Epic Poker League

La Epic Poker League a examen

antrodax | 02/12/11
La Epic Poker League a examen
El circuito de torneos pergeñado por Annie Duke y Jeffrey Pollack coqueteó con el fracaso en sus dos primeras citas. Lejos de la publicidad de su lanzamiento, le llega la prueba de fuego en el Palms de Las Vegas.

El próximo 14 de diciembre está programado el inicio del tercer evento perteneciente a la Epic Poker League. Repite como sede el casino Palms de las Vegas, que ya fue escenario de los dos primeros capítulos.

La EPL es una serie de torneos a los que sólo se puede asistir invitado por la organización o a través del satélite Pro/Am previo a todos los eventos, y que selecciona a sus jugadores según los resultados en torneos a lo largo de sus carreras. Los jugadores deben pagar una entrada de 20.000$ y la organización añade 400.000$ a la bolsa de premios de cada torneo.

La primera etapa de la EPL contó con 137 participantes y la segunda atrajo a menos jugadores aún, 97.

Y eso, a la luz de la atención mediática generada por su lanzamiento. Ahora que se ha disipado el runrún y la excitación del nacimiento del proyecto, la tercera edición definirá la capacidad de atracción de la Epic League.

Hay factores a favor y en contra del éxito de la iniciativa, pero honestamente no nos atrevemos a apostar por el desenlace del misterio que se desvelará tras las próximas dos semanas.

Los dos primeros ganadores del torneo fueron David “Chino” Rheem y Mike McDonald. Ambos jugadores fueron protagonistas, en diferentes grados, de un sonado escándalo del que la EPL no se podrá desmarcar en lo que le quede de existencia. Chino Rheem fue acusado por numerosas personas de una conducta financiera no demasiado ética (y II) y McDonald forma parte del comité de Ética de la Liga que tuvo que tomar cartas en el asunto.

Por poner un punto final más amable, uno de los puntos de mayor interés de esta tercera entrega de la EPL es saber si Erik Seidel logrará su tercera mesa final consecutiva, que con el nivel de los participantes invitados, sería digno de todo elogio.

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