La historia de Jack Escualo o ¿Es el póquer un juego de suerte?

Anónimo | 12/06/08

Se que es muy poco ortodoxo empezar un blog así, sin presentación ni saludo cordial ni na’ (ya tendré tiempo para eso) pero (cual pez siguiendo el instinto de su escalera barrigona) voy a enfregonarme (meterme en fregaos) directamente con un tema polémico:



¿Es el póquer un juego de suerte?

- SI, por suerte, si.

Y en estos momentos muchos de vosotros os estáis llevando las manos a la cabeza insultando a mis santos progenitores. Vale, relax y dejad que me explique, y despues de leer mí rollo, si no estáis de acuerdo, ya podréis condenarme a la parrilla sardinera…

Primero decir que escribo esto siguiendo el hilo del artículo de Boltrok “¿Es el póquer un juego de suerte?” publicado en este mismo portal. Articulo de lectura previa recomendable, no solo por bueno (aunque yo no esté enteramente de acuerdo) si no, porque también de esa forma se entenderá mejor mi escrito.

Hala, metámonos en harina: Boltrok explica muy bien que el factor suerte se amortigua con la repetición. Si siempre repetimos la misma apuesta con odds favorables lógicamente a la larga ganaremos porque la estadística está de nuestra parte.

El problema es que la estadística favorable a la larga… “a la corta”, no nos garantiza nada!!!.

La estadística es una amante traicionera, caprichosa y peligrosamente amiga de los bad beats. Por mucho que la cuides, la conozcas y la comprendas… jamás sabrás cuando te va a ser infiel.

Una sola traición de Doña estadística, puede ser peor que largos años de feliz matrimonio con ella y si encima la suerte y la estadística tienen ganas de cachondeo… daté por cornudo y apaleado.

Tú eres Jack Escualo, la mayor estrella en el universo pokerniano. Tu técnica es tan aplastante como tu dominio psicológico del juego. Todos los grandes jugadores del planeta están impresionados por tus capacidades y temen jugar contra ti. Eres el tiburón perfecto, frío, calculador y sin emociones. Para ti la suerte no existe. Jamás te dejas llevar por un impulso o una corazonada. Solo sigues las leyes de la estadística y el riesgo calculado.

Vas a jugar el heads up final del campeonato del mundo mundial contra Feliciano Buendía, “el rey del bat beat”. Un fulgurante jugador que ha conseguido llegar a la final ganando torneos sucesivos desde un freeroll. Feliciano se caracteriza por tres cosas, su fantástica suerte, sus ataques de locura que le hacen jugar con las cartas más inverosímiles (el dice que en ese momento le abducen los marcianos) y por su soriasis purulenta genital, que suele producirle unas ganas incontenibles de rascarse la entrepierna.

Feliciano es un pez payaso comparado contigo. Estás absolutamente tan seguro de tu triunfo que has apostado tu inmensa fortuna personal contra la mafia rusa y por chulería, también te has apostado una mamada contra Feliciano. Quieres vencerle y humillarle. Va ser una victoria histórica. Serás recordado eternamente como el campeón al que se la chupo su rival y consiguió más dinero que nadie nunca jamás: el premio del campeonato más la apuesta privada contra los rusos.

Comienza el juego y en la primera mano del heads estáis con el stack igualado. Se reparten las dos primeras cartas…. y tú tienes la peor MALA SUERTE DEL MUNDO.

Mala suerte porque levantas la punta de tus naipes y te saludan dos monstruos ases.

Mala suerte porque Feliciano tiene uno de sus ataques soriásticos en el momento que ha ido a ver sus cartas, con la mala fortuna (para ti) de que sus agitaciones al arrascarse le han hecho cometer la torpeza de levantar las cartas levemente, muy levemente, pero lo suficiente como para que tu hayas visto un reflejo de de su contenido, un miserable 7 2 de colorcito contrastado.

Estas en el big blind. Piensas que posiblemente tus ases se van a desperdiciar, pero al menos rezas para que Feliciano intente robar ciegas.

Feliciano suelta su entrepierna, te mira fijamente, mira al crupier calvo y con bigote que ha repartido y…. tienes la MALA SUERTE de que sufra uno de sus ataques de locura marciana. Feliciano te mete un All in con su 72 un-suited.

Por mala suerte, tu decisión es inevitable. Vas al all in absolutamente tranquilo y convencido de tu victoria.

MALA SUERTE???? pero que estupidez ¿Por qué es mala suerte esa sucesión de acontecimientos fortuitos?

Porque fortuitamente salen las siguientes cartas:

Flop 222 turn 7 river 7

- Imposible!!!! Gritas sin creer lo que ha pasado.

- No! Improbable, pero no imposible! Te escupen en la cara doña estadística y doña suerte, mientras besuquean a Feliciano provocándole un ostentoso abultamiento bajo su bragueta.

Un mes despues sigues sin creértelo, mientras agonizas en un hospital de la beneficencia, ahogantote en tu propia pus pestilente segregada por las yagas abiertas de tu garganta infectada por una enfermedad desconocida contraída al chuparsela a Feliciano.



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Veamos que dicen los señores de la Real Academia:



Juego de de suerte.

1. m. Cada uno de aquellos cuyo resultado no depende de la habilidad o destreza de los jugadores, sino exclusivamente del acaso o la suerte; p. ej., el del monte o el de los dados.

¿Se puede ganar una mano de póquer sin ninguna habilidad o destreza, solo y EXCLUSIVAMENTE POR PURA SUERTE?
-Siiiiiiiiii

Para ir a un ALL in con 72 un-suited no es necesaria ninguna habilidad o destreza y tú, Jack Escualo con toda tu habilidad, destreza, experiencia y tus muñecas alicatadas de brazaletes estás muerto.

