Regulación

El órgano regulador de Reino Unido rechaza el estudio de PwC sobre el auge del juego ilegal

A.Sevillano | 19/01/21
El órgano regulador de Reino Unido rechaza el estudio de PwC sobre el auge del juego ilegal
Los operadores de juego de Reino Unido denuncian a través de este estudio que se está produciendo un auge del juego en operadores no reguladores y el gobierno se pone en plan negacionista.

Uno de los problemas que tienen los mercados regulados y en especial los operadores con licencia, es el juego ilegal. Desde el punto de vista de los operadores que obtienen una licencia de forma legal con los consiguientes costes que eso conlleva, que una parte de su mercado termine en manos de operadores ilegales es una situación dramática.

Reino Unido, otro país que tiene regulado el juego online y en el que los operadores que han obtenido una licencia legal para ofrecer sus servicios cumpliendo con las leyes, ven cómo sus habitantes tienen fácil acceso a otros operadores que no cumplen con los requisitos del gobierno. Un gobierno que además está exigiendo cada vez más a los operadores legales siendo este incremento paulatino en las exigencias lo que ha propiciado lo que se detalla a continuación.  

El Betting & Gaming Council (BGC), un grupo de presión que vela por los intereses de los operadores regulados en Reino Unido ha presentado un estudio de PricewaterhouseCoopers (PwC) que detalla que alrededor de 200.000 jugadores gastaron 1.400 millones de libras en sitios de juego no autorizado entre 2018 y 2019. No hablamos aquí de poker específicamente, sino de juego en general.

Además, según se detalla en el estudio de PwC, los operadores con licencia internacional no autorizados en Reino Unido recibieron 27 millones de visitas de jugadores británicos representando este volumen un 2,5% de todas las apuestas online en el país. El estudio también revela que el 9% de todas las búsquedas que se produjeron en buscadores como Google, hacen referencia a estos operadores sin licencia para operar en Reino Unido.

Con este informe en la mano, el director ejecutivo de BGC, Michel Dugher, afirmó que estas estadísticas deberían ayudar al gobierno a revisar la Ley de juegos de azar de 2005, en la que se promete perseguir severamente a los operadores con licencia legal. Dugher añadió que el informe ‘demuestra el peligro de llevar inintencionadamente a los jugadores a los brazos del juego ilegal en el mercado negro, que no ofrece las protecciones pertinentes que sí ofrecen los operadores regulados.’

Tras estas declaraciones, el responsable de la UK Gambling Commission, el órgano regulador de Reino Unido, Neil McArthur, ha restado importancia a los datos del estudio asegurando que no son consistentes con la realidad y que la propia información que manejan es completamente diferente.

McArthur ha pasado olímpicamente de los operadores regulados, el regulador ha declarado que los datos han sido exagerados por un estudio que ha sido pagado por la propia industria y que el argumento de que aumentar los estándares a los operadores regulados hará que más jugadores terminen jugando en el mercado negro no le convence.

La diputada Carolyn Harris, que preside el APPG (All-Party Parliamentary Group) de juegos de azar, acusó al BGC de "una táctica increíblemente transparente" y de "intentar secuestrar el debate mediante la fabricación de expedientes de información poco fiables". Harris, una acérrima oponente al juego, señaló que BGC había "rechazado una solicitud para proporcionar una copia" del informe de PwC a la APPG.

The Guardian obtuvo copias tanto de la versión final del informe como de un borrador anterior y señaló que en la versión final se habían eliminado los nombres de los tres operadores de juegos de apuestas que lo encargaron: GVC Holdings (desde entonces rebautizado como Entain), The Stars Group (ahora parte de Flutter Entertainment) y William Hill.

Aunque The Guardian menciona estos datos tratando de desprestigiar el origen del estudio, nadie puede negar que el juego ilegal es una amenaza para cualquier mercado regulado y que cuanto más difícil sea operar de forma legal en un país, más operadores se pasarán al lado oscuro con todo lo que esto conlleva.

Bajo nuestro punto de vista, o más bien bajo el punto de vista del que escribe, los gobiernos deberían centrarse más en poner menos trabas para que los operadores obtengan la licencia que en lo contrario, evitando de paso la proliferación de juego ilegal. 

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