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El gran laydown en póquer, escribe Daniel Negreanu

Anónimo | 06/06/07

Un gran laydown (puede traducirse como "libración de responsabilidades") es una situación en la que tienes una mano fuerte pero temes que la de tu rival sea aún más fuerte; entonces, decides foldear tus cartas.

Los profesionales se enorgullecen de su habilidad de hacer grandes laydowns, y yo no soy menos. Veamos un gran laydown que hice en un torneo de Atlantic City. Aunque "gran" puede resultar insuficiente aquí.

El bote había sido raiseado preflop, visto, y nuevamente raiseado hacia mí. Sentado en la ciega grande, llevaba pareja de Reyes. No quería hacer el tonto con esa mano, así que decidí hacer un nuevo reraise.

Bien, los dos primeros jugadores foldearon, pero el que restaba fue all in.

"¡Oh no!," pensé. "¿Tendrá realmente una pareja de Ases?"

Luego de un cierto tiempo de pensarlo seriamente, decidí tirar la segunda mejor mano posible antes del flop en el Texas Hold'em. Eso fue un laydown enorme.

Pero había un problema. Mi oponente me mostró su mano: ¡pareja de Damas! Lo tenía dominado, pero mi mano ya estaba en el mazo en ese momento. Demasiado para mi laydown magistral. Me creí muy astuto y perdí una oportunidad de doblar mis fichas partiendo como favorito 4:1. Ese es el problema al hacer un gran laydown. Cuando te equivocas, resulta una pesadilla.

Habiendo dicho eso, vamos a lo bueno: Si nunca tiras la mejor mano, probablemente estás haciendo demasiados calls.

Algunas veces una mano parece demasiado fuerte como para foldearla. Digamos que estás jugando Limit Hold'em con ^kh^10h. La mesa muestra ^jh^6h^2c^7c^9h, dándote el segundo mejor color, que sólo puede ser vencido por un color al As. Tu mano es claramente fuerte, y lo suficiente como para apostar en el river. Pero ¿qué sucede si alguien te responde con un raise?

Puede estar faroleando, o subiendo con un color más débil. La mayoría de las veces, sin embargo, tendrá precisamente la única mano que puede vencerte: el color al ^ah.

De manera que ¿cómo jugarla?

Lo primero que debes considerar es el precio que debes pagar por el call. Si hay $120 en el bote, y sólo debes pagar $20 para ver la mano de tu rival, tus odds son de 6:1 a que él no lleva la mejor mano. No hay gran laydown aquí. Paga los $20, que el call es correcto.

Veamos ahora un ejemplo donde cobra sentido el gran laydown.

Estás en una mesa de cash de No Limit y tu bankroll es $280. Llevas ^as^9s y la mesa muestra ^qs^7s^7c^jh^2s. Esta vez llevas el color más alto, pero no llevas las nuts de la mano, dado que cualquier full house puede vencerte.

Digamos que te enfrentas con un jugador muy tight y decides apostar el bote: $30. Eso te deja con un total de $250.

Pero ¿qué deberías hacer si tu rival decide subir, poniéndote all in?

No es una decisión sencilla.

Hay dos únicos escenarios realísticos aquí. Sabes que él no tiene las nuts en color, puesto que tú la tienes; de manera que o tiene un full house, o está faroleando.

Mira el bote y calcula las pot odds. Hay $90 en él, más los $250 que raiseó tu rival. Esto significa que debes ver una apuesta de $250 para ganar $340. Tus pot odds aquí son unos miserables 1.36:1 ($340/$250), poco mejor que nada. No funcionará jugar esta mano.

Lo bueno de todo esto es que no debes ser demasiado preciso con las matemáticas. Todo lo que hacen es ayudarte a determinar si es un buen momento para jugar, o es mejor hacer un gran laydown.

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