Perfiles de famosos

La azarosa y vibrante vida de David Ulliott "Devilfish"

Antonio Romero | 08/04/15
La azarosa y vibrante vida de David Ulliott "Devilfish"
A los 61 años de edad, nos ha dejado uno de los mejores representantes de lo malos y lo buenos tiempos del poker europeo y mundial. Su vida merece ser recordada.

La muerte de David Ulliott “Devilfish” deja al poker europeo huérfano de una de sus personalidades más arrolladoras.

Repasar la biografía de “Devilfish” es viajar en el tiempo en un universo que corre paralelo a la historia del poker en el continente, de la que fue uno de los principales pilares. 

Al igual que el juego que le dio fama mundial, Ulliott tuvo malos inicios y se forjó una peligrosa reputación, pero acabó encandilando a las masas al mostrar su cara más amable a través de la televisión.

Nacido en Hull en 1954, en el seno de una familia humilde, Dave abandonó sus estudios a los 15 años sin conseguir ninguna certificación académica. En su primer trabajo, en un local donde se fabricaban trofeos, aprendió a apostar y a jugar a las cartas. 

Pronto se dio cuenta de que era capaz de ganar con asiduidad a sus compañeros y empezó a alargar sus noches de juego.Su padre se hartó de verle llegar de amanecida y le echó de casa.

Su primer apodo fue Dave the Clock

Su rutina se torció cuando perdió su trabajo -se ausentó sin permiso para ir al hipódromo-, y el juego se convirtió en su inestable e impredecible fuente de ingresos. Se ganó su primera apodo al aparecer en una partida con un gran reloj de pie. Sabía que allí había un tipo que vendía muebles y le dejaría comprar fichas con él. A partir de entonces le llamaron “Dave the Clock”.

Ya casado por primera vez, con unos 20 años, alguien le comentó que conocía una forma fácil de ganar dinero. Había un hueco para él en una banda que se dedicaba a reventar cajas fuertes. Las víctimas se dejaban robar para defraudar al seguro y la policía estaba en el ajo.

Alguno de esos detalles no era del todo cierto, porque uno de los cómplices de Ulliott fue arrestado y le incriminó. Su primera estancia en la cárcel duró nueve meses, y le costó su primer matrimonio.

Se hizo muy conocido en los bajos fondos de Hull

Dave se hizo muy conocido en los bajos fondos de Hull. Temido podría ser un término más adecuado. Durante varios años coqueteó con aventuras criminales, trabajó en night clubs y siguió dedicándose al juego. Una pelea a la salida de un garito le costó entrar en prisión de nuevo, con 28 años, para cumplir año y medio de condena.

A la salida de la cárcel, vivió uno de esos momentos que le cambia la vida a los personajes de las películas de adolescentes marginales. Dave había conocido a un tipo en prisión, con el que planeó un atraco a un banco. Horas antes de cometer el delito, la policía detuvo a su compañero de fechorías. La mujer de su cómplice le puso sobre aviso y le aconsejó que enderezara su vida.

Por lo que parece, así lo hizo. Se casó por segunda vez y con la ayuda de su mujer puso una tienda de empeños. Mandy fue la que le dio el empujón definitivo para establecerse, aunque como recoge el Telegraph, Dave había aprendido que "no hay nada grandioso en estar encerrado 23 horas al día y mear en un cubo".  El negocio fue viento en popa, y Ulliott ya no necesitaba sufragar su gusto por el juego mediante el crimen. No solo por lo bien que le iban los negocios. Ulliott arrasaba en las mesas. 

Pronto, nadie en Hull quería ver a Dave en su partida y tuvo que ampliar el rango de acción para encontrar acción. Londres fue un descubrimiento, porque allí la gente no foldeaba a su característico estilo kamikaze, no tenían tanto miedo de su reputación y las partidas se jugaban con diferentes formatos, que tuvo que aprender.

En Londres no foldeaban tanto a su estilo kamikaze

Allí descubrió también los torneos. A mediados de los 90, Dave se dedicaba a reventar la agenda del Vic, el casino londinense, y fue cuando planeó su primer viaje a Las Vegas.

Un par de años más tarde, en enero de 1997, Ulliott se ganaría el apodo que le acompañó el resto de su vida. En el relato de Jesse May, el afamado comentarista, Ulliott llegó al heads-up de un torneo de las WSOP contra el famoso jugador de origen vietnamita Men Nguyen “The Master”. El raíl del maestro empezó a corear su apodo y, de repente, de las filas de curiosos salió un grito a favor de Dave: “¡Devilfish!”.

El Independent identifica al autor del grito como Stephen Au-Yeung. La casualidad quiso que estuviera en ese mismo casino igual que 15 años antes estaba compartiendo mesa con Ulliott en una partida en la que un jugador chino, abrumado por la agresividad de Dave le espetó: “You are like a devilfish”, en referencia a un pez asiático venenoso que solo cocinan los más expertos chefs japoneses, pues aunque es delicioso puede provocar la muerte si es mal preparado.

May se equivoca en una cosa. No estaba en juego un brazalete de las WSOP. Era un torneo más modesto, al que nuestro protagonista nunca le dio demasiada importancia. Su primer y único brazalete lo ganaría en junio de ese mismo año, curiosamente ante su compatriota Chris Truby.

“Devilfish” ya había dejado atrás sus días de malhechor, pero su presencia seguía inspirando temor y reverencia. En 1999, el poker estaba a punto de alcanzar también un nuevo estatus de honorabilidad en el Reino Unido, gracias a la tenacidad del equipo detrás de un programa de televisión llamado “Late Night Poker”.

Dave, ya muy conocido entre los jugadores británicos, fue invitado a la primera edición y encandiló a la audiencia con su traje de raya diplomática, sus gafas de sol naranjas y los grandes anillos dobles que llevaba en cada mano. Uno ponía “Devil”, el otro “Fish”.

Ulliott ganó aquella edición y fue finalista en la siguiente, convirtiéndose en el icono del poker británico. La confirmación a nivel mundial le llegaría en 2003, cuando batió a Phil Ivey en el Jack Binion Memorial de Tunica, que de aquella formaba parte del circuito del World Poker Tour.

Le ganó su único título del WPT a Phil Ivey

Desde entonces, “Devilfish” se ha dedicado a vivir la vida como uno de sus ídolos, James Bond, y su imagen ha dado un vuelco hacia la del tipo tremendamente ingenioso, encandilador y divertido que conocemos de sus últimos vídeos. Otros dicen que se le subió la fama a la cabeza y se volvió una caricatura de sí mismo, cambió el traje por los vaqueros, a la mujer que le sacó de la mala vida por otra más joven y solo sabía quejarse al verse superado por una generación de jóvenes más brillantes que él.Depende enteramente de ti decidir con qué imagen de él prefieres quedarte.

Pocos días antes de sucumbir al cáncer, declaró al HullDailyMail que el cáncer “es una de esas cosas que pasan. Es una de esas manos que me ha repartido la vida. Toda mi vida he tenido una basura de cartas y me las he tenido que apañar para darles la vuelta. Es en lo que soy bueno y esto no va a ser diferente”.

Una pena que el river haya salido una blanca. GG, “Devilfish”

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