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Conociendo tu imagen en la mesa, escribe Smith Collins

Anónimo | 28/05/08

En No Limit Texas Hold'em, la mayor parte de los jugadores se concentra en las dos cartas que reciben, y se preguntan si son lo suficientemente fuertes como entrar al juego, o no. Leen libros que les dicen cuáles son los requerimientos de las manos iniciales y qué posiciones son las correctas para cada una. El problema con esto es que el juego del póquer es como una caja que está en constante expansión, y para poder mirar más allá, necesitas un poco más que esas dos cartas.

La verdad es que si juegas mesas de cash o torneos, una de las cosas más importantes que debemos observar es cómo nos ven los demás jugadores. Es decir, cuál es nuestra imagen en la mesa. Hace un par de años era muy común que todos los jugadores de una mesa tuvieran un estilo de juego y una imagen muy tight, por lo que era muy sencillo ganar allí.

Desafortunadamente esos días simples se han ido, y muchos de los jugadores de hoy tienen una imagen loose-aggressive. Ambos estilos son muy rentables si se los juega correctamente, pero es muy difícil jugar uno de forma óptima hasta que no tengas un buen conocimiento acerca de cómo te ve cada uno de los demás rivales. Si juegas loose, podría ser momento de endurecer un poco el juego, mientras todo el mundo piensa que estás dejando ir tu dinero por el desagüe.

Lo más importante que debes saber acerca de tu propia imagen son las manos que acabas mostrando boca arriba, y en qué posición las has mostrado. Por ejemplo, si alguien te atrapa subiendo en UTG con 8-10de distinto palo y te ves forzado a ver el all in de un shortstack y a mostrar tu mano, más tarde lo pensarás dos veces antes de resubir sin una mano real.

Una gran ventaja de tener esta imagen es que si consiges una mano monstruo poco después del showdown anterior, muy probablemente conseguirás mucha acción y una gran cantidad de fichas si tu mano sobrevive.

Por el otro lado, si has tirado 30 manos consecutivas y el jugador agresivo que está sentado a tu derecha siempre sube la apuesta inicial, tú puedes elegir el momento en que le harás un reraise con una mano basura cualquiera, porque nadie te ha visto enseñar una carta, y no puede asumir que tu rango es tan amplio.

Otra ventaja de esta imagen agresiva-táctica es que, si bien puedes sentir que dejas ir las ciegas muy fácilmente, no tendrás que jugar muchas manos o quedar atrapado en situaciones marginales. La gente no acostumbra contraatacar a menos que te hayan superado, y tú tienes que hacer un rerobo una vez cada dos o tres manos para poder mantenerte a flote.

Sea cual sea la imagen que tienes, a propósito o accidentalmente, debes saber exactamente dónde estás parado en el flujo del juego para que puedas manipular las acciones de otros jugadores que piensan que tú no sabes que ellos te están observando.

Cuando se trata de tiempo de juego, la imagen en la mesa no es algo que se pueda enseñar personalmente. Es algo a lo que debes prestar atención incluso antes de mirar las dos cartas que tienes enfrente tuyo, en el fieltro, con el fin de asegurarte que estás jugando de la forma más rentable posible.

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