Billy Pappas: neófito en el poker, experto en futbolín

Seguimos deshojando la margarita de rivales a los que Andoni Larrabe se tendrá que medir el próximo 10 de noviembre, y llegamos a la figura de William Pappaconstantinou, o Billy Pappas, como se le conoce coloquialmente. 

El suyo es el segundo nombre americano que encontramos en el repaso a los finalistas, después de que ayer analizáramos el perfil de William Tonking. Dos años más mayor que su paisano, este jugador de 29 años de edad, natural Lowell, Massachussetts apenas acaba de dar sus primeros pasos en el mundo del poker de alto nivel. Su hábitat natural, hasta ahora, eran unos tableros muy distintos.

Billy Pappas lleva años dedicándose de forma profesional al mundo del “Foosball”, una modalidad de futbolín un tanto distinta a la que solemos ver en salones recreativos y bares españoles, pero que goza de muy buena popularidad en Estados Unidos. Pappas juega al “Foosball” desde hace años, convirtiéndose con el paso del tiempo en uno de los mejores del mundo en este juego. 

Sé que jugar al ‘foosball’ puede parecer algo muy fricky, pero lo cierto es que si lo pruebas, te engancha. Mis padres jugaban, de hecho, mi madre sigue jugando a día de hoy. Es algo que nos aporta a mi madre y a mí una conexión muy especial. 

Aunque debido a su éxito, en los últimos años ha conseguido hacer dinero jugando el “foosball” de forma profesional, en años pretéritos se ganaba la vida como crupier de poker, etapa en la que empezó a despertarse su afición por el naipe. 

Tal es el tiempo que el futbolín mantiene ocupado a Billy Pappas, que su participación en el día 1C del Main Event de las WSOP, empezó recién llegado de Europa, donde estuvo participando días antes en un torneo.

La de este año ha sido su primera participación en el Main Event de las WSOP. Billy Pappas se trata de un jugador que apenas ha jugado torneos en su trayectoria. Se animó a jugar el Main Event gracias a un amigo que le insistió durante meses. 

Sus resultados hasta la fecha, si dejamos de lado los 730.725$ que ya tiene garantizados, son casi inexistentes. Apenas acumula 20.000$ en ganancias en vivo, destacando, por mencionar un resultado, su 8º puesto en un torneo de 500$ de buy-in, en el que se llevó 15.341$.

Billy Pappas, cuando presumiblemente Ryan Riess anuncie el “shuffle-up and deal” el próximo 10 de noviembre, reanudará la acción con 17.500.000 puntos (43 ciegas), ocupando con total seguridad la posición más incómoda de la mesa: el puesto 1. 

Para él, robar una ciega será poco menos que misión imposible. A su izquierda tendrá, por orden, a Stephensen, Van Hoof, Newhouse y Andoni, los jugadores con más fichas de la mesa. 

Pese a ello, Billy Pappas se muestra optimista, y confiado de hacer un buen papel, no en vano el día   podría haber acabado el Main Event para él. Suya fue una de las manos que pudimos ver en el capítulo 6 emitido por la ESPN, en la que puso su continuidad en riesgo nada menos que contra tres rivales, consiguiendo salir airoso a una situación de “all-in preflop 4-way”. 

Con 79 jugadores todavía en pie, Pappas se restaba desde UTG por 12bb con  4s4c. Darlene Lee, con 8 ciegas pagaba en MP con su  AdJh. Por detrás aún se apuntaría a la fiesta Nicholas Nardello con  JsJc desde el CO y Justin Swilling desde la ciega pequeña con  AsKs, quien empujaba sus 23 ciegas restantes. 

Milagrosamente, el flop sonrió a Pappas en forma de  Th4d9d, trucha que se acabaría convirtiendo en full en el river al aparecer un  9s que esfumaba cualquier opción de escalera para Lee o Nardello, gracias al  8c que había aparecido en cuarta. 

A partir de ese momento, Billy Pappas no paró de acumular fichas, algunas a costa de Andoni, con quien cruzó bastante plástico a lo largo del día 7. En cualquier caso, final feliz para ambos, ya que tanto el uno como el otro, estarán el próximo 10 de noviembre presentes en el Penn & Theller buscando salir de allí con un brazalete bajo el brazo.