Die short stack, die I por spainfull

Anónimo | 22/12/09

Estos últimos días se han sucedido una serie de eventos y anuncios que han conseguido despertarme de una mini hibernación poqueril obligada por motivos de trabajo -puta informática y putos activos-. Espero que hayáis echado en falta, aunque sea mínimamente, vuestra ración de incoherencia semanal . Sin más preámbulos ni excusas, voy a explicar el motivo del incendiario titular (nota mental: dejar de leer El Mundo, me está empezando a afectar). Como muchos sabréis, Full Tilt Poker va a subir el buy in mínimo para entrar a las mesas estándar.

Para aquellos que no sepan muy bien de qué va todo esto, voy a intentar resumir la historia que se esconde detrás del porqué de esta decisión. Básicamente, la raíz del problema se encuentra en la conocida como la estrategia short stack, caracterizada por entrar a las mesas con el mínimo permitido (20 ciegas grandes) en lugar del máximo (100 ciegas grandes). En un principio, la práctica totalidad de mesas disponibles de las salas permitían entrar con una cantidad que oscilaba entre 20 y 100 ciegas grandes. Casi todos los jugadores, al menos los habituales, compraban la cantidad máxima; los que no lo hacían solían ser malos jugadores en mesas por encima de su nivel. Estos últimos no afectaban demasiado al juego ni a las ganancias porque no seguían ninguna estrategia, simplemente no entraban con más dinero a las mesas porque no disponían de más o por miedo a perder cantidades importantes.

La excepción era algún jugador inteligente que se dio cuenta en su día de que los habituales no sabían adaptarse a una cantidad diferente de stack y que, además, jugar con tan pocas ciegas permitía desarrollar un sistema difícilmente explotable. Al ser mucho menos complejo, favorecía un juego mecánico en el que prácticamente se eliminan las dos últimas calles, ideal para jugar más mesas simultáneamente, ganar más dinero con el rakeback y subir rápidamente de niveles. Es decir, un chollo totalmente legal que no incumple ninguna norma de las salas. Ese día nació la estrategia short stack.

Como digo, al principio, estos jugadores decentes eran la minoría y no representaban un problema demasiado grande para el resto de jugadores por su escaso número. El único motivo de queja, que es una característica inherente a la estrategia, era que estos jugadores en cuanto se doblaban, abandonaban la mesa (acción conocida por el término en inglés ratholing). Esto cabreaba a muchos jugadores que veían como algo injusto no poder recuperar su dinero, descargando su frustración en el chat de la mesa, soltando improperios cada vez que uno de estos jugadores se sentaba con ellos en las mesas (por ejemplo: “die f***ing ratholer”). Imagino que entonces empezarían las primeras quejas a las salas alertando de este tipo de jugadores.

Las salas en un principio debían estar encantadas con esta estrategia. No hay que olvidar que su manera de ganar dinero, como hemos repetido en muchas ocasiones, es a través de la comisión que se llevan en cada mano; lo que les interesa, pues, es tener el mayor número de mesas abiertas y que en cada una de ellas el bote sea lo más grande posible (al menos hasta llegar a la máxima comisión que se puede cobrar). Por tanto, un sistema de juego que permite jugar muchas más mesas simultáneamente y que provoca botes más grandes con mayor frecuencia, necesariamente era visto como una bendición.

Como puede parecer lógico, la estrategia de las salas consistía en dar largas a las quejas de ciertos jugadores, al menos mientras no afectase seriamente al modelo de negocio (debido a que estos dejasen de jugar por ese motivo). Pero poco a poco, esta estrategia empezó a extenderse y cada vez había más jugadores short en las mesas. Consecuentemente, el número de quejas creció. Como uno de los mayores inconvenientes para jugar la estrategia es tener que cambiarse de mesa en cuanto se dobla, algunas salas para contentar a los otros jugadores aumentaron el tiempo mínimo para volver a entrar en la mesa con un stack distinto al que abandonó la misma.

Un fenómeno que tiene una estrecha relación con este tema es el crecimiento de las escuelas de póquer. No solo por su responsabilidad en el hecho de que el nivel sea cada día más alto y que, por tanto, sea más complicado ganar, sino porque la estrategia principal de estas academias que enseñan a jugar desde cero es, como no podía ser de otra manera, la short stack. Las razones son evidentes: permite aprender mucho más rápidamente al simplificar el juego, permite centrarse en los aspectos elementales del juego, permite diseñar un sistema no demasiado complejo que seguir paso a paso, permite limitar las pérdidas en los frecuentes errores del principiante, permite ganar lo mismo con muchos menos conocimientos, permite subir de niveles con mayor facilidad, permite generar mayor comisión que repercuten en las ganancias de las escuelas…

Debido a la irrupción en la escena de estos actores, el número de shorts se multiplicó rápidamente. Era difícil jugar para quien quisiera encontrar mesas en las que no hubiera varios de estos jugadores. Las quejas se multiplicaron y muchas salas acabaron creando mesas 50bb min, es decir, cuyo buy in mínimo es de 50 ciegas grandes. No era una mala solución, pero había un problema principal: al estar estas mesas llenas de habituales, la mayoría de los malos jugadores entraban en las mesas normales, donde sí podían jugar los shorts, con lo que al bajar las ganancias, los habituales se siguieron quejando (además de que en la mayoría de salas el número de estas mesas es insuficiente).

Para complicar la situación, con el paso del tiempo los jugadores apuntados en las escuelas empezaron a escalar niveles y las estrategias se depuraron hasta tal punto que era difícil extraer una buena rentabilidad a un jugador short decente. De repente, entre la subida general del nivel y muchos shorts poco explotables, los jugadores que antes eran ganadores holgados, veían reducidas sus ganancias drásticamente, obligándoles incluso a bajar de niveles. Independientemente de las causas verdaderas, para ellos había un culpable claro: el short stack.

Desde luego, las salas podrían haber hecho muchas más cosas para impedir la estrategia, pero como hemos visto, les ha interesado mantenerla lo máximo posible. Hasta ahora, que parece que FTP va a hacer algo de verdad para luchar contra ella. Continuará…

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