Shorthanded: escuela de agresividad

Anónimo | 21/05/07

El jugador tight-agressive es aquel que realiza un juego muy selectivo y cuando actúa lo hace con fuerza, llevando la mayoría de las veces las de ganar porque conoce bien sus probabilidades. Sabe cuáles son los momentos adecuados para robar las ciegas, para hacer un farol, para presionar sobre el rival, o decantarse por el slowplay. El loose-agressive se diferencia en que juega un rango más amplio de manos.

El primero se desempeña mejor en Limit Hold'em, y el segundo tiene su coto de caza en el No Limit. Pero lo que identifica a ambos es que saben aplicar la agresividad a su juego, y ello es algo que separa a los jugadores ganadores de los simplemente buenos jugadores.

La selección de manos es algo que todos pueden aprender desde una tabla, así como una correcta estrategia de apuestas y las matemáticas del póquer; luego un poco de disciplina y nuestro juego tendrá un salto de calidad importante.

La agresividad, en cambio, ofrece mayores dificultades puesto que tiene connotaciones psicológicas que requieren un esfuerzo adicional que no se puede aprender leyendo teoría. A jugar agresivamente se aprende haciéndolo.

Una de las mejores formas de aprender el juego agresivo son las mesas shorthanded, donde la acción es mucho más intensa. Si quieres tener chances de ganar, deberás jugar con fuerza.

Por supuesto debes estar muy consciente de que estás allí para aprender el juego agresivo, y no para convertirte en un jugador loose o maníaco. Una buena combinación para evitarlo es jugar shorthanded y fullring, o torneos con niveles largos. El primero aporta la adrenalina y el entrenamiento del factor agresividad mientras los otros enseñan la mesura necesaria para sobrevivir al exceso de ímpetu. Aprenderás a separar los tipos de juego, y muchas veces a costa de errores. Pero es de allí de donde mejor se aprende.

El shorthanded es pura agresividad. Esperar manos premium allí es caminar lentamente al cadalso por propia voluntad. Farolear indiscriminadamente tiene el mismo resultado, sólo que más rápido. Y aquí más rápido no significa con menos dolor, todo lo contrario.

El concepto más importante del shorthanded es que no es un juego de cartas, sino de personas. Si tú pasas, ellos apuestan. Si eres tú el que apuesta, ellos suben. El objetivo es superar a la persona que está en el bote contigo.

Esta variante también te permite observar mejor a tus rivales, dado que son menos en la mesa, y al haber tanta acción tienes oportunidad de crear un patrón de apuestas más preciso de cada uno de ellos. Es allí donde el aprendizaje del juego agresivo se potencia: para ganar deberás traducir cada punto débil que encuentres a apuestas y subidas que la mayoría de las veces no tendrán nada que ver con tus hole cards.

¿Tu oponente sube siempre desde última posición? ¿Apuesta cada vez que la mano le llega limpeada? ¿Sube o resube cuando no conecta en el flop o lleva un proyecto? Cada uno de esos detalles deben ser tenidos en cuenta, así podrás ahorrarte algunas BB, o tomar la iniciativa subiendo la apuesta.

Otro aspecto que ayuda a desarrollar el instinto "asesino" es que en estas mesas siempre se debe ser el que apuesta o sube. El slowplay no funciona muy bien en shorthanded contra un jugador agresivo, puesto que no se obtienen suficientes cartas como para competir a ciegas.

Dado que se juegan muchas manos es normal que tengas fluctuaciones en tu stack en una mesa shorthanded. Ganarás y también perderás al pagar algunas manos buenas, pero así es el juego aquí, sobre todo cuando lo que buscas es mejorar tu nivel incorporando la agresividad a tu perfil de jugador.

Debes estar preparado para hacer faroles y semifaroles, check raises en el turn con overcards, apuestas con pares medios. Esto puede costarte una o dos BB, pero podrás ganar mucho más en la próxima mano que logres tu mano.

Finalmente, recordar nuevamente que el objetivo aquí es incorporar elementos de agresividad que no tienes muchas chances de practicar en otras formas del Hold'em Póquer, y que no se aprende en libros o artículos. El shorthanded es un juego extremadamente loose como para aplicarlo en fullring o torneos; pero si lo practicas de manera inteligente, verás que a medida que vayas incorporando el concepto de agresividad a tu juego podrás explotar mejor las debilidades de tus rivales, robar ciegas impunemente, y sacar más provecho a tus buenas cartas.

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