Spam en el póquer por spainfull

Anónimo | 08/10/09

Hoy toca hablar de un tema que me saca de quicio, me enciende sobremanera y me hace entrar on tilt con extrema facilidad. Vale, igual soy un poco exagerado, pero en general no me gustan las intromisiones, que me molesten cuando no lo he pedido ni que me intenten vender nada como si fuera imbécil. Estoy hablando, como el título refleja, de la publicidad no deseada en el mundo del póquer.

En un negocio que mueve tanto dinero, es inevitable que haya una gran cantidad de publicidad. La lucha por nuevos jugadores, mantener los actuales y quitar a la competencia los suyos es constante. Y eso que el número de jugadores crece día a día, esta guerra será mucho más encarnizada cuando los recursos empiecen a escasear. Aún así, la cantidad de publicidad que recibe un jugador de póquer es enorme, a pesar de que la mayoría carece de interés para él (asunto comentado en una noticia pasada).

La cantidad de ruido y basura generada es enorme. No solo me refiero a la publicidad tradicional, sino especialmente a la directa, siendo la que más la sufre la dirección de correo asociada a las salas; esta se inunda de promociones, avisos insustanciales, boletines de noticias (a veces aunque no estés suscrito) y demás cosas que las salas crean que son importantes para ti pero que rara vez lo son. Para el jugador con un mínimo de experiencia, el 95% de estas comunicaciones son auténtico spam, y eso lo deberían saber las salas, que solo empeoran su imagen (al menos para la gente que piensa como yo).

Pero la cosa mejora cuando se pasa de publicidad global a la local. Es decir, como soy español, me deben interesar todas las salas y las putas promociones que lancen aquí o que tengan la intención de hacer crecer el mercado español, especialmente para jugar donkaments españoles (torneos en vivo con mucha gente y mala estructura), aunque no haya jugado ni uno en mi vida. La molestia aún es mucho más eficiente si se contrata una empresa experta en marketing en las nuevas tecnologías… De verdad, María Herrero, me la suda cómo haya acabado el CEP esta semana. Ni soy consciente de qué he hecho para tener el honor de recibir estas comunicaciones (entre otras que también me han llegado) ni hay un enlace para dejar de estar suscrito automáticamente.

Si bien es cierto que recibir correos no es tan molesto como la venta por teléfono. Se pierde tiempo borrando la bandeja de spam o mandando correos para que te den de baja, pero que te llamen directamente a casa, como alguna sala (además en inglés) para indicarte que tienes una excelente promoción, no tiene precio. Para colmo, no les puedes mandar directamente a la mierda por un par de detalles: el primero, por educación (imprescindible siempre, se haga lo que se haga, aunque sea para insultar: -Buenos días, me veo en la obligación de comunicarle que usted es realmente gilipollas-) y, el segundo, porque muchas veces tienen tu dinero en su cuenta y si lo hacen desaparecer porque les da la gana (punto 3.2 de sus reglas) estás jodido, así que mejor no jugársela.

Al hilo de la publicidad telefónica (no solo en el póquer), un tema que me ha dado por reflexionar porque es algo que me sulfura y que no le encuentro sentido, he llegado a la conclusión de que tienen una base común. Porque yo, como persona con dos dedos de frente (aunque nunca use los dos), no pienso contratar nada de alguien que me molesta, que le pagan comisión por clientes obtenidos, que va a decir lo que le han escrito y no tiene ni idea de más, que es posible que no tenga reparos en mentir y que es capaz de llamar a las peores horas (comida, siesta, noche) porque es cuando voy a estar en casa. Pero a pesar de las miles y miles de quejas, debe funcionar y ser positivo para la empresa que contrata este servicio porque si no, imagino que no lo haría. Esto tiene que ser por lo mismo que existe el póquer y es rentable, porque hay mucho fish capaz de contratar servicios o meterse en promociones sin estudiar alternativas y elegir la mejor opción.

Otro elemento imprescindible a tener en cuenta a la hora de hablar de publicidad no deseada son los afiliados. Inundan todo lo que tocan con anuncios y códigos, son como el rey Midas del spam, todo lo que tocan se convierte en uno automáticamente. Aunque no sé si son más patéticos los céntimos que ganan haciéndose indeseables o los tristes intentos de ocultar que están anunciando algo. Son una pesadilla para los blogs. Porque esa es otra, como tengas uno, parece que te tiene que interesar todo lo relacionado con el póquer. O intercambiar tu enlace con una página exclusivamente de publicidad. O que tengas que llenarlo de banners horribles, porque como estás en el póquer para ganar dinero, hay que hacer cualquier cosa que lo genere.

En fin, entiendo que mucha gente no gane dinero en las mesas y se dedique a temas paralelos, pero por favor, dejadme en paz. De verdad, no me interesa.

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