Drogas, publicidad y el futuro del póquer

Anónimo | 20/02/09

Leo en el blog de Leo Margets una entrada bastante interesante, sobre el uso de las drogas en el póquer. El asunto no es tan tonto como se puede pensar, en la medida en que es un debate que ya surgió en su momento en el mundo del ajedrez de alto nivel: tanto por parte de jugadores que afirmaban tomar sustancias que mejoraban algunas capacidades mentales básicas (léase concentración o resistencia al sueño, nada de poderes mágicos por supuesto), como por parte de las federaciones y demás órganos oficiliales que empezaron a exigir controles anti dopaje en el ajedrez, tal vez para dar una sensación de deporte de élite a ojos del gran público.

Leo nos habla de jugadores clásicos de los niveles más altos del póquer presencial que dicen haber tomado distintas substancias para mejorar su concentración; se trata, en su mayor caso, de jugadores con enfermedades relacionadas con el sueño o la atención, y que por tanto requieren una medicación evidente. Pero claro, surge el tema de si estas mismas ayudas no tendrán un poderoso efecto también en jugadores que no las necesiten por prescripción médica.

Leo se pregunta también si puede llegar un punto en el que el uso de estas sustancias se vuelva realmente importante: como creo que pensaría también cualquiera que haya jugado mucho al póquer, en mi opinión la respuesta es un rotundo no: la dificultad de este juego y la diferencia de nivel abismal entre los jugadores -incluso entre los buenos-, es mucho más determinante que estar un poco más o menos despierto; a parte de que en general no hay droga o medicina con un efecto positivo que no tenga otros efectos adversos, así que está por ver que realmente pueda ser útil. En todo caso no me parece nada que pueda ayudar decisivamente a un jugador, al menos no en términos de hacer cosas como aumentar la concentración o la capacidad de cálculo (otra cosa es el control de tilt).

En el caso del juego online, supongo que habrá quién se plantee que el supuesto dopaje puede servir a algunos para aguantar más horas jugando muchas mesas sometidos a mucha presión. Pero, bueno, a parte de que no sería ni el primero ni el milésimo caso de gente que toma algo (desde las pastillas hasta otro tipo de cosas) en este país para aguantar en el trabajo, es obvio que un horario más o menos estable, una alimentación saludable, hacer algo de ejercicio etc. etc. es bastante mejor plan para aguantar muchas horas delante del ordenador y jugando.

El caso es que todo este tema de las drogas en el póquer sí que me parece importante, no por lo poderosos que puedan ser los dopantes para jugar al póquer (que como veís ya digo que no me lo parecen para nada), sino por el impacto que pueden tener en la percepción que se tiene del juego y en la publicidad que se hace del mismo. Voy a ver si consigo explicarme: aunque todo el dinero del póquer lo genera basicamente el online, toda la publicidad del póquer está volcada completamente y mediatizada por el póquer presencial. Esto no es un error o una cuestión de cómo las salas decidan publicitarse, sino que es algo completamente mandatorio desde el momento mismo en que el póquer online no se puede retransmitir. Primero porque es un coñazo, segundo porque cualquiera puede abrir una mesa de high stakes de Poker Stars o Full Tilt Poker y mirarla y tercero porque no se podría aderezar esa potencial 'retransimisión' con publicidad. Así que a las salas no les queda más remedio que crear, patrocinar y promover eventos en vivo y, por tanto, patrocinar a jugadores que se hagan notorios en estos eventos y que indirectamente aumenten el tráfico de la sala.

Para mí la pregunta no es si puede llegar a ver un momento en el que el dopaje sea importante en el póquer (no me cabe duda alguna de que esto es imposible); sino si llegara un momento en el que, en su incesante afán de promocionarse y de intentar vender el póquer como un deporte, las propias salas que patrocinan los eventos, o alguna hipotética federación nacida a la sombra de alguna hipótetica posible regulación futura del juego en España, impondrán controles antidopaje para darle a este juego una mayor imagen de deporte. Lo cierto es que hay un buen porcentaje de jugadores que en cada evento se levanta a fumar dejando su stack solo cada poco tiempo, por no hablar del alcohol, así que la perspectiva de una regulación anti-dopaje a muchos les parecerá sencillamente ridícula (todo sea dicho, yo entre ellos). Pero conviene recordar, por cierto, que ésta sería algo imprescindible completamente si se pretende constituír el póquer como disciplina olímpica, algo que a mí me parece absolutamente descabellado pero que muchos no sólo lo desean sino que lo ven factible, como el conocido jugador español Raúl Paéz, que ya se manifestó energícamente en este respecto en un reportaje del diario 20 minutos sobre el póquer profesional. Desde luego, es dificilmente pensable que semejante panorama se pueda dar en todos y cada uno de los torneos presenciales, pero es un escenario para nada descartable para los grandes eventos como las WSOP o el circuito EPT. Desde luego no me cabe la más mínima duda de que, si las salas de póquer entienden que esto puede beneficiarlas de algún modo, así se hará.

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