Opinión

Mercados regulados con liquidez internacional: otro mundo es posible

Jairo Moreno | 09/09/13
Dinamarca, Bélgica y Estonia han optado por modelos de regulación en los que los jugadores de estos países comparten mesas con los del resto del mundo. Analizamos cómo lo hacen y cuáles son las ventajas de un sistema que está al alcance de nuestras autoridades.

El 8 de septiembre de 2008, Gioco Digitale se convertía en la primera sala de poker online en abrir sus puertas en el nuevo mercado regulado del poker en Italia; un mercado con una particularidad relevante: solo los residentes en el país podían participar en el juego.

Se inauguraba así un modelo legal llamado a revolucionar la industria del poker internacional, principalmente porque, siguiendo la senda italiana, Francia, España y los estados de Nevada y Nueva Jersey en Estados Unidos —los primeros en regular el poker tras el Black Friday— han optado por la misma vía normativa, cortando en cada vez más porciones la tarta de la liquidez internacional.

En el año 2006, en Italia se promulga el denominado “Decreto Bersani”, que sentaría las bases de la legalización del poker online, adjudicándole la categoría de juego de habilidad a distancia “donde el resultado depende de la habilidad de los jugadores de manera predominante respecto al elemento del azar”, según recoge el texto de la ley.

Italia fue el precusor en 2008 del modelo de liquidez nacional cerrada

El legislador pensó que la mejor manera que tenía para controlar y fiscalizar el mercado era estableciendo la restricción del servicio solo para jugadores italianos. Con una población de 60 millones de habitantes, y teniendo en cuenta de que el poker es el único juego regulado para el que la liquidez es un factor fundamental —las apuestas deportivas cruzadas no se regularían hasta el año pasado y no se espera su lanzamiento hasta 2014—  no les pareció una mala idea optar por una especie de “corralito” para jugadores.

En Estonia, con una población de menos de un millón y medio de habitantes que hacía inviable el “corralito”, se aprobaba una legislación de juego en Internet que permitiría a sus jugadores de poker compartir mesas con los del resto del mundo. En febrero de 2010, el grupo de casinos nacionales Olympic lanzaba su sala de juego dentro de la red iPoker e inauguraba el mercado estonio. Meses más tarde, tras haber sido bloqueados en primera instancia, los operadores internacionales completaban el proceso de consecución de licencias y comenzaban su actividad. En octubre, PokerStars.ee veía la luz.

En el verano de 2010, Francia había recorrido todo el proceso legislativo de su ley y lanzaba su propio mercado de salas de poker siguiendo el modelo italiano de liquidez nacional. De nuevo, el que llamaremos “estilo mediterráneo” parecía ser una buena idea para el legislador francés que, más papista que el Papa, ni siquiera contempló en el texto de su ley la posibilidad de una futura liquidez internacional. El chovinismo es lo que tiene. Para los principales productos —las apuestas de contrapartida (carreras de caballos y deportes) y los juegos de casino— la liquidez es irrelevante y con 65 millones de franceses la cosa no pintaba tan mal sobre el papel.

El 1 de enero de 2012 dos nuevos mercados regulados comenzaban su andadura en Europa. Dinamarca entraba en juego adoptando el modelo de liquidez internacional siguiendo los pasos de Estonia y lo mismo ocurría en Bélgica, aunque con la particularidad de que aquí la restricción no era de liquidez sino de licencias: solo los casinos físicos podían disponer de licencias y los operadores online debían aliarse con ellos.

España continuó la senda emprendida por Italia y Francia

En primavera, exactamente el 5 de junio de 2012, se daba el pistoletazo de salida al mercado regulado del juego en España. Más de un año antes, en abril de 2011, un mes antes de que en Cortes se aprobará la ley de juego, Poker-Red había destapado la primicia: España optaba por el modelo de liquidez nacional en su ley de juego.

Así las cosas, en este momento tenemos seis regulaciones nacionales de nuevo cuño en la Unión Europea y dos modelos de liquidez distintos: nacional (Italia, Francia, España) e internacional (Estonia, Dinamarca, Bélgica).

Cómo recaudan los reguladores

La madre del cordero regulatorio son los impuestos. Las nuevas leyes de juego online se han hecho fundamentalmente para que los estados recauden tributos de unas empresas que hasta ese momento los habían esquivado.

Cerrando el mercado solo para jugadores nacionales, el cálculo de impuesto se simplifica sobremanera. Tanto recaudan en rake las salas —la base imponible— tanto tienen que pagar en impuestos.

El supuesto problema surge cuando jugadores con distintos marcos regulatorios comparten una misma plataforma de juego. ¿Cómo se calcula el rake generado por los jugadores de un país regulado por el que el operador debe pagar impuestos en ese país?

