, según se dice-, cogió a su mujer Teddy Jane y a sus tres hijos y se trasladó a Las Vegas protegido por un guardaespaldas de confianza, Gold Dollar.

Benny metió todo el efectivo del que disponía en una maleta y se fue a Las Vegas

El primer uso que le dio a su dinero fue comprar parte de un tugurio llamado Las Vegas Club a Kell Houser Sr., el mayor operador de una ciudad que de aquella tenía 18.000 habitantes y en la que los locales de juego no pasaban de ser casas de uno o dos pisos exentos de cualquier tipo de glamour.

A pesar de que en Las Vegas sus problemas con la justicia no fueron impedimento para conseguir una licencia de casino, Binion no le vio futuro a la ciudad y planeó largarse a otro lado en cuanto hubiera recuperado su inversión. Pero el negocio no fue mal y fue posponiendo la decisión de marcharse.

Cuando Houser decidió vender Las Vegas Club, Binion alquiló el edificio y creó The Westerner. La oportunidad de establecerse indefinidamente se le presentó cuando un local llamado El Dorado Club cayó en una grave crisis financiera. Binion compró el edificio y abrió el mítico Horseshoe.

La clave del éxito de Binion fue dotar al Horseshoe de todas las características que convertirían a Las Vegas en el centro de diversión adulta del país.

Lo primero que hizo fue llevarse a la mejor clientela subiendo por su cuenta y riesgo los límites de las apuestas de sus mesas de juego, hasta diez veces más que la competencia. Así atrajo a los gamblers. Luego llegaron el trato de favor a los VIPS y las comps, las habitaciones y consumiciones gratis para jugadores más modestos pero igual de fieles. -Si quieres hacerte rico, haz que la personas más modestas se sientan importantes, le gustaba decir a Benny.

Cuenta la leyenda que un instalador de moqueta perdió 18.000$ en el Horseshoe, y Binion le dejó saldar su deuda cubriendo de moqueta los suelos de su casino. Además, instituyó los torneos de poker entre las actividades de su local.

Como Al Capone, acabó en la cárcel por evasión de impuestos.

Gold Dollar paseaba a Binion en un Cadillac con unos enormes cuernos acoplados a la rejilla delantera. Tenía los cristales blindados, pues no fueron pocos los que hubieran querido que Binion acabara sus días mucho antes de lo que lo hizo. Muchos de sus rivales murieron en circunstancias sospechosas, pero al igual que con Al Capone, lo que terminó mandando a la cárcel a Binion fue la evasión de impuestos. Sí, las famosas maletas que arrastró hasta Las Vegas.

En 1953 tuvo que presentarse en Dallas para pagar una multa de 20.000$ y cumplir una condena de cinco años de prisión. Durante ese tiempo, fue su mujer la que llevó los negocios familiares, y su paso por prisión provocó también que su hijo Jack se tuviera que convertir en presidente del casino a la edad de 26 años. Su padre no podría volver a recibir una licencia de juego nunca más.

Una década más tarde, Jack Binion sería invitado a una reunión en Reno de los jugadores que más fuerte apostaban al poker. Se lo pasó tan bien que quiso repetir la experiencia en el Horseshoe. En 1970, después de pasar unos días jugando al poker y apostando, los mejores jugadores del país decidieron por votación que el mejor había sido Johnny Moss. Acababan de nacer las World Series of Poker, que se celebraron en el casino fundado por Benny Binion hasta 2003.

Y hasta aquí el spoiler más currado que se pueda leer en la Red sobre la futura biografía cinematográfica de Lester Ben Binion. Que disfrutes la película.

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