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La victoria de Riess en el Main Event de las WSOP no escapa a la polémica

Antonio Romero | 06/11/13
La victoria de Riess en el Main Event de las WSOP no escapa a la polémica
Escasos segundos después de levantar el brazalete, Ryan Riess proclamó ser el mejor jugador del mundo. Y claro, las opiniones son diversas.

La figura del ganador del Main Event de la World Series of Poker suele generar ciertas dosis de polémica, como no podía ser de otra forma en el torneo que genera más interés y que sufre el escrutinio de millones de aficionados y jugadores cada año.

La personalidad y la calidad de un jugador suelen ser las variables clave para anticipar a qué nivel pueden llegar los comentarios y figuras como Jamie Gold o Jerry Yang han pasado a la historia del poker tanto por su único triunfo reconocible como por la controversia que explotó a la sombra de su victoria.

En el caso de Ryan Riess, no ha tardado demasiado en destaparse una corriente crítica alimentada sobre todo por una de sus primeras frases tras ganar el brazalete: “pienso que soy el mejor jugador del mundo”. Algo nada sorprendente porque no es la primera vez que lo dice.

La exagerada seguridad en sí mismo, las referencias religiosas, el dudoso comportamiento de su raíl y alguna que otra decisión sobre el fieltro han sido la munición que han utilizado los primeros ávidos detractores del nuevo campeón del Main Event de las WSOP.

Como es costumbre, las redes sociales fueron el caldo de cultivo perfecto para los primeros reproches.

Me encanta el silencio que se produce y la cara que se le queda a Kara Scott.

Esta es la mejor parte de los torneos de poker. El ego de la gente depues de ganar. Buena suerte jugando cash, va a ser un camino muy duro.

Estoy feliz por Riess y le deseo lo mejor, solo espero que cambie su actitud y sea un buen embajador, y no simplemente un chulito

Respecto a su juego, hay una mano que hubiera perseguido a Riess toda su vida de haber perdido la final. Cuando ya tenía a Jay Farber contra las cuerdas, Riess se marcó un hero call con Q alta en un river que completaba color y que Farber apostó muy fuerte, river al que por cierto había llegado haciendo call sin mano a apuestas previas.

Si le sumamos a eso que el nivel de la mesas final defraudó bastante y que su rival, Jay Farber, se desinfló en el cara a cara víctima de su menor calidad de juego y de un más que desequilibrado reparto de cartas entre los dos, la humildad hubiera sido mucho mejor recibida por buena parte de la comunidad.

El comportamiento de su raíl tampoco ayudó lo más mínimo a cuidar la imagen del campeón, con un continuo uso de palabras malsonantes y una invasión del set tras el river de la última mano que no permitió siquiera que Riess le diera la mano a su rival, completameente ignorado al final.

Riess dispone de 12 meses por delante para demostrar que, además de merecer el brazalete, algo que ya ha quedado decidido en la mesa, merece además el honorífico título de embajador del poker que acompaña a su victoria por la atención mediática que despierta más allá de los medios especializados.Oportunidades para convertir las críticas en halagos no le van a faltar. 

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