No se tiran ni viendo las cartas...

Si nunca has jugado un CEP apunta esto: en los primeros días de juego la gente no se tira ni aunque rocíen la mesa con aceite a 1.000 grados. Nadie quiere rendirse a las primeras de cambio, prefieren plantar batalla incluso en aquellas situaciones en las que saben de buena tinta que van muy por detrás. Esto lo hemos vivido en innumerables ocasiones a lo largo de estos años y hoy no iba a ser una excepción. Aunque la de hoy, madre mía la de hoy. 

El caso es que un jugador relativamente corto decidía moverse all in por unos 15.000 puntos y Gonzalo Padilla le pagaba en el botón. La ciega pequeña se tiraba, pero cuando todavía faltaba por hablar la ciega grande, Padilla no se daba cuenta que este todavía tenía cartas y decidía voltear su mano:  As Ks. 

En la ciega grande estaba sentado un jugador francés que tenía un stack más que saludable. El galo vio las cartas de su rival y tras pensarlo unos segundos decidía pagar. El flop traía  Kc  3d 9d y el jugador francés decidía pasar para dejar que fuese Padilla el que tomase la iniciativa. El caso es que Padilla ya se daba por satisfecho con el bote que se había formado y shoveaba por unos 65.000 puntos, algo más del tamaño del bote. 

Llegados a este punto, el francés lo tenía muy fácil. Había visto el flop, sabía la mano de su rival, ya que este había enseñado sus cartas, y también cuánto le iba a costar la broma. Es decir, en un juego de información incompleta el señor jugaba teniendo toda la información posible, pero aún así decidió jugárselo todo al rojo, concretamente al rojo de los diamantes. 

El jugador galo volteaba  Ad 8d buscando el proyecto de color, pero por desgracia para él, y por suerte para Padilla, en ningún momento apareció un diamante. El español recogía el bote y ahora tiene un stack que le ha llegado poco menos que llovido del cielo.