Down sí. Romper con todo no

Cada semana empezábamos igual.

- “¿Qué tal ha ido la semana, tío?”

Y Jorge soltaba la cifra. Sin levantar la mirada. Sin aire en el pecho.

- “Menos 3.5k.”

Pero lo jodido no era el número.

Era su cara. Ese gesto de decepción silenciosa. Ese tono sin fuerza. Esa energía de quien siente que está fallando a algo más grande que una sesión.

Jorge vive fuera. Solo. Sin su gente. Persiguiendo un sueño que, en días así, parece más castigo que propósito.

Y esa semana ya había dejado de entrenar. No estaba comiendo bien. No tenía ganas de quedar ni de hablar.

No era solo un jugador en down. Era un tío jodidamente roto.

Ahí empezamos a trabajar.

No a animarle. A reconstruir desde lo que sí se puede controlar.

1. Redirigir el foco. De fuera a dentro.

Lo primero fue dejar de preguntarse “cuánto he perdido” y empezar a preguntarse “¿cómo me he comportado hoy?”

Cada día, antes de grindar:

● ¿En qué estado estoy hoy?
● ¿Qué decisión concreta voy a sostener esta sesión?
● ¿Qué me va a hacer sentir que ha sido un día correcto, pase lo que pase con el EV?

Y al cerrar sesión, se evalúa en 3 ejes:

● Volumen / disciplina: ¿He cumplido lo que me propuse, o me he escondido?
● Nivel técnico: ¿He jugado en mi A-game o me he dispersado? ¿He tomado
decisiones desde el foco?
● Sostenimiento emocional: ¿He aguantado los golpes sin desconectarme? ¿He seguido presente incluso cuando la sesión se torció?

Esa estructura ha sido su salvavidas.

Porque lo normal en el down es desaparecer. Bajar volumen. Bajar energía. Bajar fe. Dejar de hacer justo lo que necesitas para salir de ahí.

Jorge, por primera vez, no lo ha hecho. Ha seguido. Con la misma exigencia. Con la misma disciplina. Incluso con más respeto por sí mismo.

2. Sostener el tilt antes de que te arrastre.

Jorge no se rompía por un bad beat. Se rompía por lo que venía después:

“¿Qué estoy haciendo con mi vida aquí, lejos de todo, si ni siquiera estoy ganando?”

Por eso trabajamos una estrategia doble:

A) Reencuadre desde el cuerpo.

● Detectar la tensión antes de que explote.
● Cambiar el estado (caminar, agua fría, respiración nasal).
● Cortar la narrativa automática antes de que se te meta en el pecho.

B) Anclaje emocional con memoria somática.

Buscamos una sesión donde se sintió fuerte, agresivo, lúcido.
Y la comprimimos en una frase:

“Estoy aquí para jugar. No para rendirme.”

Una frase que no inspira: reconecta.

Hoy, Jorge sigue en el down

Sí. Sigue perdiendo.

Pero ha ganado algo más valioso que cualquier sesión en verde:

● Ha recuperado la capacidad de seguir metiendo volumen con intención.
● Está cumpliendo con sus objetivos incluso ahora, no cuando “todo mejore”.
● Ha mantenido su rutina cuando todo invitaba a dejarla.
● Se ha sostenido emocionalmente sin anestesiarse.
● Y ha vuelto a jugar con ganas. Con respeto. Con motivación real.

No necesita que cambien los resultados para hacerlo bien. Está haciéndolo bien… mientras pierde.

Y eso es otro nivel.

Esto es lo que trabajamos en Asses. No damos consejos. Diseñamos estructuras que no se rompen con los swings. → https://rendimientoasses.com/grindar/