En torneos es muy sencillo: cada jugador paga una cuota fija de rake a través del buy-in que será la base imponible para realizar el cálculo del impuesto que el operador debe satisfacer. Por poner un ejemplo, en el caso de España, con un impuesto a los operadores del 25% del rake, por la inscripción de un jugador en un torneo de 10€+1€, el operador debe pagar a Hacienda 25 céntimos de euro en concepto de impuesto de juego.

Operadores y reguladores en Estonia, Dinamarca y Bégica acuerdan un sistema óptimo de liquidez internacional

Pero, ¿qué ocurre con las mesas de cash? Imaginemos un mesa .com con un jugador danés, un estonio, un ruso y dos ingleses. ¿Cómo se calculan los impuestos que debe pagar el operador a la Hacienda de Dinamarca o Estonia?

Según las informaciones que hemos recabado, en los países regulados que disfrutan de liquidez internacional la práctica a la hora de calcular la base imponible es utilizar el sistema de atribución de rake del sistema VIP.

Usando el sistema “weighted contributed”, el utilizado por PokerStars, se realiza el cálculo de con cuánto ha contribuido cada jugador al rake final de cada mano de cash en relación a las cantidades que ha aportado al bote con sus apuestas.

Por ejemplo, tenemos una mano de cash en la que tres jugadores ven el flop pagando cada uno 10$ pre-flop. El jugador A va all-in en el flop por 35$, el jugador B abandona y el jugador C iguala la apuesta. Se genera un bote total de 100$ de los que se sustraen 5$ (el 5%) en concepto de rake.

Según el cálculo weighted contributed, al jugador B, que puso 10$ preflop y abandonó en el flop, se le atribuirían 0,50$ (el 10% de los 5$ de rake), mientras que a los otros dos jugadores se les atribuirían 2,25$ de rake (el 45% de los 5$).

De este modo, la cantidad de rake atribuida a cada jugador atendiendo a su jurisdicción sería la base imponible sobre la que se calcularía el impuesto que el operador debe satisfacer en ese país. Si, por ejemplo, el jugador A fuera danés, el operador debería satisfacer 0.10$ (el 20% de 0,50$) al gobierno de su país como impuesto de juego.

Con este sistema, el regulador se garantiza obtener una porción de rake de cada mano en la que el jugador de la jurisdicción regulada contribuye al bote con sus apuestas. Además, este planteamiento responde al espíritu general de la norma, que es considerar la base imponible en relación directa al volumen de apuestas y, por tanto, a las comisiones generadas: tanto ha apostado el jugador, tanto ha recaudado el operador en rake, tanto grava el regulador.

Otro punto a favor es su sencillez de puesta en marcha. Los operadores ya cuentan sistemas de este tipo implementado para ofrecer sus sistemas de fidelización y estos son plenamente monitorizables.

La mejor opción existe, ¿por qué no ponerla en práctica?

Como vemos, países de nuestro entorno político-legal en la Unión Europea han sido capaces de desarrollar una normativa que, de haber sido aplicada en España, sin lugar a dudas habría conseguido un crear un mercado de poker más sostenible que el actual. Veamos algunas de las ventajas de la liquidez internacional.

  • Mayores bolsas de premios en torneos que atraen más participación
  • Más mesas de cash abiertas que incentivan a los jugadores
  • Mayor inversión en publicidad por la mejor rentabilidad del mercado
  • Un mercado de poker rentable y sostenible genera más puestos de trabajo
  • Todo lo anterior repercute en un mayor volumen de juego y, por tanto, en una mayor recaudación en impuestos por parte del Estado

Y todo esto sin sacrificar los mecanismos de control y monitorización que requieren las regulaciones y que Dinamarca, Bélgica y Estonia han puesto en práctica con éxito.

Desde Poker-Red pensamos que, con voluntad política, y unas necesarias dosis de audacia, perfectamente nuestras autoridades pueden corregir una situación que a medio plazo destruirá inevitablemente el mercado del poker online; un mercado que en estos momentos supone alrededor del 30% de la recaudación de impuestos del juego online en España.

Desde hace un tiempo, la DGOJ ha lanzado el mensaje de un horizonte futuro con los mercados de España e Italia fusionados. Si bien esta opción sería un interesante bálsamo que a buen seguro aliviaría en parte el problema de la liquidez, no es menos cierto que no sería el mejor de los escenarios posibles ni para los jugadores, ni para los operadores, ni, a buen seguro, para las arcas públicas de los países regulados.

La solución existe y está justo frente a nosotros; en la puerta de nuestros vecinos. Si realmente existe un modelo óptimo de gestión de mercados regulados en un entorno de liquidez internacional, y este se está poniendo en práctica en países de nuestro entorno, ¿por qué hemos de quedarnos con el malo?

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