Psicología

La paciencia es rentable, escribe Josh Arieh

Anónimo | 19/03/08

Dudo que cualquier aficionado que haya compartido mesa conmigo opine que mi juego es tight. Tengo una imagen de jugador veloz, combativo y provocador. Y me encanta.

Lo que algunos jugadores no comprenden es que mi agresión es diferente a aquella que pone en problemas a algunos en la mesa de póquer. Mi agresión es muy selectiva. La Agresión Selectiva es lo que determina el sobrevivir o morir en la mesa.

Seguramente has visto muchos jugadores exitosos en televisión -o en el casino de tu ciudad- retirarse de las mesas con ganancias consistentes día tras día. Estos jugadores utilizan, sin duda, un proceso de selección similar. Ellos no son cazadores de cartas. Algunas veces hacen creer a sus rivales que lo son, pero sólo es un poco de teatro que busca incrementar las ganancias de la mesa a futuro. Los jugadores ganadores, exitosos, no persiguen cartas. En cambio, quienes sí lo hacen constantemente regresan a casa con los bolsillos vacíos. Estos jugadores me son muy conocidos, ya que son los que alimentan a mi familia. Traen dinero fresco al juego, para que los que saben ser pacientes se lo lleven. Por supuesto, algunas veces verás a esos jugadores conseguir su carta y obtener una o dos victorias; pero cuando su suerte se acaba, también lo hace su dinero.

Digamos que tu imagen en la mesa es "raise, raise, raise."

Tus rivales no saben que las últimas tres subidas que has hecho desde posiciones finales se debieron a que considerabas que era un buen momento, gracias a tu lectura de la mesa. Algunas veces consigues una buena mano, otras no; pero las cartas -en este caso- no importan mucho.

Entonces recibes ^ah ^kh en posición media, y subes la misma cantidad: tres veces la ciega grande. El resto de la mesa tira sus cartas, y sólo ve tu apuesta el jugador en la ciega grande. El flop viene ^ad ^kc ^4s. Mientras que la mayoría de las veces este es un flop para hacer un check, tu apuestas, porque eso es lo que has venido haciendo toda vez que alguien ha visto tu raise preflop. El otro jugador podría llevar un Ay verse obligado a aceptar un par de apuestas, pero las chances también incluyen un call con un K, ¡e incluso con un 7-7!

Al seleccionar el momento adecuado para hacer tus movimientos, en lugar de subir sin consideración alguna por la sensación que transmite la mesa, has ganado un call de un jugador que piensa que no eres más que otro de los tantos matones que abundan en el póquer. No puede hacer más que pagar tu mano hecha, porque le has inducido a creer que juegas sólo para llevarte las ciegas.

Por el contrario, si has permanecido quieto en tu asiento, y en la última hora has enseñado una mano fuerte cada vez que subías, entonces este es un buen momento para mezclar tu juego e intentar uno o dos faroles.

Un raise con 7-8 de distinto palo desde últimas posiciones no es descabellado en esta situación, dado que si haces una apuesta de continuación en el flop, es muy probable que te muestren respeto y puedas ganar el bote de esa manera.

La mayoría de las veces la mesa respetará el juego que haces porque has mostrado muchas manos monstruo. Te has ganado su respeto, y por lo mismo has ganado un bote con nada.

Hora, confía en mí, soy la última persona que verías jugar tight. Este artículo no trata sobre jugar tight, sino que estoy hablando de jugar selectiva y agresivamente, con paciencia. Tú eliges cuándo jugar y cuando hacer un farol.

En el póquer, la diferencia básica entre quien termina una sesión como ganador, y otro que lo hace como perdedor, se reduce a ser quien comete menos errores. Cuanto más selectivo eres con las cartas que juegas, y con el momento en que faroleas o juegas un proyecto, lo más probable es que tomes las decisiones correctas y cometas menos errores.

Recuerda que, al final del día, el póquer se trata de ganancias. Nadie juega para perder, y esa es una razón suficiente como para elegir tus movimientos de manera sabia.

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