Die short stack, die III. El Problema por spainfull

Anónimo | 15/02/10

Retomo la serie dedicada a la estrategia short stack para analizar las razones que esgrimen los dos bandos enfrentados en esta lucha de intereses (short vs. full) y por qué una sala como FTP se ha decantado por apoyar a una de las facciones impulsando un aumento del buy in mínimo de sus mesas normales.

Esta historia viene de lejos, ya vimos en el primer capítulo la evolución que ha seguido la estrategia short stack y en el segundo la motivación y expectativas para mantenerla de las salas. Si se busca en los principales foros de póquer, se podrán encontrar varios hilos dedicados a hablar sobre este tema, en los que los defensores de la estrategia short stack y sus detractores argumentan con mayor o menor fortuna si esta es buena o perjudicial para la industria.



Uno de los principales argumentos de los jugadores short stack es que los que se oponen a esta estrategia son unos llorones incapaces de ajustar rangos y adaptarse a su juego que han conseguido que las salas les hagan caso; su siguiente afirmación es que si ahora deciden que no les gusta que se farolee o que se haga mucho 3bet van a intentar prohibirlo también. En cuanto a la primera parte, si bien puede parecer increíble que los habituales full stack que solamente se dedican al póquer para subsistir no tuvieran los cálculos realizados para enfrentarse a estos rivales, por algunos comentarios recientes hechos en 2+2, resulta que muchos de niveles bajos-medios no tenían ni siquiera una tabla de equity para ver cuándo era rentable restarse ante el rango de un short stack, cosa que me dejó bastante perplejo.

Independientemente de este hecho, y al hilo de la segunda parte de la argumentación, la queja no es porque algo no les guste, sino porque la estrategia short stack tiene una ventaja inherente sobre los jugadores que juegan con el buy in máximo permitido.



Esto es algo difícil de discutir. Otra cosa es que se diga que si tiene una ventaja clara y es tan fácil de jugar, por qué los que protestan no juegan esta estrategia. Independientemente de las razones de cada uno para no hacerlo, creo que si hay jugadores que tienen una ventaja sobre otros simplemente por el hecho de entrar con menos fichas a la mesa (no por habilidad), esto debería cortarse en cierta medida, tal y como ha hecho FTP. En palabras de Raúl Mestre, uno de los creadores de una de las estrategias short stack más efectivas, “el problema del juego es que tiene un bug que algunos jugadores están sabiendo explotar”. Bueno, entonces intentar corregir un error del juego para hacerlo más equilibrado me parece una buena opción.



El problema en sí no es el de los jugadores que entran con 20bb a una mesa, sino de aquellos que explotando su ventaja frente a otros rivales por el mero hecho de su stack, en cuanto se doblan se cambian de mesa. Es decir, el ratholer profesional. Las quejas de los jugadores son porque esta estrategia bien hecha es muy difícil de combatir, no van dirigidas contra los malos jugadores que compran corto porque daría igual con el stack que entrasen. Cuanto menor stack, más difícil cometer errores y más fácil jugar de manera óptima. Cuanto mayor stack, más opciones de equivocarse y mayor tiene que ser su nivel (y sus conocimientos) para ganar dinero consistentemente. No caigo en el error recurrente de afirmar que la estrategia short stack sea muy sencilla de aprender y practicar, aunque sí que es cierto que es más simple que jugar que la full stack y que el ratio de ganancias frente a estos jugadores es mucho más reducido que frente a otro de su mismo nivel con el stack completo.



Para ilustrar este concepto y resumir su ventaja, basta con mostrar un extracto del artículo sobre las mesas CAP disponible en EducaPoker:

“A priori, estas mesas deberían ser bastante menos favorables que una mesa normal en la que nosotros tenemos el stack corto. La razón que nos debería hacer pensar esto es que, en una mesa normal, otros jugadores tienen que seleccionar sus rangos de manos y sus movimientos no solo contra nosotros, con el stack corto, sino también contra otros rivales con un stack grande. En general, sus acciones van a buscar sacar más beneficio contra los stacks grandes y esto nos beneficiará a nosotros, con un stack corto.”



Este otro comentario de Raúl Mestre define perfectamente el sentimiento generalizado de la estrategia short stack:

“Simplemente es hacer las cosas bien jugando shortstack, calcular tus rangos con precisión y molestarte en hacer números para la situación concreta en la que juegas. Como eso es mucho pedir para la mayoría de oponentes deepstack (supongo que debe ser aburrido) ellos usan los rangos que les apetece y obviamente se les gana dinero de forma masiva. Si un deepstack usase rangos correctos contra un shortstack no le ganaría dinero. El tema es que a muchos jugadores de póquer les se les da mejor quejarse y lloriquear que trabajar un poco, y lo peor es ver que obtiene resultados. Si todo el mundo jugase correctamente no habría shortstacks en las mesas, porque no ganarían dinero.”



Aunque como he comentado sí es cierto que algunos jugadores no saben adaptarse a estos rangos por falta de estudio adecuado, creo que este sentimiento no es del todo correcto. Para empezar, habla de que si todos jugasen bien no habría short stack, pero la cuestión es que si todos los jugadores jugasen correctamente, no habría póquer porque nadie ganaría dinero suficiente salvo las salas. El otro punto ya ha quedado comentado previamente, esta estrategia tiene una ventaja sobre el resto solo por entrar con menos stack, no es solo una cuestión de quejarse por no saber calcular unos rangos.



En fin, en este primer acercamiento a las argumentaciones a favor y en contra de la estrategia short stack, he tratado de centrarme en el tema principal de la batalla, intentando aclarar la raíz del problema. En la siguiente entrada, abordaré otras cuestiones interesantes relativas a la estrategia y el escaso peso (real) de los jugadores en la toma de decisiones de las salas.

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