Entrevistas

Ana Márquez: “Me he llegado a plantear dejar el poker”

Alex Hernando | 15/03/16
Ana Márquez: “Me he llegado a plantear dejar el poker”
La jugadora malagueña, tras un largo periodo alejada de las mesas, habla sobre su retiro espiritual, y cómo ha cambiado su forma de plantearse el poker de manera profesional.

Seguro que más de uno de nuestros lectores, que siguen la actualidad de la primera escena internacional, se habrá preguntado en más de una ocasión: “¿Qué ha sido de Ana Márquez?”. Nosotros también.

La jugadora malagueña, que durante un tiempo apareciera en cualquier lugar del mundo donde se jugara un torneo importante, de un tiempo a esta parte está “desaparecida en combate”. No hemos sabido demasiado de ella hasta estos días, cuando ha aparecido en Viena con motivo del World Poker Tour.

Este pasado fin de semana estuvo participando en el evento Warm-Up de 340€ a modo de calentamiento, momento en el cual el bueno de Remko Rinkema ha podido hablar con ella y arrancarle no solo un puñado de titulares, sino una serie de declaraciones salidas de lo más profundo de su interior.

La malagueña se ha sincerado, manifestando que incluso ha llegado, durante este tiempo de parón, a plantearse dejar el poker de forma profesional y dedicarse a otras cosas completamente ajenas a este mundo tan absorbente. 

Tengo casi 30 años, y lo único que recuerdo de mis 20’s es poker, poker y más poker. 

Hace un tiempo decidí que era momento para tomarse un respiro porque me había tirado jugando a poker un tiempo demasiado largo y de forma demasiado intensa. Cuando no estaba jugando online, estaba jugando en vivo, yendo de una ciudad a otra todo el tiempo. Esto, evidentemente, afecta a tu cabeza. Resulta importante tener un lugar donde echar raíces, y necesitaba algo de paz en mi vida. Sentía que necesitaba explorar cosas nuevas en mi vida -y tal vez incluso acabar dejando el poker- pero no estaba del todo segura por entonces.

He estado haciendo de voluntaria durante algún tiempo, y me he planteado volver a dedicarme a algo relacionado con la historia o la economía, que son las cosas que al fin y al cabo he estudiado.

Durante mi tiempo desconectada de las mesas me he planteado muchas y distintas ideas, y me he cuidado mucho más, haciendo mucha meditación, yoga y en definitiva, intentando estar un poco más centrada. Llegados a ese punto, fue cuando me llegué a plantear que debía dejar el poker.

Sin embargo, en el momento que la idea se me pasó por la cabeza, me estremecí. Es decir, me gusta el poker. Supongo que lo que me pasaba es que estaba quemada y necesitaba distancia. Los primeros dos meses lejos de las mesas me supieron a poco, pero ahora estoy de vuelta con ganas de buscar el equilibrio en mi vida. El problema fue que me estaba exigiendo demasiado. 

Debo admitir que fue una etapa de mi vida en la que me lo pasé genial y que disfruté al máximo, pero aunque el poker sea mi pasión, hay muchas más cosas interesantes en la vida que quiero explorar. No quiero dedicar mi vida por completo a una sola cosa en exclusiva. 

No me reprocho nada. Me encantaba mi vida, y me siento muy orgullosa de todo lo conseguido. Especialmente me siento orgullosa en este momento, que he tenido la capacidad para tomar distancia y llegar al punto en el que me encuentro ahora mismo. Ahora me siento con fuerzas para lograr muchas más cosas, pero poco a poco. La forma en que ahora vivo mi vida es preciosa, y eso es lo más importante hoy en día. 

Otra cosa que me ha venido muy bien es que he conocido a mucha gente ajena al mundo del poker, chicas especialmente. Es algo que me reconforta mucho, pero en lo que no me centro especialmente. De hecho, creo que la mayoría de personas a las que he conocido últimamente fuera del mundo del poker, me ven un poco como una neurótica. 

Mi círculo más cercano sigue siendo gente relacionada con el mundo del poker, y debo admitir que es algo que considero más un problema que una virtud. Cuando empecé a relacionarme con la comunidad del poker, y más particularmente la de los jugadores de torneos, me encantaba. Pensé que todo eran risas en esa comunidad, pero con el tiempo me he ido dando cuenta de la parte negativa.

Es algo que también ha influido en mi decisión de tomar distancia. El poker cerró mucho mi perspectiva de la vida. Toda la gente con la que me relacionaba iba en la misma dirección, como si fuera un rebaño. Todos con las mismas ideas y las mismas metas, y eso no me gustaba. Me gusta la gente abierta de mente y abierta a otras cosas. Pertenezco a esa comunidad, pero no defiendo esa forma de comportarse.

Ahora, por lo menos puedo decir que hago ejercicio de forma regular, y me relaciono con mis amigos. Vamos al cine y cosas de ese tipo. Cosas normales, así de sencillo. Digamos que ahora, tengo una vida.

Nos alegramos de que Ana Márquez esté así de bien, y esté de vuelta. ¡Bienvenida a tu nueva vida, Ana!

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