Psicología

Mantener la concentración, escribe Daniel Negreanu

Anónimo | 22/10/07

Ocasionalmente, uno se encuentra en una partida de póquer en la que nada parece poder salir mal. Esta buena racha se conoce como rush.

Dependiendo de a quién se lo preguntes, te darán varios consejos acerca de qué debes hacer cuando las mejores cartas siguen viniendo a tí. Una cosa es segura: nunca debes retirarte de un juego de póquer en el que estás haciendo destrozos en los bankrolls de tus rivales.

Si estás ganando la mayoría de los pozos, entonces, los otros jugadores lógicamente están perdiendo: ahora es el momento de sacar ventaja de su -muy probablemente- maltratado estado mental. Como mínimo, continúa jugando hasta que la racha parezca haber terminado, y hayas devuelto una pequeña parte de tus ganancias.

La verdadera pregunta es ¿debes cambiar tu estrategia de juego?

La mayoría de los jugadores creen que cuando se está de racha hay que jugar casi cualquier mano para mantenerla. Por ejemplo, si has ganado varias manos seguidas -con K-K, después A-Q, y también con 6-6-, muchos te recomendarían jugar la siguiente mano aunque el dealer te reparta un 10-6. Hay un gran inconveniente con esta forma de pensar, y se puede graficar con la siguiente situación:

Digamos que tiras una moneda al aire y sale cara nueve veces consecutivas. ¿Cuáles son las probabilidades de que a la siguiente vez salga cara nuevamente?

Eso quiere decir que en realidad debes jugar cualquier mano que te toque como si no hubieras ganado las anteriores. Simplemente esa es la respuesta. Si tus oponentes están convencidos de que estás de racha, emplea esa creencia en contra de ellos. Tendrás ventaja psicológica. Los otros jugadores pensarán que tu ganarás cualquier mano en que entres. Un fuerte rush también proyecta una poderosa imagen en la mesa, que te permitirá atacar y aislar para jugar contra un jugador determinado entre tus rivales, o hacer faroles, si lo deseas.

Sin embargo, siempre ten en mente que lo contrario también puede decirse, si una y otra vez recibes cartas malas.

Cuando tus oponentes creen que no tienes nada, te costará más jugar agresivamente, porque no tienes una imagen adecuada en la mesa. De hecho, otros jugadores te atacarán e intentarán hacerte faroles porque no temen tu juego. Lo más importante es que juegues menos manos antes de que la tendencia se revierta. Y en situaciones marginales -en las que podrías entrar o no- juega más cautelosamente y con paciencia.

Las buenas rachas ocurren en el póquer. El problema es que nunca se sabe cuando comienzan o terminan. Mantente en el presente, y no te lamentes acerca de tu anterior buena suerte (o mala). En cambio, concéntrate sólo en jugar cada mano lo mejor que puedas.

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