Lon McEachern, la noche de los November Nine desde dentro

Como hemos dicho hasta la saciedad, hace aproximadamente una semana se celebró lo que para muchos es -y es difícil de rebatir- la cita más importante del año por lo que a poker se refiere: la mesa final de las WSOP.

Personalmente, desde que floreció en mi esta pasión que tengo por el poker, pensar en las WSOP era casi sinónimo de pensar en la voz de Lon McEachern retransmitiendo tanto los capítulos previos como la propios mesa final junto a su inseparable Norman Chad. Sin duda, el presentador americano es uno de los personajes más respetados relacionado con la industria del poker aunque en su caso, alejado de las mesas.

Recientemente, McEachern ha escrito una líneas en su blog personal, en las que detalla como un personaje como él vive las horas previas a los November y cuál es su valoración del trabajo realizado una vez el torbellino de emociones ha quedado aparcado hasta noviembre del año que viene.

Sin duda, la noche más importante del año es en la que empieza la mesa final, cuando finaliza la espera después de tantos meses. Pero después llega la noche siguiente, en la que se corona el campeón, y entonces ésa pasa a ser la noche más importante del año. Son muchos meses preparando esta cita, y todos intentamos que salga a la perfección.

La acción es frenética cuando se acerca la hora de comenzar. El único sitio donde puedes estar relativamente tranquilo es en la zona desde donde presentamos el evento, frente a la cámara, la cual por cierto, ni siquiera cuenta con un operador que la maneje, ya que todos están ocupándose de cosas más importantes.

Un año más me acompañó mi buen amigo Norman Chad y Antonio Esfandiari, un lujo, aunque también contamos con la ayuda de Kara Scott en las entrevistas y Marianela y Hellmuth que durante los descansos hicieron un gran trabajo. Además de ellos, decenas de personas hicieron que el trabajo de ESPN fuera un éxito casi perfecto.

Norman es un experto en conseguir que cualquier momento por absurdo que sea, adquiera muchísimo  interés al darle su particular punto de vista. Antonio por su parte combina el conocimiento de todo lo que está ocurriendo sobre el tapete, con la capacidad de transmitirlo a los espectadores en un lenguaje que todo el mundo entienda.

Con el trabajo ya realizado, puedo afirmar que las largas horas preparando este evento han valido la pena. Lo cierto es que de pequeño nunca dije que quería ser presentador de poker, pero en cambio, hoy en día me siento muy orgulloso de poder decirlo.