Psicología

No existe el 'YO' en el póquer, escribe Eddy Scharf

Anónimo | 13/02/08

Hace poco participé en un torneo televisado donde observé a muchos jugadores perder totalmente el enfoque en el juego. Intentaban deshacerse de un jugador en particular en la mesa o hacían movimientos imprudentes y desatinados, fanfarroneando frente a las cámaras. En todos los casos, estos jugadores estaban cometiendo el mismo error: dejar a su Ego interponerse en el camino del juego.

Mientras que la mayoría de los jugadores nunca van a tener la chance de poder desplumar a un profesional famoso, o de presumir con movimientos extravagantes frente a una cámara de televisión; demasiadas personas permiten que el ego les impida jugar un póquer sólido. Una vez que esto ocurre, pierden de vista sus objetivos a largo plazo y comienzan a jugar con propósitos muy diferentes a ganar.

Entonces, ¿cómo mantienes tu ego bajo control en la mesa? Recomiendo que empieces por identificar las situaciones que pueden sacarte fuera de tu juego, y luego aprender a manejarlas; o, mejor aún, evitarlas completamente. Para darte una idea, he destacado tres situaciones muy comunes con las que me he cruzado a través de los años:

El duelo de rencores: En mi experiencia, esta es una de las situaciones más frecuentes en la mesa y, con práctica, es también una de las más fáciles de evitar. Muy a menudo, un jugador intentará dar un buen golpe contra otro que piensa que le ha costado fichas. En lugar de dejarlo atrás y tomarlo por lo que es -una única mano de una partida o torneo- el jugador afectado, dolido, entra en tilt y enfoca su juego en contraatacar a su nuevo "enemigo" como si estuvieran en una partida mano a mano.

Dejando que el ego se entrometa en su camino, y concentrándose en un sólo oponente, estos jugadores acaban haciéndose mucho mas daño que bien a largo plazo. Le pierden la pista al resto de la gente en la mesa y terminan perdiendo oportunidades de recuperar fichas, o peor aún, dándole a esos jugadores la oportunidad de hacerse con sus fichas restantes.

En lugar de caer en esta trampa, mi consejo es que hagas todo lo que esté en tu poder para dejar atrás esa mano. Si esto quiere decir que tengas que levantarte de la mesa e irte a caminar por diez minutos para desahogarte, hazlo. A la larga, es una solución más barata y menos estresante para un problema que, para empezar, nunca debió haber existido.

Luchando con el matón de la mesa: Algunos jugadores sienten que los otros competidores los tienen en la mira, principalmente cuando tienen un short stack.

En lugar de jugar un póquer inteligente, y buscar momentos clave para recolectar fichas valiosas de esas pilas más grandes, estos jugadores generalmente terminan contraatacando en un esfuerzo por demostrar que con ellos no hay que meterse. Y como generalmente sucede con los no favoritos en este tipo de situaciones, se van derrotados.

Algunas veces vale la pena contraatacar a oponentes agresivos con stacks más grandes, pero debes elegir tus batallas inteligentemente. En lugar de apostar fuerte con cualquier par de cartas para probar que "a ti no te lo hacen," busca oportunidades de poner tus fichas en el medio cuando confíes en que tienes la mejor mano. Paciencia es la clave para sobrevivir este tipo de situaciones, en lugar de un juego precipitado y demasiado agresivo. Comprométete a jugar tu propio juego y el problema del matón se solucionará por sí mismo.

Los buscadores de gloria: Para algunos jugadores -especialmente del póquer online- no hay nada más satisfactorio que poder fanfarronear de haberle ganado un gran bote a un profesional muy famoso.

Si, es divertido jugar en la mesa con Phil Ivey o Chris Ferguson, pero es un gran error dejar que ello modifique tu plan básico de juego. Por buscar la gloria de "derrotar" a uno de estos pros, muchos jugadores inexpertos se exponen a ser arrollados por los demás competidores.

Si tú realmente quieres impresionar a los profesionales -y a los demás jugadores- deja tus emociones fuera del juego. Concéntrate en jugar las mejores cartas en la mejor situación posible, y esos botes que tanto deseas ganar llegarán por sí solos.

Estas son solamente unas pocas maneras en las que el ego puede entrometerse en el camino de un póquer sólido y ganador. Cuando te enredas en este tipo de juegos psicológicos, tus objetivos a largo plazo -ya sean ganar un torneo o incrementar tu bankroll- van a verse perjudicados. Este puede no ser un juego de equipo, pero siempre es bueno recordar que el YO no cuenta en el póquer.

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