Opinión

La redacción debate sobre el reloj de torneos

Alex Hernando | 13/03/14
La redacción debate sobre el reloj de torneos
¿Reloj sí o reloj no? Esa pregunta también ha llegado a las entrañas de Poker-Red, pero hemos sido incapaces de ponernos de acuerdo.

El debate del reloj de torneo es uno de los que más hondo han calado entre la comunidad del poker actual. Quién más quién menos tiene una opinión al respecto, y en la redacción de Poker-Red no podíamos ser menos.

No os vamos a engañar. Los puntos de vista que hemos encontrado son completamente opuestos, si bien cada uno de ellos tiene argumentos sólidos para su sustento.

Aquí os mostramos cuán radicales nos hemos puesto, pues ni unos ni otros han sido capaces de dar su brazo a torcer en la argumentación.

Al que nunca le parece nada bien

El reloj de torneos es la peor idea que se le haya podido ocurrir a nadie, y mira que hay gente que se aburre en este mundillo.

Lo que menos se necesita es un corsé más, una nueva norma que haga pensar a la gente que un torneo de poker en vivo es algo fuera de su alcance y demasiado reglamentado.

La clave es mantener el funcionamiento de una mano lo más sencillo posible. Realmente, los únicos capaces de restringir todas sus decisiones al tiempo marcado por un reloj son los profesionales, que tienen perfectamente definidos sus rangos y son capaces de analizar una situación en segundos.

La clave es mantener el funcionamiento de una mano lo más sencillo posible.

El amateur a veces tiene más que suficiente con no tardar demasiado en distinguir cuáles de sus propias fichas quiere apostar y cuáles de las cartas rojas de la mesa ayudan a su mano, porque en el ordenador de su casa los palos tienen cuatro colores.

Controlar el tiempo significa apremiar, el apremio significa agobio, y para agobiarse nadie paga 400€ o más.

Me hace mucha gracia la gente que dice: “pongamos el reloj, pero de 60 segundos”. Yo pensaba que la base del buen poker eran las matemáticas. En una mesa con nueve posiciones, a 60 segundos por barba, nos podemos tirar nueve minutos ¡solo con el preflop! ¿La idea no es acortar el tiempo de duración de cada mano?¿?Alguien se imagina una burbuja en esas condiciones?

Sí, es tan absurdo como suena. El problema que se debe solucionar de verdad surge cuando hay el típico jugador que toma excesivo tiempo en cada decisión o se piensa que por estar cinco minutos mirándome a la cara me voy a derrumbar entre sollozos y voy a reconocer que voy de farol.

A ese tipo de gente le pones un cronómetro y les abres la puerta para agotar el tiempo sistemáticamente. Tendrán la excusa perfecta para parar el juego sin que nadie tenga argumento alguno para recriminarles su actitud.

Hay una herramienta para luchar contra esas actitudes y se llama pedir tiempo.

No hay nada que inventar; ya hay una herramienta para luchar contra esas actitudes y se llama pedir tiempo a la dirección de torneo.

Hay que dejarse de remilgos y pedir tiempo cada vez que sea oportuno, y si hay que hacerlo con el mismo individuo en tres manos consecutivas pues se hace, y se le deja bien claro por qué. Si lo hacemos todos, tendrá que acabar cayendo de la burra.

Y ya no voy a entrar en cómo se iba a poner en funcionamiento, ¿acaso pretenden poner un luminoso encima de cada mesa o nos vamos pasando un crono? ¿Vamos a tener que pagar más para que nos pongan a un miembro de la dirección del torneo por mesa? Dediquémonos a cosas más serias, por favor.

El salvador del poker

¡Por fin! Cada vez que pienso en un “shot clock” enfocado a un torneo de poker, lo único que me vienen a la cabeza son cosas positivas.

Seguramente, lo únicos que puedan ponerle pegas sean aquellos a los que les gusta el “postureo” y quieren tener su dosis de protagonismo en una mesa, que a veces no consiguen adquirir gracias a las cartas. Un claro ejemplo de esto lo vimos hace unos meses en la mesa final de la PCA. ¿Quién no se tildó al ver a Srinivassan cada vez que tenía que tomar una decisión por sencilla que ésta fuera?

Los únicos que pueden ponerle pegas son aquellos a los que les gusta el "postureo".

Todos los que hoy en día juegan torneos presenciales lo hacen también en Internet, solo exceptuando, tal vez, algún jugador de mayor edad al que la tecnología todavía se le sigue atragantando. ¿Acaso no estamos todos ya acostumbrados a tener un reloj que marque el límite de nuestras decisiones? ¿Dónde está el problema entonces?

Pagar una entrada más cara, como es la de los torneos en vivo si lo comparamos con los online, no te da ningún derecho extra. No da barra libre para exhibir comportamientos en la mesa que puedan molestar al vecino de asiento.

Jamás hubiéramos llegado a este debate si los jugadores, en su conjunto, tuvieran algo más de empatía por el que tenemos al lado. Una vez, dos, incluso tres, podemos necesitar de algo más de tiempo para tomar una decisión clave para nuestra continuidad en el torneo, pero cuando esto pasa de ser algo puntual a una constante, es cuando se deben tomar cartas en el asunto.

De todos modos, no veo cuál es el problema, si en todas las propuestas que se han puesto sobre la mesa se contempla la existencia de medidas para que cada jugador pueda tener tiempo extra cuando realmente lo necesite. Esto me invita a pensar que es más una cuestión de llevar la contraria por sistema, que realmente de querer que las cosas mejoren en el poker actual.

Todas las opciones que se han barajado, contemplan el tiempo extra.

Todos nos sentimos indefensos ante esa colección de actores frustrados. Y es que no nos engañemos: pedir tiempo está mal visto. ¿A quién le supone algo gustoso de hacer? Creo que a casi nadie, por mucho que en infinidad de veces nos muramos de ganas de hacerlo.

Seguramente por cada vez que alguien pide tiempo, se ha mordido la lengua en más de una ocasión, porque todos sabemos que ese jugador al que presionamos, desde ese preciso instante nos mirará con el ceño fruncido y pasaremos a ser el objetivo de sus iras, y ¿quién quiere eso en un torneo en el que nos jugamos la pasta? Nadie.

Por todo ello, mejor regular el tiempo para cada decisión. Seguro que así jugamos más manos por nivel, lo que intrínsecamente, mejorará las estructuras de los torneos en los que participemos, sin apenas tener que provocar más cambios.

Urge tomar decisiones, y tenemos la respuesta en frente de nuestras narices. 

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