Poker online

Italia, un espejo que nos devuelve una imagen espeluznante

Antonio Romero | 26/12/14
Uno de los países que viene manteniendo la regulación cerrada que ha escogido nuestro país para el poker online, sigue arrojando cifras de espanto.

El carácter festivo de estas fechas no nos puede detener en la misión de denunciar la desfavorable situación del poker online en España.

Cada dato de tráfico y caída de ingresos debe ser un toque de atención para nuestros dirigentes, que no parecen mover un dedo más allá de asegurar la recaudación y añadir circunloquios a la imprescindible pero manida discusión sobre seguridad y prevención de delitos y hábitos adictivos.

​La DGOJ nos está reservando el disgusto sobre los datos del poker online en el últmo trimestre del año para 2015, pero al igual que Mr Scrooge podía ver adónde le conducía su actitud a través de lo que le mostraba el fantasma de las navidades futuras, nosotros tenemos el ejemplo de Italia, un país con una legislación similar a la nuestra y que en noviembre ha vuelto a dejar cifras de pesadilla para el futuro del poker online en el país transalpino.

El descenso de los ingresos del poker online en Italia en el mes pasado, según EgamingReview, fue del 16% en torneos y del 18% en cash, un porcentaje que tan solo refleja el desplome sobre las cifras de 2013, que ya eran horrorosas.

Es un fracaso estrepitoso del modelo de regulación, que ya no se puede esconder bajo la alfombra de una tendencia negativa del sector. Al igual que sucede en España, en Italia el juego online en su conjunto muestra saludables síntomas de recuperación, sobre todo en las apuestas deportivas, en el caso de nuestros vecinos mediterráneos ayudadas por pequeños cambios en la ley.

La gran diferencia es el papel vital que tiene el tráfico en unas y otras actividades.

Para jugar al blackjack solo se necesita un software que tome el papel de banca y la voluntad. Para apostar sobre un partido de fútbol, uno se busca una cuota atractiva y punto. Para jugar al poker se necesitan contrincantes, mesas. La diferencia es tan obvia que da apuro tener que resaltarla.

El modelo no funciona, los números no mienten. Y, burla burlando, hemos perdido otro año. 

  

COMENTARIOS

Todavía no se ha realizado ningún comentario en esta noticia.