Se había mostrado intratable durante toda la jornada el bueno de Joan Pérez, que apareció entre los mejores stacks casi desde el principio del día. Sin embargo, todo comenzó a torcerse a medida que se ha ido acercando el final de la jornada.
El primer golpe se lo llevó cuando, su vecino de asiento, Mircea Casalean, un jugador más singular que ortodoxo, se llevaba por delante sus ases. Esa mano dejó tocado a Joan, que trató de recuperar parte de esos puntos faroleando al propio Casalean solo unas manos después. Obviamente el farol no salió como esperaba y su pila