El Debate

Los retos: ¿puro espectáculo o pérdida de tiempo?

Antonio Romero | 18/02/15
Los retos: ¿puro espectáculo o pérdida de tiempo?
Mi postura está clara. Cuantos más, mejor. Y tal y cómo se mueve el poker hoy en día, quizá sea una estrategia perfecta para ganar reconocimiento y conseguir acción.

El atrevimiento de Nick Frame “TCfromUB” de colocarse a sí mismo en lo alto de la pirámide de los jugadores de No Limit Hold’em Heads-Up tras Doug Polk e Isaac Haxton ha devenido en un reto a través del cual Dong Kim “DongerKim” pretende reparar su orgullo, herido por aparecer en una a su entender injusta cuarta posición.

Estos jugadores eran relativamente anónimos hasta la fecha, y sus desavenencias se van a limar en niveles no demasiado glamourosos. Tampoco hay un apuesta excesivamente llamativa por fuera, pero ha logrado movilizar a buena parte de los regs de high stakes, a la práctica totalidad del raíl, a los medios y a PokerStars -que les ha preparado mesas especiales en su lobby-.

Hay quien piensa que es una pérdida de tiempo, que es tirar el dinero jugar contra un rival cualificado y que cada mano que jueguen entre ellos es una mano que se deja de jugar contra un recreacional. Que no tiene significado alguno, pues una muestra de 15.000 manos no tiene relevancia por culpa de la varianza.

Pero desde esta tribuna que me ofrece Poker-Red, voy a defender lo procedente del interés suscitado y la bondad de los retos en sí, tanto para el público como para los jugadores.

El cash también puede ser espectáculo

El poker tiene la capacidad de emocionar al espectador, es un espectáculo digno de acaparar audiencias y así lo lleva demostrando más de una década. Se debe sobre todo a dos condicionantes especiales: la existencia de un componente de azar, que nunca llega a primar completamente sobre la habilidad, y la puesta en juego de ingentes cantidades de dinero.

Es la receta perfecta para un concurso o para un guión televisivo. 

Pero estos factores se diluyen fuera del intramundo de los grandes torneos. En el cash, el factor suerte se anula debido al volumen de manos, el ritmo frenético de un torneo se apacigua debido a los altibajos de las sesiones diarias y las niveles de ciegas limitan la sensación de poner en juego millones de dólares que produce el heads-up de un Main Event.

Convierten al cash en un producto consumible

En las high stakes se dan a diario enfrentamientos entre grandes jugadores de cash, pero la falta de un límite de manos, de una cuenta de resultados verdaderamente diáfana que señale un ganador o un perdedor difumina la trascendencia de las sesiones, por no hablar de la poca pasión que despiertan los formatos con límite.

Por eso me encantan los retos en el poker online. Básicamente, reproducen en el cash los parámetros que convierten al poker de torneos en un producto consumible por el espectador, pero con un añadido fundamental. Para tener una mesa final interesante en un torneo, hay que esperar que la varianza no se cebe con las grandes estrellas. En un reto, la calidad de los contendientes está determinada de antemano.

Escasísimos son los torneos que pueden contar con un cartel como el “Durrrr Challenge”: Tom Dwan contra Patrik Antonius o contra Daniel Cates. Y qué decir de los “SuperStar Showdown” en el que figuras como Isaac Haxton o Alexander Millar hicieron cola para cruzar naipe contra Viktor Blom “Isildur1”.

Recuperar el No Limit Hold'em para el raíl

Desde que Tom Dwan “durrrr”, el retador por excelencia, pudo comprobar que los nuevos formatos que dominan en las high stakes online le costaban bastante dinero y se conformó con ser la mascota de los magnates asiáticos de Macao -con collar de diamantes y caseta palaciega-, e “Isildur1” dejó de ser el reclamo publicitario de PokerStars, los retos perdieron auge.

La última gran medida de miembros, entre Doug Polk “WCGRider” y a Ben Sulsky “Sauce123”, fue un soplo de vida en el mundillo del No Limit Hold’em Heads-Up.

Es un triste reflejo de la situación de en las altas esferas del poker online. Las jerarquías de los lobbys de No Limit Hold’em y de Pot Limit Omaha son verdaderamente rígidas y muy pocos se atreven a intentar discutirlas. La mayoría buscan presas fáciles y huyen como de la peste de los rivales considerados competentes. Polk, sin ir más lejos, lleva sin encontrar rival casi año y medio, desde la paliza que le dio a Sulsky.

Los retos son un soplo de vida para el No Limit Hold'em

Ni los más fieles railbirds confían tener la paciencia y la suerte necesarias para estar en el lugar y en el momento adecuados para asistir a un enfrentamiento pactado entre dos regulares. Que existen, no te vayas a creer.

Por eso me parece tan refrescante la aparición del un reto como el de “DongerKim” y “TCfromUB” al hilo de un ranking elaborado por este último. Si esta excepción se convierte en tendencia, no tardará en llegar el día en que alguien ponga en entredicho la superioridad de Ike Haxton o Doug Polk y lo haga a cara descubierta.

Merecida fama para los valientes

Me parece de lujo que dos jugadores de una gran calidad reconocida por sus pares pero que son desconocidos para el gran público consigan la atención y la publicidad que merece su trabajo dentro y fuera de las mesas.

A los que tengan miedo de que, como a Polk, la exhibición pública de sus habilidades acabe por secar sus mesas solo les puedo decir que , en mi opinión, nada más lejos de la realidad. Las cifras que se mueven en este enfrentamiento no son ni de lejos las que se movían entre “WCGRider” y “Sauce123”.

Es más, creo que ver a estos jugadores batallar y ganar titulares puede animar a otros jugadores a probarse frente a ellos en niveles asequibles para su banca. Ojalá les ocurra, lo merecen por permitir a los aficionados disfrutar de poker de altura en unos tiempos en que el anonimato y el secretismo priman sobre el resto de condicionantes.

En el poker actual, cualquiera puede dar el salto

Estamos entrando en una nueva del poker, en el que una cámara web es suficiente para crear contenido devorable por las masas y en el que no sabemos de qué nivel o de qué formato provendrá la nueva estrella del poker.

El público es libre de elegir a sus nuevos ídolos

Los apoyos publicitarios de las salas, casi extintos por la deriva comercial hacia la atracción de depositantes netos que se da en el sector, ya no son imprescindibles para hacerse un nombre en el mundillo. La calidad, la personalidad y el arrojo son los únicos ingredientes necesarios para cautivar al público. 

Es la cara de una moneda que parecía tener dos cruces. Los regs ya no son la niña de los ojos de las salas, pero ahora el público tiene la libertad de elegir a sus nuevos ídolos a través de los nuevos canales multimedia a disposición de cualquiera con una conexión a Internet.

Necesitamos más rankings, más egos puestos en entredicho, más enfrentamientos de calidad… más salsa, en definitiva. ¡GOGOGOGOGO!

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