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Faraz Jaka, un sin techo en la élite del poker

Antonio Romero | 23/01/15
Faraz Jaka, un sin techo en la élite del poker
La nula necesidad de poseer bienes materiales hace feliz al estadounidense. Por si alguien lo dudaba, no es que sea un rata, es todo espiritualidad.

Faraz Jaka, y más concretamente su falta de apego por los bienes materiales pese a haber ganado ingentes cantidades de dinero con el poker, es el gancho de un artículo de CNN Money escrito por el propio protagonista.

Además de tener el nick más escatológico entre la élite del poker, “The T0ilet” ya demostró en público anteriormente su gusto por la sencillez, aunque sus consejos sobre frugalidad en el circuito más parecían un faro para creyentes de la Virgen del Puño que una guía vital.

En este nuevo acercamiento a su estilo de vida sin ataduras, Faraz da muchos más datos sobre las experiencias que le han llevado a vivir durmiendo en hoteles, apartamentos o sofás de desconocidos alrededor del mundo, en búsqueda perpetua de un cibercafé o un Starbucks en el que conectar su portátil y seguir a la caza del color en las mesas virtuales.

Los comienzos en la carretera

En 2007 me gradué en la Universidad de Illinois, y me pasé los dos años siguientes viajando alrededor del mundo jugando al poker.

En 2009, con 24 años, fui nombrado Player of the Year del WPT y había ganado premios por valor de 2.500.000$.

Probó la vida sedentaria, pero no cuajó

Quemado de viajar, pensé que estaba listo para echar raíces.

Me establecí en Chicago y, por un instante, pensé que lo tenía todo: un apartemento en el piso 43 del premiado edificio Aqua, con un mirador acristalado desde el suelo al techo y vistas al Millenium Park.

Me llevó seis meses echar de menos la carretera. Por desgracia, me sentía atado, con un alquiler de 18 meses y todos los muebles que me había comprado. Además estaba de vuelta con mi grupo de amigos.

Me sentía comprometido con el bote. Como cuando has invertido un montón de fichas y aunque te veas perdedor, tienes que seguir en él.

Hay que tener disciplina para dejar todo atrás

Eso es exactamente lo que hice.

Si adelantamos hasta 2012, he viajado a 45 ciudades en 13 países distintos, y he tomado 57 vuelos. Trabajando por el camino, jugando los torneos importantes y online, pero experimentando mucho más.

En 2013, mis viajes me llevaron a un retiro budista de meditación silenciosa, en una pequeña isla de Thailandia. Entregué durante 10 días mis últimas posesiones, incluido mi portátil y mi iPhone. Todas mis experiencias, mis búsquedas, empezaron a tomar sentido. Nunca había sido tan feliz en mi vida. Y no tenía nada.

La vida en una maleta y una mochila

Ya hace casi cuatro años que solo llevo conmigo una mochila y una maleta, con estas cosas.

  • Cinco camisetas.
  • Dos pares de zapatos, uno formal y otro para hacer deporte o ir más de calle.
  • Tres camisas y un abrigo deportivo, por si salgo o hago mesa final.
  • Un bañador.
  • Enchufes y adaptadores varios, para poder trabajar por el camino.
  • Un portátil.

(N de R.: se le han olvidado los pantalones, como a Esfandiari.)

Cualquiera puede hacerlo

Vivimos en un mundo en el que Internet está presente en todos lados y puedes trabajar desde tu portátil. Puedes alquilar un apartamento o compartirlo con alguien durante semanas a muy buen precio.

Incluso mantener lazos con la familia o los amigos en la distancia es muy sencillo. Hacer cambios exige esfuerzo y desapego. Nunca ha sido tan fácil liberarse.

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