Die short stack, die IV. Las salas y el ecosistema por Spainfull

Anónimo | 26/02/10

En la anterior entrega argumentaba por qué me parecía bien que se aumentase el buy-in mínimo en las mesas de poker de las salas (básicamente porque cuanto mayor cantidad más margen para cometer errores y porque jugar la estrategia shortstack da una ventaja solo por el hecho de comprar con menor cantidad, no por habilidad), quedándose en el tintero varias cuestiones que muchas veces son omitidas en las argumentaciones de uno u otro bando.

Pero antes de entrar de lleno en estos aspectos que abordaré en otra ocasión, me gustaría dedicar el escrito de hoy a aclarar un punto que solamente dejé comentado en el anterior artículo. Se trata de la influencia de un grupo de jugadores en el resultado final de las acciones de una sala. En general, el de una sala es el mismo funcionamiento que el de una empresa con respecto a sus clientes. Me explico: al final por mucho que se quejen, si la empresa hace sus cuentas y ve que hacer esos cambios no le es rentable, no los llevará a cabo y comunicará que es imposible porque resultaría perjudicial para el conjunto del negocio (o cualquier otra excusa bien sonante); y al contrario, si consideran que va a ser positivo, lo venderán como que sus clientes son lo primero, que por eso les escuchan, los tienen en consideración y bla, bla, bla...

Es decir, que si FTP ha implementado la subida del buy-in mínimo no es porque una parte de los jugadores habituales se hayan quejado (sin duda habrá tenido su importancia aunque menor que la que los shortstack les atribuyen), sino porque han hecho números y habrán llegado a la conclusión de que era una buena solución para incrementar sus ganancias a medio-largo plazo. Imagino (quiero creer) que todas estas decisiones se toman teniendo en cuenta principalmente mejorar la salud del ecosistema pensando en el futuro, de modo que todo el mundo se verá beneficiado de los cambios efectuados; ellos porque piensan que así aumentan el número de jugadores totales, porque eliminan un tipo de jugador que obtenía ganancias de forma más sencilla (se supone que a un fish le da igual entrar con 20 que con 35bb y que no todos los ss abandonarán la sala) y para sus jugadores habituales full stack porque en teoría la salud del juego se garantiza por más tiempo.

Aunque soy consciente que, como en todos los negocios y más en un entorno de feroz competencia con empresas operando en el borde de la legalidad como es este mundillo, dependiendo de la situación global y económica en particular de la sala, podrían intentar favorecer el corto plazo y olvidarse de lo mejor para todos; pero sería un grave error y la mayoría lo saben. En líneas generales, su principal preocupación es obtener suficientes beneficios ahora al mismo tiempo que intentan maximizar las ganancias para el futuro, manteniendo un equilibrio en el ecosistema, para lo cual harán lo que estimen oportuno por muy injusto que pueda parecer. Y eso, aunque suene extraño, incluye que no haya muchos jugadores ganadores (de mucho volumen), especialmente en salas con no demasiado tráfico.

Eso es precisamente lo que ocurre en la red IPoker. Todas las salas asociadas a esta red tienen que cumplir una serie de condiciones, entre las que se encuentra que la diferencia entre ingresos y retiros no debe superar determinadas cantidades si no quieren pagar cuantiosas multas. Por eso, las más pequeñas que no consiguen nuevos clientes, se ven obligadas incluso a cerrar cuentas a jugadores ganadores que realizan retiros frecuentes, de forma que cada vez es más difícil encontrar grandes ofertas de rakeback. Son medidas necesarias para evitar que unas salas con mejores condiciones para los tiburones se aprovechen del trabajo de otras que logran atraer a los malos jugadores. Por cierto, Ipoker es una red, en la que ya tomaron medidas anti shortstack aumentando el tiempo mínimo para volver a una mesa con un stack distinto del que se salió.

Otro caso es el de PokerStars, que entiende de manera diferente el negocio. Es una situación similar (también sirve como ejemplo del párrafo anterior sobre las empresas, sus decisiones y sus comunicados) al comentario de un representante de PokerStars sobre añadir mesas deep (200bb máximo), en el que negaba que se fueran a poner este tipo de mesas porque creían que era perjudicial para el equilibrio a largo plazo. La razón era que al tener más ventaja los buenos jugadores sobre los malos, al igual que hacen las redes de arrastre, esquilmarían mucho más rápidamente los bancos de peces (ocultando en su respuesta que estos también se dejarían menos comisión en las manos que jugasen). Del mismo modo, han informado que sus intenciones son las de no aumentar el buy-in mínimo a corto plazo; lo que contestan cuando algunos jugadores preguntan sobre el particular, es que ya hay mesas 50bb min donde no pueden jugar los ss. Mientras se vean favorecidos por el ingreso de shortstacks procedentes de otras redes y tengan suficiente tráfico en todas las modalidades, es probable que no se vean compelidos a cambiar nada.

Volviendo de nuevo al tema original, como se puede comprobar en este hilo de hace ya unos cuantos meses, no es la primera vez que una red toma medidas ante la oleada de buenos jugadores con estrategia shortstack. La decisión sorprendente que se tomó fue la de prohibir entrar en una mesa a los jugadores de una lista si ya había uno de ellos sentado. Una parte de estos jugadores eran de Valencia, pertenecientes a lo que podíamos llamar EducaPoker Pre beta. A día de hoy, el problema se vuelve a repetir, esta vez en la red de Party. Se han sucedido las quejas por una reciente invasión de jugadores españoles shortstack (es curioso, la nueva sala Azartia sin pretenderlo está metida en varias polémicas recientes). La respuesta de los responsables de Party no se ha hecho esperar; según un mensaje en 2+2, están trabajando en una solución para atajar el problema. Entre las posibles acciones se incluye añadir mesas de 35bb, aunque ya han avisado que tardarán un tiempo en llevarlas a cabo.

Recapitulando, las salas no son otra cosa que empresas en busca de beneficios y un futuro próspero; por tanto, no dudarán en tomar las acciones necesarias para lograr sus objetivos. Caiga quien caiga.

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