A falta de fichas, buenas son esposas
Un apostador de la ciudad rusa de Murmansk no tuvo mejor idea que apostar a su esposa en un juego de póquer, cuando se le acabó su dinero.
Se lee en Yahoo! UK News que cuando el ganador Sergey Brodov llegó a casa del vencido Andrei Karpov (gambler!) a reclamar su premio, la esposa de Andrei, Tatiana, se enfadó y optó por el divorcio.
"Fue humillante. Me avergonzó completamente," comentó Tatiana. "Tan pronto como mi ex-esposo reconoció lo que había hecho supe que lo iba a dejar."
Pero esa es la parte antigua de la historia. En un tierno giro que descalifica de una vez y para siempre el dicho Afortunado en el juego, desafortunado en el amor, Tatiana comenzó una relación con Brodov y -por supuesto- terminaron casándose.
"Sergey es un hombre muy guapo y encantador, y estoy muy feliz con él," cuenta Tatiana. "Aunque me haya 'ganado' en un juego de póquer."
No hay dudas, la vida real supera a la ficción. Mientras, el pobre Andrei no tiene consuelo, y no se explica cómo puede haberse llevado por aquel dicho que leyó en algún foro: Mientras haya un asiento y una esposa, hay esperanzas...
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