Reflexiones sobre Bahamas a 11.800 metros de altura

Escribo estas líneas a 11.800 metros de altura en el avión que me lleva de Miami a Madrid. Me gusta hacerlo desde aquí, ver las cosas desde lejos te permite verlas mejor, con más perspectiva, con más dosis de existencialismo y de realidad.



No os voy a mentir, perder el torneo más importante que he jugado hasta la fecha ha sido duro, había pensado en el spot, pero nunca sabes cómo lo vas a encajar o cómo vas a reaccionar. Hoy puedo deciros desde el corazón que estoy más que orgulloso de cómo me he rehecho, como el Fénix de las cenizas. Me ha durado el duelo lo que dura una ducha, me he vestido con una camisa de flores como si fuese mi cota de malla y la GoPro como mi lanza.

Me ha durado el duelo lo que dura una ducha.

No lo sabía pero estaba a punto de embarcarme en otro viaje completamente distinto: el viaje de escuchar a las personas que te rodean en su máximo exponente, en su máximo esplendor, empezaba así un viaje en un tiempo y en un lugar único, irrepetible e inimitable. Conocer un poquito más a las personas que forman el equipo de la primera división del poker mundial ha sido un constante aprendizaje, reto y desafío en lo intelectual, tratando en todo momento de hacer un ejercicio de empatía, tratando en todo momento de sentirme uno de ellos aunque solo sea con un pase de visita. El poker se lo ha dado todo, pero también les ha arrebatado algo.



A cambio de una vida de abundancia, de una vida surfeando la cresta de la ola, de una vida emocionante como muy pocas profesiones lo permiten, han entregado en muchos casos su juventud, su hogar, su familia y sus amigos. La vida solo tiene una dirección y es hacia adelante, ese es el precio a pagar, las cosas que ya no puedes recuperar, son dueños de su vida, de su libertad y de su tiempo en la tierra, imagino que en la vida no se puede tener todo.

"...han entregado en muchos casos su juventud, su hogar, su familia y sus amigos."

Ha sido fascinate verles comportarse en la derrota, en la pérdida, en el fracaso, en la frustración, en la dificultad. Ha sido fascinante verles entregados puros y sinceros en las entrevistas. Ha sido extraño cruzar por primera vez el pasillo que separa el hotel de la sala principal donde se juegan los torneos, el olor a sal y a sol de invierno te transporta hasta el gran salón donde se levanta inmensa, como la pirámide de Keops, la mesa televisada y se extienden las mesas como arena en el desierto.

Ha sido fascinante ver a Juan y Adri totalmente enchufados en la mesa del 250 HR, les contemplé como quien contempla Las Meninas en el Prado . Ha sido una experiencia inolvidable he indescriptible, os deseo a todos poder vivir en algún momento algo que se le parezca. Toda esa gente es real, es como nosotros, la única diferencia es que algunos han tenido algo más de suerte y han estado dispuestos a sacrificar más cosas que nosotros para conseguir sus metas. Os gusta el poker ¿cuántas cosas estáis dispuestos a sacrificar por el camino?

Y por si no pudisteis verlas, os dejamos las entrevistas de Mario en Bahamas.