CNPW Murcia

Sí señores, el CNPW Murcia acaba de alcanzar los 500 registros y curiosamente, el campeón del CNPW Barcelona ha sido el jugador que ha comprado la entrada 500.

Joaquín está intentando defender el título, pero se está complicando la cosa y le ha tocado reentrar alguna que otra vez.

Mal menor teniendo en cuenta el premiazo que se llevó en Barcelona, que por supuesto, intentará repetir en Murcia.

Dos niveles por delante a partir de ahora para saber con cuantas entradas cerraremos los tres primeros vuelos y quedaremos pendientes del vuelo turbo y de los dos niveles del Día 2

La ruptura de mesa le sentó de maravilla a Guillem Nuez, que encontró en su nueva ubicación el terreno ideal para construir un gran stack para el Día 2.

La acción comenzaba con un open raise a 2.500 puntos desde MP que recibía el call de Nuez en el hijack.

El flop traía  3d4hJs y tras el check del agresor inicial, Nuez tomaba la iniciativa con una apuesta de 3.500 puntos. La respuesta fue una resubida inmediata a 10.100 que Guillem igualó sin titubeos.

El turn fue un  9c, carta aparentemente inocua. El jugador en MP

No había dado mucho que hablar hasta ahora, pero Cayetano Sanahuja se destapó con una mano de esas que levantan miradas y hasta algún aplauso contenido. 

La acción comenzó con un raise desde UTG+1 que Sanahuja defendió desde la ciega grande.

El flop trajo  Jd9s6h, y tras el check inicial, el agresor lanzó una apuesta de continuación de 2.200 puntos que Cayetano decidió igualar sin pensárselo demasiado. 

El turn fue un  4c, carta aparentemente inofensiva, y ahí vino la sorpresa: Sanahuja donkeó 5.000 puntos, dejando a su rival pensativo.

El jugador en UTG+1 acabó pagando, aunque no del todo

La acción nos recibió en la mesa justo en el momento en que el jugador en low-jack empujaba 21.500 puntos al centro del tapete. En frente, Adrián Casal, en posición de botón, se enfrentaba a una decisión que no solo comprometía gran parte de su stack, sino también su continuidad en el torneo.

El board mostraba  Qh3s5c7s5s y Casal sopesaba el call mientras hacía girar lentamente sus últimas cinco fichas azules entre los dedos. La tensión se alargó durante más de dos minutos hasta que finalmente se convenció: call.

Pero lo que encontró al otro lado de la