'Overbets' por Sergeon

Anónimo | 23/04/10

Muchas veces habréis leído que tenemos que planear las manos de tal modo que intentemos no hacer Overbets si es posible evitarlo (especialmente postflop).

Entender el porqué de esto es importante a nivel teórico, y ayuda mucho a pensar sobre todas las situaciones posibles del poker (especialmente en aquellas en las que apostamos para abandonar ante una subida).

Cada vez que apostamos, y cuanto más apostemos, la equity para pagar una hipotética resubida all-in decrece. Esto es así porque el bote se hace más grande y el dinero que tenemos que pagar pequeño (y eso es así aunque hayamos apostado sólo una ciega). Por tanto, llegará un punto, en el que nuestra apuesta es lo suficientemente grande y/o nuestro stack es lo suficientemente pequeño como para tener que hacer call con nuestra mano, incluso si la situación general es exageradamente costosa para nosotros.

Por ejemplo, como caso hipotético extremo, imaginad que abrimos en el D con 85o a 60 ciegas. Si nuestro oponente hace push por 80 ciegas, tenemos que pagar obligatoriamente. Sin embargo, la situación general es muy costosa para nosotros. En cambio, abriendo a 2,5 ciegas, podemos abandonar cuando nos resuban, y en mesas flojas esa subida será rentable -como también lo será el fold ulterior, en comparación con pagar un 3et con 86o-.

Esto, lo sabemos, es completamente obvio, pero nos puede hacer pensar en otras situaciones más complicadas.

El caso es que, si no hacemos Overbets, podemos abandonar nuestras peores manos ante una subida, y de hecho eso es deseable, dado que nos permite farolear con un rango amplio y desechar los peores faroles cuando nuestros oponentes muestran fuerza. Se puede hacer un tratamiento matemático bastante extenso de la relación entre el porcentaje del bote que apostamos y la cantidad de manos que abandona el oponente. Debido a su complejidad vamos a preferir omitirlo, pero básicamente si se asume una relación directa entre estas dos variables, se verá que las apuestas cercanas al tamaño del bote, y mayores, apenas se vuelven más efectivas según aumenta su tamaño. Por tanto, en términos de Fold Equity, una apuesta de 1.2 veces el bote es prácticamente igual que una de 1.7 veces el bote. En cambio, entre una apuesta de medio bote y una del bote entero hay una diferencia mucho más significativa.

Por tanto, si nuestros rangos preflop son muy amplios, será mucho más probable que no tengamos una mano hecha postflop que que la tengamos, por lo que lo más probable es que nuestras apuestas post-flop sean un farol. Eso ya es un motivo para elegir, como regla general, tamaños de apuesta pequeños -dado que nuestros rangos de juego preflop deberían ser muy loose, tal y como está el poker actualmente-.. Evidentemente, hay excepciones: boards cargados, o manos hechas contra fishes, preferirán tamaños de apuestas medianos o grandes, pero como regla general, deberíamos elegir el tamaño más pequeño posible que tenga el mismo Fold Equity que una apuesta más grande, si queremos farolear, o que nos permita hacer entrar nuestro stack en el bote en tres apuestas, si tenemos una mano poderosa y queremos jugar por stacks.

Sin embargo, hay situaciones donde nos veremos forzados a elegir tamaños de apuestas que son incómodos, desde este punto de vista. Esto se va a dar sobre todo en dos casos: 1- Cuando enfrentamos alguna resubida de un tamaño incómodo preflop. 2-Cuando postflop, el tamaño del bote es entre 1.3 y 1.8 veces nuestro stack -más o menos-. Como en estos casos realizaremos apuestas que sean overbets -o que funcionen como overbets-, dado que el tamaño del bote, los stacks y las apuestas del oponente sencillamente nos obligan a hacerlo, conviene comprender un poco la naturaleza de las Overbets para entender cuándo no es un problema realizar una.

Jugando con 100bb, si subimos a 2,5 o a 3 bb preflop, es fácil que enfrentemos una resubida de entre 9 y 12 ciegas por parte del oponente. En este caso, si vamos all-in sobre su apuesta, él tiene mucha facilidad para obtener beneficios: puede limitarse a pagar con sus mejores manos, sin tener que preocuparse en exceso de que le estemos faroleando. En general, cuanto más grandes son las apuestas que se enfrentan en relación al bote, menos importante se vuelve cazar faroles, y menos rentables son éstos. Por tanto, si ante una resubida a 9 ciegas, vamos all-in (estamos apostando más de 10 veces el tamaño del bote), no podemos casi farolear, dado que al estar apostando mucho en relación al bote, nuestros faroles pierden rentabilidad. Por tanto, es lógico que, si queremos farolear -y deberíamos hacerlo en todas las situaciones de juego en el que el oponente vaya a tirar una parte significativa de su rango ante una apuesta, o sea, prácticamente siempre-, tengamos que elegir un tamaño de apuesta más pequeño. El problema es que, si resubimos a 30 ciegas, nuestro PME para pagar cualquier all-in es del 35%; casi cualquier mano con la que vayamos a hacer 4-bet tiene este éxito contra un rango decente de all-in por parte del oponente. Por tanto, en la práctica, nuestra apuesta se convierte en una Overbet, dado que de todos modos cuando él vaya all-in tenemos que pagar nuestro stack. En la práctica, para hacer esto, es mucho mejor ir all-in nosotros, dado que aumenta nuestro fold equity -la excepción sería hacer 4-Bet con una mano fuerte para inducir un push de farol-. En este caso concreto, la solución pasa por elegir un tamaño de apuesta más pequeño: 19-22 ciegas es un 4-Bet suficientemente grandes como para provocar abandonos del rango del 3-Bet de nuestro oponente (es decir, que podemos hacerlo como un farol si es rentable hacerlo), sin ligarnos completamente al bote (y, por tanto, no funciona igual que una overbet). Cuántas manos deberíamos abandonar, ya es un problema del rango del rival, pero está claro que con un PME del 40% manos como A2s no deberían pagar un push del rival.

