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Leo Margets: foco, equilibrio y perspectiva

C. Bielsa | HACE 2 HORAS 34 MINUTOS
Leo Margets: foco, equilibrio y perspectiva
Tras una carrera histórica, supera la resaca del Main Event de WSOP y lo cuenta en una entrevista para Card Player.

Card Player publicó en su edición impresa una extensa entrevista con Leo Margets tras su histórico séptimo puesto en el Main Event de las WSOP 2025.

En Poker-Red la rescatamos y traducimos íntegramente para que el público español pueda disfrutar de las reflexiones más personales de la jugadora catalana sobre el torneo de su vida, la resaca emocional posterior y el equilibrio que ha encontrado dentro y fuera del tapete. Esperamos que la disfrutéis.

En los niveles más altos de rendimiento y competición, los mejores jugadores se crecen y se “encierran” mentalmente cuando llega el gran momento.

Ese estado de “encerrarse” se manifiesta de muchas maneras, según el entorno y las condiciones, pero siempre tiene elementos en común: visión de túnel, bloqueo de distracciones y concentración absoluta en una rara oportunidad de grandeza.

Para Leo Margets, eso ocurrió en el Día 6 del Main Event de las World Series of Poker 2025. Recién cumplidos los 42 años, la jugadora española se vio en una situación conocida. Dieciséis años antes, en 2009, había alcanzado el Día 8 y las últimas tres mesas antes de caer en el puesto 27. En aquel entonces, ni siquiera tenía claro qué papel jugaría el póker en su futuro.

En 2025, Margets está en un punto de su vida y de su carrera muy diferente. Ahora es campeona del mundo (ganadora de brazalete WSOP) y embajadora consolidada de Winamax, una de las salas online más importantes del mundo.

Esta vez estaba preparada. Sabía lo intensos que serían los focos, cómo gestionar la atención extra, especialmente como la última mujer en el field. Las redes sociales se llenaron de apoyo, pero también apareció la presión externa de intentar lo que ninguna mujer había logrado desde 1995: alcanzar la mesa final del Main Event.

Un lugar en la historia del póker

Con esta segunda oportunidad, Margets se blindó mentalmente. Se concentró en todo lo que podía controlar en la mesa y bloqueó el ruido externo.

“Estuve muy desconectada de lo que pasaba en Las Vegas, y eso terminó siendo muy bueno para mí”, explicó. “Después del Día 6 apagué el teléfono, no del todo, pero apenas entraba en redes. Casi no respondía mensajes porque estaba tan centrada que sabía que eso sería lo mejor”.

Su carrera continuó en el Día 7, superando oficialmente su récord previo en el Main Event. A solo una jornada de distancia estaba la tierra prometida del póker, y su pedazo de historia personal. El apoyo, tanto virtual como presencial, fue creciendo con cada mano.

Pero salvo un pequeño grupo de amigos cercanos, Margets mantuvo su círculo cerrado. Reconoce que el amor de sus amigos fue clave para mantener los pies en el suelo.


Al final del Día 8, las decisiones dieron fruto: había alcanzado la mesa final. Junto a Barbara Enright (1995), se convirtió en la única mujer en lograrlo y aseguró un premio de siete cifras, el mayor de su carrera. Diez millones de dólares y el título más codiciado del póker estaban a su alcance.


El apoyo se convirtió en una avalancha. Pero Margets se mantuvo con los ojos en el objetivo: ganar el torneo.

“Fue la experiencia más increíble de mi vida, no solo profesionalmente, sino en general, por la intensidad de todo lo que viví. Sentía el apoyo incluso caminando por el Paris, cuando alguien se cruzaba conmigo”.

El sueño terminó en séptima posición con una mano dramática. En una guerra de ciegas, Leo limp-calleó con  AhTh y pagó el push de Kenny Hallaert, que mostraba  6h6s. El flop  Jh7s5s era bueno para Hallaert, pero la sala estalló cuando cayó el  As en el turn. Leo estaba a un paso del doble-up y acariciaba la remontada… hasta que el river  9s completó el color del belga y dejaba a la española con la miel en los labios.

“Yo no lo vi, pero mis amigos me dijeron que cuando cayó la pica en el river la sala entera se volvió loca”, recordó. “Es tan bonito, ¿no? Sentir que la gente quiere que lo hagas bien. Fue muy especial”.

Séptima posición, 1,5 millones de dólares. Curiosamente, la misma mano  AhTh había sido protagonista de su eliminación en 2009, cuando Warren Zackey la derrotó.

La resaca emocional

Al dejar el set de televisión, llegó la avalancha de pensamientos, emociones y, sobre todo, agotamiento. Tras nueve días de póker de máxima tensión, la resaca era inevitable.

“Obviamente estar en una mesa final es increíble, me hubiera gustado avanzar más, pero no tuve arrepentimientos. Era extraño porque estaba muy feliz”.

“Y luego, de golpe, no me encontraba. Tuve una especie de resaca emocional. Había muchas entrevistas y atención, y me gustaba recordar la experiencia, pero al mismo tiempo necesitaba desconectar”.

De vuelta en casa, hasta lo más sencillo le costaba: entrenar, leer, incluso hablar con gente. Poco a poco, fue mejorando.

Un éxito inmenso, en cualquier medida

Superada la niebla, Margets ha vuelto a su día a día. Para muchos, alcanzar la mesa final significa replantear su carrera gracias al dinero. Para ella, sin embargo, este resultado es un lujo añadido a la sólida base que ya tenía.

“Soy muy afortunada. Es mucho dinero, pero mi vida es la misma. No necesito mucho para ser feliz y tener la vida que quiero”.

Ya formaba parte del Salón de la Fama del Póker Español y llevaba siete años y medio patrocinada por Winamax. Reconoce que su crecimiento se debe en gran medida a esa relación:

“Tener sponsor en este mundo es un lujo. No es que te regalen nada, pero en Winamax es una familia. No quiero cambiar eso nunca. Somos un equipo real. Cada vez que uno tiene un deep run, los demás estamos ahí apoyando”.


Más allá del póker

El póker es el centro de su vida, pero la libertad que le da la profesión le ha permitido probar otras experiencias: escribir un libro (Juega bien tus cartas, 2017) o participar en realities de televisión.

En Supervivientes (2014) no salió bien: “Lo hice fatal, no era mi entorno”.

Pero en Traitors (2024), brilló: “Fue el mejor programa del mundo. Lo pasé genial. Cualquier jugador de póker puede triunfar allí. Es como jugar al Hombre Lobo en la vida real durante 12 días”. Ganó junto a su compañera Joana Pastrana Gallardo.

¿Que viene ahora en el póker?

Con más de 3,3 millones en ganancias desde 2009 y este impulso de 1,5 millones, muchos habrían dado el salto a los High Rollers. Ella no.

“No voy a jugar mucho más caro. No pienso meterme de golpe en Triton. Esto es un buen añadido, pero cada uno está en el póker por motivos distintos. Para mí, lo más importante es la libertad que me da”.

¿La competitividad le pica? Sí. ¿El equilibrio que ha encontrado vale más? También.

“Me encanta mi vida como está. Juego lo suficiente como para ser responsable con mi nivel, pero sin renunciar al resto. Ese es mi equilibrio”.

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