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Stephen O'Dwyer, ganador de la EPT Grand Final, se suelta la lengua

Antonio Romero | 28/05/13
Stephen O'Dwyer, ganador de la EPT Grand Final, se suelta la lengua
El norteamericano recuerda su victoria y todo lo que rodeó a una mesa final histórica y, ya de paso, opina sobre los streamings con cartas a la vista, los pactos y las WSOP.

El evento principal de la PokerStars and Monte-Carlo Casino European Poker Tour Grand Final tuvo un ganador a la altura de la increíble calidad reunida alrededor de su mesa final, Stephen O'Dwyer.

Siendo como es uno de los tipos más afables y conversadores que te puedes encontrar en el circuito, O' Dwyer estuvo realmente parco en palabras al acabar la partida, abrumado por la enormidad de su triunfo y por el cansancio acumulado.

Dos semanas después, ya recuperado, accedió a comentar al detalle con la gente del blog de PokerStars su visión personal de la que es ya considerada como una de las mejores mesas finales nunca vista

Lo hace más especial. Es bonito ser parte de la historia. Es una mesa final que la gente va a recordar durante mucho tiempo, creo.

El tiempo le ha permitido reposar y ya ha asumido la importancia de su victoria, pero le sigue sorprendiendo el alcance y la difusión que ha alcanzado su hazaña.

Cada vez que voy a comer o a cenar varias personas se acercan a felicitarme. Algunos han llegado a pedirme fotos o autógrafos, que es algo a lo que no estoy familiarizado y se me hace verdaderamente extraño.

O'Dwyer no es extraño a los éxitos en grandes acontecimientos, pero esta EPT Grand Final ha sido única. Así se gestó su triunfo.

Afrontando su cuarta mesa final del circuito

Steve ya había llegado a una mesa final en el EPT de Copenhague y a dos mesas finales en el EPT de Londres. En la primera, en 2011, llegó al heads-up contra Benny Spindler. La segunda, en marzo de este mismo año, le permitía tener muy fresco el recuerdo de la eliminación.

Esta vez conocía el sentimiento de como todo puede desaparecer de repente si pierdes un flip, asi que me asustaba un poco menos la idea de perder. La mesa final de Londres fue realmente dura, pero esta se salía del mapa.

Mi plan era tomarme con tranquilidad las primeras una o dos horas para ver cómo jugaba la gente. Tenía una idea sobre lo que iban a hacer Daniel Negreanu, Noah Schwartz y Andrew Pantling pero quería saber qué dinámicas se iban a desarrollar antes de meterme en el fregado. No quiero jugar manos muy malas o resubir con ligereza en las primeras horas, para establecer una imagen tight, como si estuviera intentando escalar en la tabla de premios. También quería darme a mí mismo la oportunidad de ver qué cartas me iban dando.

El streaming con hole cards a la vista 

Su rechazo al formato no le impidió ser lo suficientemente profesional como para no aprovechar la información.

No sabía que iban a verse las cartas. Conseguí a alguien que me pasara las manos y poder ver qué rangos estaban jugando y poder decidir a quién atacar. Justin Bonomo se encargó hasta el heads-up. Se tuvo que ir a cenar e Isaac Haxton le dio el relevo. Ike era el suplente.

No creo que sea justo. No me gusta nada. Lo he dicho bastantes veces ya. Si deciden hacerlo, tendrían que establecer un retraso aún mayor en la emisión, pero es algo con lo que tienes que lidiar... Me gustan las retransmisiones con las cartas tapadas y jugadores de clase mundial encargándose de los comentarios. Creo que es más interesante hablar sobre como los jugadores deberían delimitar los rangos del rival que no lo que deberían hacer con una mano determinada.

¿Nos repartimos el premio?

La presencia del canadiense Andrew Pantling en el heads-up final hizo imposible llegar a un pacto para repartir el premio, como O'Dwyer reconoce que hizo con Benny Spindler en 2011. Pantling es una especie de leyenda en la sombra en las high stakes, donde habría ganado suficiente dinero como para retirarse del juego. Torpedeó el intento de pacto a tres con Johnny Lodden y volvió a rechazar hablar de cifras en el heads-up.

Simplemente quise volver a comprobar si no quería repartir entre tres jugadores pero no le importaría hacerlo heads-up. No esperaba que aceptara. Par mí no hay razón para jugar por semejante cantidad de dinero -382.000€- si no tengo por qué. Si puedo asegurarme un dinero extra ten por seguro de voy a por él, por eso estaba tan contento de repartir el premio con Benny Spindler en Londres hace dos años.

Bancajes

Stephen reconoce que necesitaba un muy buen resultado para sacarle rendimiento al torneo. La varianza en los grandes eventos, de entradas tan caras como este, es una poderosísima razón para que los jugadores compartan acción. Aunque no quiso dar cifras ni porcentajes, O'Dwyer sí que refirió un curioso pago que tiene que hacer por haber ganado la EPT Grand Final.

Tengo que financiar un viaje a Tokyo para J.C. Alvarado y para Dan Smith. Cambié parte de mi acción con J.C. en Londres después de charlar sobre que nunca habíamos estado en Japón. No sé de donde salió el tema pero decidimos que si cualquiera de nosotros ganaba el evento principal en Montecarlo le pagaría a otro el avión el hotel y las entradas a un evento especial de artes marciales mixtas que se organiza en Año Nuevo. En el día 3 me enteré de que J.C. había liado también a Dan Smith. Se ha convertido ya en un pedazo de viaje al que vamos a ir un montón de gente.

Las WSOP

La próxima cita de O'Dwyer es el torneo de 130.000$ que se jugará en Macao, el GuangDong Ltd Asia Millions. La pregunta sobre si le causa alguna molestia que este torneo coincida con el comienzo de las WSOP dejó la puerta abierta a la rajada del día.

Ya había planeado saltarme el principio de las WSOP porque mis resultados son malísimos allí y no me gusta Las Vegas. No me gusta nada el Rio, no es un sitio divertido para jugar al poker. Cuando llegas lejos en un evento grande sí que es muy divertido pero no está bien montado. Los crupieres dan asco, la dirección de torneo da asco, te tratan como la mierda, no hay buena comida, todo es carísimo, el rake es ridículo y hay que hacer colas larguísimas para todo.

Ya lo sabes. Si organizas torneos y quieres tener a Steve O'Dwyer en tus mesas, procura tratar bien a los jugadores, que tu personal sea amable, que tu buffet sea delicioso y la diversión esté asegurada. Que además, si lo piensas un poco, no es tanto pedir.

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