Sin embargo, si la resubida del rival ha sido a 15 ciegas, la situación cambia. Resubir a 20 ciegas es imposible -por las reglas del juego-, y nuestra resubida mínima sería a 30 ciegas. Aquí, cualquier minibet nos vincula automáticamente al bote mientras no lo hagamos con una basura de mano, y por tanto es igual que un push (y, meter 30 ciegas en un bote con una mano pésima contra un rango normal de 3-Bet es algo que no deberíamos hacer nunca). Eso nos obliga a hacer push sobre su resubida de 15 ciegas -o hacer un 4-bet a 30 ciegas para ir all-in siempre, es igual), si queremos volver a subir. Esto, que puede parecer un problema, no lo es exactamente. Si nuestra subida original era a 2,5 ciegas, y nuestro oponente resube a 15, es él quien está haciendo la Overbet. Si hace 3-Bet con un rango amplio, pone demasiado dinero con manos malas, y podemos castigarlo con un rango de push adecuado -que se puede deducir mecánicamente de su rango de call a push, en función de la equity mínima necesaria-; si, para evitar esto -consciente o inconscientemente-, lo hace sólo con manos muy fuertes, eso es bueno para nosotros porque nuestra subida original tiene más % de robar las ciegas (o de ver un flop, lo cual es un éxito siempre en comparación con vernos forzados a abandonar, mientras el coste sea el mismo). Es decir, si nuestros oponentes hacen overbets, eso es bueno para nosotros -lo cual, intuitivamente, ya nos dice que nosotros no deberíamos hacer overbets si podemos evitarlo-.

Post flop, también hay situaciones donde nos encontramos realizando tamaños de apuestas incómodos; si estamos jugando con 20 ciegas, y hacemos una subida a 2,5 ciegas fuera de las ciegas, y sólo nos paga la ciega grande, vamos a tener un tamaño molesto en el turn si en el flop apostamos medio bote, dado que nos quedaran 15 ciegas de stack con un bote de 11. Si apostamos medio bote, nos quedará un stack de 8 ciegas en un bote de 22 en el turn, lo que no nos da prácticamente ningún fold equity, y nos obliga a pagar apuestas casi con cualquier cosa en la mano. Por otro lado, ir all-in en el turn, supone meter 15 ciegas en un bote de 11, lo que como ya hemos visto no cumple ninguna función en términos de Fold Equity (tira una cantidad similar de manos que apostar 8 o 9 ciegas, al menos contra jugadores que no sean fishes). Aquí se juntan dos cuestiones: 1-si podemos elegir otro tamaño razonable de apuesta que no nos deje comprometidos con el bote. 2- En caso de que eso no sea posible, tenemos que revisar la planificación de la mano.

Siempre que podamos hacer alguna apuesta razonable (o sea, que tengan valor o Fold Equity; una apuesta de una ciega en un bote de 12 no tiene ninguna de las dos cosas) que no nos deje comprometidos con el bote, es preferible antes que hacer una apuesta que sí nos deje comprometidos, si esa segunda apuesta es una Overbet. Contra un oponente fish, de hecho, deberíamos planear nuestra mano de tal modo que podamos hacer una última apuesta en el river que sea bien proporcionada. Esto quiere decir que, jugando con 20 ciegas, si en el turn vamos a tener que hacer una apuesta de 1.3 veces el bote, o un tamaño similar, puede que sea mejor modificar nuestro tamaño de apuesta en el flop para evitar que pase eso. Hay que entender que, una vez llegados a ese turn, estamos comprometidos casi siempre que apostemos medio bote (tenemos que ganar una de cada cinco veces); eso quiere decir que apostar medio bote con una mano dudosa es una situación muy mala, porque tenemos poco Fold Equity (nuestra apuesta no tiene casi palanca, dado que queda muy poco dinero para el river), y enfrentar una resubida del oponente es muy incómodo para nosotros. Además, apostar 14 ciegas en un bote de 13 es algo que permite al oponente abandonar bastantes manos y esperar a situaciones favorables, sin que eso le haga mucho daño, dado que nuestro tamaño es pésimo para hacer un farol.

En este caso, apostar un poco más en el flop, para ir all-in en el turn con una apuesta proporcionada, o bien, apostar un poco menos, para poder repartir nuestro stack en tres apuestas, sería lo ideal. Evitando no hacer overbets en ninguna calle ganamos más palanca para nuestras apuestas antes del flop, tenemos una apuesta proporcionada en el river (que por tanto tiene Fold Equity) y evitamos que el oponente pueda abandonar muchas manos correctamente en ninguna calle (dado que nuestros tamaños de apuesta le obligan a igualar más veces que si apostamos el bote en algún momento de la mano).

En todo caso la idea central es que, si hacemos Overbets, le ponemos muy fácil al oponente la decisión de abandonar manos dudosas -y esa es la tendencia natural de casi todos los jugadores en el river a partir de ciertos niveles.

COMENTARIOS

Todavía no se ha realizado ningún comentario en esta noticia.