El #LarrabeNov9, una experiencia vital

Hace unos cuantos días que dejamos aparcado el Main Event de las WSOP hasta el próximo mes de noviembre, tiempo tras el cual he tenido ocasión de reflexionar sobre todo el carrusel de emociones vividas a raíz de la clasificación de Andoni Larrabe para la mesa final del Evento Principal.

Según íbamos arrancando hojas del calendario del torneo, algo nos iba diciendo que ese chaval de 22 años de carácter tímido pero a su vez muy cercano, nos daría una alegría que íbamos a tardar mucho en olvidar. A la postre no nos equivocamos.

El pasado 14 de julio, aún sin querer, llegábamos eufóricos al último día del Main Event en su etapa veraniega, sabedores que Andoni Larrabe y sus 15 millones de puntos estaban en una situación casi inmejorable para convertirse en el primer November Nine español. Sin embargo, pocos podíamos imaginar cómo habría que sudarlo.

A falta de 27 jugadores, cuando las cartas empezaron a volar sobre las tres mesas que aún seguían habilitadas en la sala Amazon del Rio, se empezaron a aparecer frente a todos los que allí apoyábamos a Andoni un amplio repertorio de fantasmas y brujas.

En apenas dos horas de juego, los 15 millones de Andoni se habían quedado en apenas 2,5, y de pensar en la mesa final habíamos pasado a “conformarnos” con el 25º puesto, que no estaba tan mal.

Pero, ¿todos? No, Andoni no. En un alarde de nervios de hielo y capacidad mental muy impropia de alguien de su edad, nuestro protagonista mantuvo en todo momento sus convicciones de saber que un asiento en la mesa final podía ser suyo sin importar que la reanudación no fuera la esperada.

Poco a poco y a fuerza de remo, las cosas se fueron poniendo en su sitio. Aquel más que “double-up” con JJ contra AK y J7 del restado volvió a darnos ciertas esperanzas aunque seguíamos muy lejos de donde queríamos estar.

Cuando a Andoni le sentaron en la “Mothership”, el set principal de la ESPN instalado en la sala Amazon, algo me dijo que ya no le moverían de allí hasta llegar a noviembre. Este convencimiento se me hizo aún más evidente cuando firmó la eliminación de Scott Mahin.

Desde mi posición en la zona de prensa, gracias al monitor que allí teníamos instalado, celebré aquel  9d en el river con un rotundo “¡VAMOS!” que desató el júbilo de mis compañeros sentados a pie de mesa. Nos doblábamos, nos volvíamos a meter en la pomada, y algo nos decía que no volveríamos a pasar apuros.

Pero no fue así. Todavía hubo mucho que sufrir. Un nivel en el que nuestro paisano no vio una sola carta jugable le fue haciendo desangrarse mientras los “cocos” aún con vida seguían acumulando fichas. En los descansos, Andoni nos transmitía su deseo de llegar a noviembre pero, ¿a qué precio?

Quería convertirse en November Nine con puntos suficientes como para luchar por la victoria, y no viajar hasta Las Vegas cuatro meses después para ser un simple espectador.

Entonces fue cuando, en mesa unificada de diez jugadores, llegó “nuestro” momento. Empezó robando unas fichas vitales que le apartaban de la cola del pelotón, para más tarde conseguir aquel “double-up” con ases negros que de una vez por todas le facilitaron el pasaporte a noviembre.

Mientras esto sucedía, nuestra cobertura echaba humo, así como las redes sociales. El hashtag #LarrabeNov9 que habíamos puesto en funcionamiento para tal efecto se convertía en tendencia durante algo más de una hora mientras que en Poker-Red se batía el récord histórico de visitas por delante de momentos tan señalados de nuestro poker como el #AmadiBrazalete que también convertimos en TT.

La explosión definitiva llegó minutos más tarde, cuando Mark Newhouse -otro de los grandes protagonistas- eliminaba a Luis Velador en burbuja de mesa final, lo que aseguraba por pleno derecho el pasaporte de Andoni para el próximo mes de noviembre.

Contar ese momento fue algo que jamás olvidaré. Saber que había miles de personas pendientes de nuestras letras, de que contáramos cómo un español intentaba y lograba hacer historia fue una experiencia única, probablemente la más intensa que jamás haya vivido desde que me dedico a esto.

Y de nuestro protagonista, ¿qué decir? Sin ánimo de desmerecer a nadie, considero que Andoni cumple todos los requisitos que se le pueden pedir a nuestro primer November Nine. Es un grandísimo jugador de poker que ha demostrado sobradamente sus capacidades, tiene una mentalidad de hierro, un hambre voraz y además un carácter que conecta fácilmente con la gente, algo que ayudó a que mucha gente desde sus casas empatizara muchísimo con él.

Por todo ello y mucho más, creo que las buenas noticias entorno a Andoni todavía no se han acabado. Soy de los que piensa que en noviembre “la puede liar” llevando su ya emblemática elástica del Athletic a lo más alto.

Suerte Andoni. Gracias Andoni.