Operación Royal Flush: Poker, mentiras y barajadores trucados
Durante los últimos días, el mundo del poker vive una auténtica tormenta mediática. Lo que comenzó el 23 de octubre con la publicación de una acusación federal ha destapado un entramado de partidas privadas amañadas, apuestas ilegales y nombres muy conocidos del deporte estadounidense. La llamada “Operación Royal Flush” apunta a una de las mayores redes de juego fraudulento de la historia reciente.
NBA, mafias y poker amañado
El documento judicial revelado por las autoridades describe dos operaciones paralelas: una dedicada a las apuestas deportivas y otra centrada en partidas de poker manipuladas tecnológicamente. En esta segunda aparecen más de 30 implicados, entre ellos deportistas profesionales y miembros de las familias mafiosas Genovese, Gambino y Bonanno.
Según la acusación, los miembros de las familias Bonanno, Gambino y Genovese habrían utilizado amenazas e intimidaciones para garantizar el cobro de las deudas generadas en las partidas organizadas en Nueva York. A cambio, recibían una parte de las ganancias obtenidas en esas mesas.
Entre los implicados, Ernest Aiello, Thomas Gelardo y Julius Ziliani habrían actuado en representación de la familia Bonanno, mientras que John Gallo, Lee Fama, Joseph Lanni y Angelo Ruggiero Jr. lo habrían hecho en nombre de la familia Gambino.
Además, varios miembros y asociados de esta última —entre ellos Ammar Awawdeh, Louis Apicella, John Gallo y Nicholas Minucci— participaron directamente en los llamados Cheating Teams, los grupos encargados de manipular las partidas.
El organizador de las partidas en Lexington Avenue, Seth Trustman, también acusado de formar parte de estos equipos, estaría vinculado a la familia Lucchese, otra de las ramas históricas de La Cosa Nostra.
Las víctimas eran invitadas a partidas privadas con la promesa de compartir mesa con jugadores de la NBA. Según el informe, Terry Rozier, Damon Jones y Chauncey Billups fueron utilizados como reclamo. Billups, actual entrenador de los Portland Trail Blazers y miembro del Hall of Fame, ha sido suspendido de sus funciones mientras avanza la investigación.

Lo que parecía un exclusivo encuentro entre celebridades y magnates era, en realidad, un sistema perfectamente diseñado para robar millones.
Trampas con barajadores trucados
El FBI asegura que los organizadores empleaban máquinas de barajar trucadas capaces de leer las cartas y determinar el ganador de cada mano. Esa información se enviaba en tiempo real a un cómplice fuera del local, que la retransmitía mediante un teléfono móvil a un jugador en la mesa.

Además, el informe menciona mesas con rayos X, cartas marcadas y otros métodos de manipulación. Entre 2019 y 2024, la red habría generado más de 7 millones de dólares en beneficios ilícitos antes de ser desmantelada.
Esta sería la tecnología utilizada en las mesas de póker por la mafia donde involucran a Billups y a Damon. Lentes y rayos X en la mesa para las cartas pic.twitter.com/7Mhf9mZVCK
— 🏆 Juan Carlos Vázquez (@elnarrador) October 23, 2025
El FBI no se anda con medias tintas
En una rueda de prensa, el director del FBI, Kash Patel, confirmó que la operación se extendió por once estados y culminó con 31 detenciones, entre ellas las de “jugadores y entrenadores de la NBA, tanto activos como retirados”.
Los cargos incluyen fraude electrónico, blanqueo de capitales, extorsión, robo y apuestas ilegales. La magnitud del caso llevó a colaborar a Homeland Security, el NYPD y otras agencias federales.
Según fuentes oficiales, la parte de apuestas deportivas —aún mayor— habría ayudado a sacar a la luz la red de poker amañado.

La chispa que encendió la investigación
Tras conocerse la acusación, Doug Polk entrevistó en su podcast a Philip Wiszowaty, un habitual de las partidas privadas de alto nivel. Wiszowaty contó que uno de los detonantes pudo ser un incidente con un jugador llamado Edan Asayag, que perdió 1,2 millones de dólares en un duelo heads-up de Pot Limit Omaha y se negó a pagar.
Los organizadores habrían reaccionado con amenazas contra él y su familia, lo que llevó a Asayag a contactar primero con un abogado y después con las autoridades. El periódico Los Angeles Times confirmó un caso similar en el que un “jugador desesperado” acudió a la policía tras perder esa misma cantidad.
Wiszowaty sugiere que el exjugador Gilbert Arenas, previamente acusado de organizar partidas ilegales, pudo colaborar con el FBI y señalar a Chauncey Billups, lo que desencadenó la cadena de detenciones.
Una advertencia para el futuro
Que existan partidas privadas amañadas no sorprende a nadie, pero la escala y el perfil de los implicados han hecho saltar todas las alarmas. La “Operación Royal Flush” revela un escenario opuesto al habitual: esta vez, los supuestos “ballenas” eran los depredadores, y sus mesas, auténticas trampas.
La evolución tecnológica solo amplía el abanico de posibilidades para hacer trampas, y todo indica que no será la última red de este tipo. La lección es clara: por más atractiva que parezca una partida privada —y por muy famoso que sea quien se sienta al otro lado—, la prudencia sigue siendo la mejor defensa.
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