¿Buscas una partida casera en NY? Tu hombre es Charlie Prince

Son muchos los jugadores que se toman el poker como una excusa para hacer turismo alrededor del mundo. Con motivo de los distintos torneos, jugadores de aquí y de allá se desplazan de un continente a otro.

Sin embargo, hay destinos muy atractivos que jamás visitaremos si el poker es el único motor que nos mueve. Es el caso de New York, estado americano que tiene prohibido el juego y por lo que no existen casinos físicos como los que pueda haber en Nevada, California o New Jersey, la opción más cercana.

Pese a ello, lo que no está prohibido en New York a diferencia de lo que ocurre en España, es la organización de partidas caseras siempre y cuando el organizador no tenga ánimo de lucro alguno. Es ahí donde Charlie Prince adquiere un gran protagonismo.

Prince, según leemos en NYpost.com, es un abogado de 36 años que luce traje y toga durante el día, pero que al caer la noche se convierte en anfitrión de una de las partidas de poker más conocidas de la gran manzana.

Su apartamento en el bajo Manhattan se convierte a menudo en punto de reunión de muchos neoyorquinos que aplacan la sed de poker en vivo disfrutando de una bebida y unas instalaciones muy logradas en un ambiente distendido.

El mimo y el esmero con el que Charlie Prince cuida su partida casera ha hecho que, gracias al “boca a boca”, sean cada vez más los interesados en visitar su apartamento y disfrutar de este juego que, según él dice, “es 60% social”.

Tanto es así, que incluso ha montado una serie de cámaras dirigidas a su “mesa televisada”, además de un software que conectado a su ordenador personal, captura las “hole cards” de los participantes para visionar las partidas a posteriori. Un despliegue solo al alcance de personas con auténtica pasión por el poker.

Organizar esta partida es la mejor decisión que jamás haya hecho. He hecho muchísimos amigos, muchos más de los que haya hecho en toda mi vida, y también he conseguido que muchos de ellos hicieran amistad entre si. ¡Incluso algunas parejas llegaron a casarse!

Uno de los secretos de su éxito es haber mantenido un bajo buy-in, gracias al cual el juego se vuelve aún más social, dejando el aspecto económico un poco de lado.

Puedes venir a jugar y lo máximo que perderás serán 60$.

Sin embargo, hay mucho que ganar. Copas, trofeo de ganador y la experiencia propia son algunas de las cosas que puedes conseguir en este “Home Game” tan currado.

¡Yo, sin duda, si vuelvo a Nueva York, intentaré ir!