Una de remontadas

Anónimo | 16/08/06

Hace tiempo que no escribo una entrada en este blog y, en cierto modo, no me gusta que sea para contar un bad-beat, pero es que me parece que lo que me ocurrió merece mención, además de que también podemos aprender algo.

Anoche fuí en visita de trabajo al club ACES de Mijas, y como siempre que pasamos por allí, acabamos jugando un torneíto (en mi caso fueron tres).

El caso es que, en el heads-up final de uno de ellos, coincidí con mi amigo Rio Rossi, uno de los gerentes del club y con el que tengo una magnífica relación. Ambos estábamos bastante igualados en fichas y, tras varios envites, conseguí adueñarme de sus fichas y dejarle tan sólo con 300 (el total de la mesa eran 30.000). Las ciegas estaban en 400/800, sin ante, por lo que estaba en All-in sin poner incluso la SB. Hasta aquí todo normal, como en cualquier heads-up que se precie. Bien, pues mi amigo comenzó a hacer valer el ya famoso "una ficha, una silla", y all-in tras all-in (si no recuerdo mal fueron 7 consecutivos), llegó a igualarme.

Siempre de muy buen rollo y con las risas por la situación absolutamente increíble, de nuevo llegaron las jugadas "normales". Perdí una buena oportunidad cuando, estando yo en la SB y teniéndole aún cubierto, tiré mi J2off (por no hacerle caso a Harrington que dice que en un Heads-up como mínimo hay que hacer siempre call) y el me enseñó 23off. En la mano siguiente, me llevé el pot al subirle desde la BB a su call y la siguiente fué la peor de toda la noche...

El dealer me reparte AA en la SB y decido tenderle una trampa para llevarme la mayor cantidad de fichas posibles por lo que sólo hago call. Él me decepciona pasando para ver el flop gratis. Éste viene Q A 6 todo corazones. Él hace check, y yo le meto la apuesta mínima a lo que él responde con all-in. Sensación agridulce. Sabía que no tenía el color y yo tenía mi pequeño trío de ases. Veo y, efectivamente descubro su semi-farol con 78off, aunque el 8 era de corazones. Nada en el turn y... diez de corazones en el river...

Con las pocas fichas que me quedaron hizo de mi lo que quiso y finalmente se llevó el gato al agua. Me remontó desde 300 fichas y me ganó. "El mundo puede ser un lugar maravilloso Salinas", pensé.

Bueno, y, ¿cuáles son las moralejas que yo saqué de aquí?

1- Que, efectivamente, una ficha, una silla y la esperanza nunca hay que perderla.

2- Que el poker de torneos es apasionante y más cuando tienes la opción de repartir tu premio para reconocerle a tu rival las circunstancias como hizo Rio conmigo, que en ningún momento de la partida pidió repartir y lo hizo cuando todo finalizó.

En fín, la remontada más espectacular que yo he visto nunca en una mesa de Hold'em y que sin duda tardaré mucho tiempo en olvidar. Espero no haberos aburrido demasiado.

COMENTARIOS

Todavía no se ha realizado ningún comentario en esta noticia.