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Ucrania: la vida de un grinder en tiempos de guerra

Esquiu | 02/05/22
Ucrania: la vida de un grinder en tiempos de guerra
Así es la vida de Latiks, un jugador profesional y streamer ucraniano de 30 años al que la guerra le ha cambiado la vida por completo.

Pasaron casi dos meses desde que todo comenzó a temblar para Latiks. No solo la pantalla de su ordenador, su mesa y su cuerpo entero, sino hasta el aire y su alma. Empezó por un estruendo que pudieron escuchar en vivo sus espectadores de Twitch, donde quedó registrado la exaltación que aún continúa latente en su vida. 

“Esa madrugada del 24 de febrero, a las 5 de la mañana, estaba en streaming conversando sobre el conflicto con mis seguidores, ya que muchos de ellos son rusos, cuando cayó el primer bombardeo sobre un aeropuerto que se encuentra a unos 25 kilómetros de mi casa”, cuenta Latiks, jugador profesional de poker de 30 años que vivía en Járkov, ciudad vecina a la frontera ucraniana con Rusia y una de las primeras víctimas de la invasión militar.

Aquí puedes ver el momento desgarrador en el que comenzó todo.

“Desde hace un año juego al poker online como forma de vida y muestro todas mis sesiones de cash games NL50. Antes me dedicaba a tradear ítems en World of Warcraft. Pero desde que el conflicto comenzó a ser latente nuevamente, mi canal se convirtió en un Just Chatting para discutir con mis seguidores rusos, ya que allí no manejan la misma información que en el resto del mundo”. 

Esta fue una de las principales transformaciones que sufrió la vida de Latiks con la guerra. Primero, porque debió abandonar su ciudad cuando se quedó sin energía eléctrica, tras 25 días de bombardeo constante, y relocalizarse junto a sus abuelos en una región más tranquila. Segundo, porque sus IRL se convirtieron en una militancia, al no poder unirse al ejército debido a un problema de salud. “Stremear en vivo se convirtió en mi manera de sobrevivir y de demostrarle al público ruso que su ejército no está salvándonos”.

Según cuenta Latiks, todos los ciudadanos ucranianos son voluntarios de alguna forma. Por ejemplo, la comunidad de poker que sigue grindeando lo hace donando una buena parte de sus ganancias. “Mentalmente se ha vuelto muy difícil enfocarme en el poker, pero finalmente encontré la motivación en jugar, para donarle a gente que conozco y está en el frente de batalla, y stremear para compartir lo que me sucede”.

Este grinder ucraniano estima que 500 dólares mensuales es suficiente ingreso para tener una muy buena calidad de vida en su país. Además, como el juego no está regulado y existe cierto reconocimiento oficial al poker como un deporte, tampoco se paga impuestos ni hay limitaciones para realizar movimientos bancarios vinculados a las salas “mientras las cifras no sean siderales”, aclara.

Con el comienzo de la guerra, las cosas se invirtieron opuestamente en la situación para los jugadores de póker de uno y otro bando. Mientras que a los rusos les bloquearon las transferencias internacionales y el ingreso a las principales salas, en Ucrania arribaron empresas como PayPal que facilitaron accesos y beneficios. 

“En nuestro país, ser jugador de poker es un privilegio, ya que se obtienen ingresos muy superiores a lo que ofrece cualquier empleo promedio. El costo de vida es muy bajo en relación a un ingreso en dólares o euros, por eso en las mesas .com está plagado de compatriotas regulares en los niveles bajos y medios”.

Desde aquél “BLYAT” que gritó en vivo, todo sigue vibrando en él y a su alrededor. Y aunque no vea cercana la vuelta a la normalidad en su vida, Latiks encontró en el póker un sustento para su vida y un sentido de pertenencia para colaborar con la defensa de su país.

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