Pero por supuesto, esto no significa que para ser un ganador “estable” no necesites muchísimo más que suerte!!!!!

El póquer es un juego de riesgo (suerte), un juego de técnica matemática (estadística), un juego de habilidad operativa (saber cuando, como, cuanto y porque apostar), y un juego de control psicológico (conocimiento del contrario y de ti mismo).

Dominar el póquer es muy complejo. Para llegar a tiburón es necesario estudiar y practicar duramente o haber nacido con un don… o ambas cosas a la vez. Si eres un tiburón tendrás grandes ventajas y garantizada la victoria en general, pero aun así esto no garantiza la victoria en NINGUNA MANO EN PARTICULAR a causa del factor suerte.

Y por mucho que la repetición amortigua el factor suerte, en determinados momentos el factor suerte será superior a nuestra técnica y dominio del juego.

Ya Puedes ser Jack Escualo, el mejor jugador del mundo, con dos ases en tu mano y aún así no tienes garantizada la victoria.

¿Y eso es malo?
- Noooooooo!!!

Esa es la gran cualidad que convierte el póquer en un juego fantástico: en el póquer todo es posible gracias a la suerte… o a la mala suerte.

Ese factor suerte particulariza y diferencia al póquer de otros juegos, deportes o artes. Gracias al factor suerte el póquer es atractivo para todo el mundo, ganadores o perdedores, peces o tiburones… porque en el póquer, hasta el jugador más malo del mundo podría ganar unas manos al mayor campeón de toda la historia. Improbable, pero no imposible.

Gracias a al factor suerte. Gracias porque así los tiburones podrán seguir pescando tranquilamente, sin temer el agotar las reservas de pececillos, el factor suerte hace que de vez en cuando un pez se coma al tiburón y esto pone feliz a toda la bandada. Pensemos que gente puede ser pez, pero no gilipollas (aunque a veces, lo parece).

El peor pez ludópata del mundo puede perder sistemáticamente jugando en una mesa rodeado de tiburones, pero no jugará ni una sola mano en una mesa donde sepa que la partida está trucada. ¿Podría ganar una partida trucada? Imposible! ¿Podrá ganar a los tiburones? Improbable. Cero coma… suficiente para seguir jugando toda su vida y seguir perdiendo sin retirarse de la partida... aunque el resultado sea el mismo que jugar una partida trucada.

Citando al viejo Slim, “puedes trasquilar una oveja muchas veces, pero solo puedes descuartizarla una vez”

Sin el factor suerte los peces-oveja se extinguirían descuartizados.

Los peces necesitan tener suerte para sobrevivir sobrellevando su ignorancia y los tiburones necesitan no tener mala suerte para que no les descuartice un badbeat como a Jack Escualo.



Un instante antes de morir Jack Escualo contrajo su rostro. Agitó su cabeza amoratada y deformada horriblemente por la enfermedad, abrió los ojos como espantado por la inesperada visión de un espectro… y señalando el televisor colgado frente a su cama de moribundo pronunció sus últimas palabras:

- La suerte…. no existe… trampaaaaaagh.

En ese momento en el telediario daban la noticia de la detención de Raspatin Smirnoff alias Feliciano Buendía, un peligroso capo ruso metido en sucios negocios de juego y corrupción, mujeriego, ludópata y asesino. Experto en el arte del disfraz y muy relacionado con el trafico de armas químicas y biológicas.

Jack Escualo, el mayor tiburón del mundo, había sido pescado en el mayor montaje de la historia del póquer…

Y así termina la película para los pragmáticos que crean que la suerte no existe, como Jack Escualo….

Claro… todos sabemos que una mano como la que le derrotó es imposible ¿verdad?

Ñeeeeeegggggghhhhh (ruido de error)

Improbable, pero no imposible, porque por suerte, el póquer es un juego de suerte.

SECUENCIA FINAL / INTERIOR NOCHE

En una lujosa suite de hotel Bellagio de las Vegas, Raspatin Smirnoff, frente al espejo, se quita el disfraz de Feliciano.

VOZ EN OFF - Todo el plan había salido a la perfección. Había conseguido llegar a la final crakeando los casinos online y sobornando gente en los juegos live.

Que buena idea la meter de crupier en el heads up a Don Tama Riz , un cartomago que trabaja por las mañanas en fiestas infantiles, pero solo es una tapadera, porque en realidad es el mas habilidoso “mecánico” experto en hacer trampas con cartas… Don Tama Riz, disfrazado de calvo con bigote le había repartido aquella jugada milagrosa…. Aunque había algo que no entendía… Don Tama Riz le había dicho que se disfrazaría de melenudo con gafas…

(Un greñoso con gafas de culo de vaso entra en la sala y delante de Raspatin se quita las gafas y se arranca la cara como si pelase una naranja… bajo la mascara está Don Tama Riz.)

RASPATIN – (mirándole confundido) - ¿Pero no estabas disfrazado de calvo con bigote?

DON – (se muestra nervioso y agitado) - Jefe, no se lo va a creer… Esta mañana comí demasiada tarta de frambuesa… y un minuto antes de la partida sufrí un ataque de diarrea galopante y…. la organización me sustituyo por el calvo… y…

RASPATIN - ¿Qué diablos quieres decir?

DON - Jefe, no hubo trampa. Usted ganó limpiamente… usted ganó por suerte.

Tachannnnnnnnnnn!!!!! – (música de sorpresa y el THE END)



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