California quiere probar la vía del poker online independiente

La cruzada contra el juego online en Estados Unidos, y que aquí hemos personalizado en los manejos del dueño de Las Vegas Sheldon Adelson, está empezando a reflejarse en el aspecto legislativo, como se demuestra bien a las claras en los dos últimos proyectos de ley del juego presentados en California.

Los últimos días para elaborar la agenda parlamentaria de 2014 han generado dos proyectos de ley distintos en el estado más poblado de Estados Unidos y ambos coinciden en solicitar la prohibición del juego online a la vez que se desmarca el poker de la iniciativa, por el componente de habilidad que lo caracteriza.

Este es el nuevo modelo de entendimiento al que se está intentando llegar también a nivel federal, donde se espera un próximo proyecto de las mismas características avalado por el demócrata Harry Reid y por el republicano Dean Heller, a los que muchos señalan como las voces de la industria del juego de Nevada.

La legalización del poker online sería el precio a pagar por echar por tierra el resto del juego online, y en California se espera que si las tribus indias se consiguen poner de acuerdo para apoyar alguna de las dos iniciativas, esta tenga posibilidades de salir adelante y permitir que el poker online vuelva al estado en 2015.

Para ganarse a este sector vital de la industria del juego local, se postula el mismo método empleado en Nueva Jersey, otorgar licencias solo a los operadores establecidos ya físicamente en el estado, sin perjuicio de futuras alianzas y asociaciones con empresas especializadas en el sector online.

Uno de los proyectos también especifica la negativa a un futuro mercado interestatal, algo que más o menos quedaba ya implícito en anteriores iniciativas porque la población de California, casi 40.000.000 de personas, favorece de por sí un ámbito intraestatal.

California se convierte así en el campo de pruebas para esta solución de conveniencia a la guerra entre el sector del juego físico y el online y al problema de falta de entendimiento de las dos grandes corrientes políticas del país. Por lo menos. el poker parece que se salva.