High stakes

Los SWAT ganan un pastón en las high stakes

Antonio Romero | 28/01/15
Los SWAT ganan un pastón en las high stakes
La policía del condado de Fairfax, en Estados Unidos, asalta una partida privada de high stakes y se queda el 40% del dinero de los jugadores.

Los equipos especiales de intervención de la policía del condado de Fairfax, en Virginia, asaltaron el pasado noviembre una casa en la que se jugaba un relativamente conocida partida de high stakes.

En Virginia, las partidas privadas son legales, siempre que nadie cobre rake por organizarla. En ese caso, tanto montar la partida como jugar en ella, pasa a ser un delito. En la partida en cuestión, el 1,5% de los 20.000$ de buy-in exigido se utilizaban para pagar a dos crupieres y dos asistentes, por lo que la actuación está justificada, pero como rezan unas declaraciones de uno de los presentes recogidas por el Washington Post, “podrían haber mandado un detective con una carpeta y hubiera conseguido el mismo resultado”.

En el asalto, los policías confiscaron el dinero de los jugadores y 150.000$ que estaban en poder del anfitrión de la partida, al que el Washington Post califica de conocido profesional del poker, al igual que dos de los jugadores sentados a la mesa. No es nada extraño, se sabe que en esta partida han participado, por ejemplo, Phil Laak y Antonio Esfandiari.

Después de ser encañonados y ver cómo su dinero era confiscado, solo se levantaron cargos contra ocho de los diez jugadores, acusados de una falta por juego ilegal cuya sanción máxima es una multa de 500$.

El dinero de los jugadores tendría que haber sido devuelto, pero la policía se ha quedado un 40% como parte de un trato por el que los detenidos esperan que la falta deje de figurar en sus antecedentes personales si pasan seis meses sin involucrarse en otras actividades ilícitas.

La policía defendió ante uno de los presentes lo exagerado de su modus operandi alegando que una banda asiática ha convertido en objetivo varias partidas privadas que se celebran en la zona. El caballero se guardó su respuesta, pero le hubiera gustado replicar “por eso nos robáis vosotros primero”.

En Estados Unidos, existe una ley que permite que las fuerzas de seguridad y las agencias federales que participen en una incautación se queden un importante porcentaje del dinero.

Esta ley tiene su raíz en los peores años de la guerra contra las drogas, en la década de los 80, para financiar los ingentes medios requeridos para desarticular aquellas organizaciones criminales. Pero hoy en día, algunos cuerpos policiales utilizan arbitrariamente esta norma para acaparar medios y reservas innecesarias para el desempeño de su trabajo. Hay departamentos locales que tienen blindados entre su parque automovilístico.

La policía del condado de Fairfax es bien conocida por ello. La zona bajo su control es un vecindario de clase alta, a unos minutos de Washington D.C., y en el que no abundan las situaciones en las que emplear una herramienta tan cara y peligrosa como es una unidad de intervención táctica.

Así pues, la policía de Fairfax fue la gran ganadora de la partida

Lejos de hacer bromas, esta persecución de grandes incautaciones y casos en los que involucrar a sus equipos militarizados puede conllevar trágicas consecuencias.

En el infame currículum de este departamento, se incluyen la inversión de cientos de miles de dólares en apuestas perdidas para infiltrarse en una red de corredores o la muerte accidental de un apostador ilegal en una operación en la que también se llamó a los SWAT para apoyar el arresto.

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