Entrevistas: Mike Matusow

Anónimo | 19/06/07

Alguna vez Mike Matusow tuvo problemas en su brazo y hombro derechos por pasar demasiado tiempo jugando vídeo póquer en el Maxim Casino de Las Vegas; y también visitó las reuniones de Jugadores Anónimos. Pero cuando conoció el Hold'em Póquer su vida tomó un rumbo estable. Mike El Bocazas Matusow tiene dos brazaletes de las World Series of Poker; fue el ganador del Torneo de Campeones de 2005; y tiene mucho para decir.

¿Cuándo y cómo comenzaste a jugar póquer?

Comencé a jugar en Los Ángeles, de donde soy, cuando tenía 23 años (1991). El póquer se me da muy bien, nunca perdí mucho. Aprendí de un par de libros y el resto es historia. Al principio jugaba Limit de $4/$8, ni siquiera sabía que había juegos más grandes por allí.

Alrededor de 1995 comencé a jugar $10/$20 y $20/$40. En esos tiempos, esos límites eran los juegos más grandes del mundo para mí. No sé cómo terminé en los límites en que juego ahora, pero afortunada o desafortunadamente lo hice; y no sé si eso es bueno o malo (risas).

Antes había trabajado un tiempo en la mueblería que mis padres tenían en Las Vegas, pero pronto lo dejé. Me fui a vivir a un barrio de casas rodantes donde pagaba $280 de alquiler al mes, y comencé a trabajar de dealer. Pero me aburría, así que comencé a jugar.

Cuentan que en tus inicios ganaste 81 sesiones de 82, y $250.000 en el camino.

Si, como ganaba bastante comencé a dedicarme a tiempo completo al póquer. Gané mucho dinero así, y entonces comencé a trabajar para ser uno de los mejores profesionales del póquer.

Pero antes de eso -cuando tenía 21- estaba muy preocupado por mi futuro. No sabía qué quería hacer, ni era bueno en nada, hasta que descubrí el póquer. Soy un genio para el póquer. Es quizá una de las pocas cosas en la que soy bueno. No soy el tipo más inteligente por aquí, pero tengo una mente excelente para el póquer y eso es algo que considero un don.

El póquer me dio mucha confianza en mí mismo. Soy el tipo de persona que tuvo escasa autoestima durante la adolescencia, pero el póquer me hizo una mejor persona.

¿Qué jugadores prefieres no tener en tu mesa?

Phil Ivey. Él y Daniel Negreanu. Ambos son peligrosos. Y te diré con quien me gusta jugar: Alan Goehring. A la mayoría no le gusta jugar con él, pero eso es porque no saben cómo jugarle. Alan entra en todas las manos, y sólo hay que sentarse alli y mantener el bote pequeño hasta tener una mano, y entonces meter todo. Así de simple.

¿A qué jugador admiras por su juego?

Me gusta Paul Wasicka porque tiene la mentalidad adecuada. No involucra su orgullo en el juego. Lo comprende bien. Es metódico y utiliza el tiempo necesario para tomar decisiones. No es un maníaco, ni un loco. Es un gran jugador; de esos que no se ven mucho.

Muchos dicen que eres capaz de hacer muy buenas lecturas de tus rivales. ¿Cómo haces para penetrar en sus mentes?

Si, en eso soy mucho mejor que Ivey (risas). La mejor forma de entrar en la mente de un jugador y predecir cómo actuará consiste en analizar qué tipo de jugador es: si es un jugador pasivo o agresivo, loose o tight. Hay que buscar su costado débil. Generalmente no suelo meterme con gente que no conozco, pero si he de jugar con él analizo sus debilidades y ataco por allí.

Cierta vez dijiste que los jugadores no experimentados que entran en un torneo de $10.000 no comprenden totalmente lo que ven por televisión. ¿Qué querías decir con ello?

Pasa que miran torneos del World Poker Tour por televisión y piensan que el póquer se trata de meter todas las fichas a la primera oportunidad; pero el No Limit es muy diferente a lo que se ve en la pantalla. En el No Limit se trata de jugar con posición, de ver flops, de leer a tu rival. Pero eso no se ve de un modo clar en la televisión, y entonces cualquiera piensa que puede hacerlo bien.

El mote más conocido de tí es El Bocazas. ¿Tienes otros?

Durante cinco años fui Prime Time; después El Gritón, y no me gustaba. Pero luego comenzaron a llamarme El Bocazas gracias a la televisión. Creo que es un buen sobrenombre, y me permite venderme a mi mismo.

Ese mote es porque hablas mucho en las mesas. ¿Puedes decirnos cómo utilizas eso en tu beneficio?

Hablo mucho con la gente que sé que gusta de hablar gilipolleces con mí. Si no conozco bien a alguien no le hablo; pero hay muchos que conocen mi fama y comienzan a provocarme. Allí es cuando reacciono y trato de ponerlo nervioso; entonces juegan mal contra mí y generalmente termino con todas sus fichas.

Pero la mayoría de las veces no hablo mucho, pero las cámaras muestran mi reacción como algo brutal; sobre todo cuando me enfrento con jugadores fuertes. Yo juego con cualquiera enfrente, y no temo a nadie. Cuanto más fuerte es el jugador, mayor es el reto para mí.

¿Entonces el verdadero Matusow aparece cuando no está sentado a la mesa de póquer?

Si. Soy un buen tipo la mayor parte del tiempo. Me gusta entrometerme aquí y allá en la mesa -sobre todo con quienes piensan que son buenos jugando y sin embargo lo hacen horrible- pero no soy una mala persona por ello.

Cuéntanos lo más divertido que te haya sucedido en las mesas.

Un jugador muy conocido -del que no diré el nombre- estuvo jugando póquer 36 horas seguidas, y decidió parar y retirarse a descansar. Se tomó una pastilla para dormir, pero justo comenzó una mano muy interesante y decidió continuar un rato más. En un momento se desplomó en la mesa, y todos pensamos que se había muerto porque no se movía ni reaccionaba.

Vinieron los paramédicos y tampoco pudieron reanimarlo, así que lo llevaron al hospital. Allí nos dijeron que nuestro amigo estaba perfecto, y simplemente estaba durmiendo. Para eso el juego se había suspendido a las apuradas y todos estábamos preocupados por él en el hospital. Así que mientras nosotros corríamos angustiados de un lado a otro, él dormía plácidamente. Fue una de las cosas más graciosas que recuerdo (risas).

¿Recuerdas el mejor bluff que hayas hecho?

Sin lugar a duda fue uno en las World Series of Poker de 2005. Estaba en la mano con Freddy Bonyadi, y ambos éramos chip leaders del torneo en ese momento. Freddy subió desde el botón, y yo resubí con 2-6 offsuit. Él vio. El flop vino algo así como 10-J-5, con dos picas. Aposté bastante fuerte y él vio. El turn trajo un ^2s, dándome pareja y colocando tres picas sobre la mesa. Hice una apuesta grande, y él vio nuevamente. Entonces el river emparejó una de las cartas de la mesa y fui all in por algo así como $2,5 millones. Después de pensar mucho Freddy tiró sus cartas y me pidió ver las mías.

Yo sabía que había hecho un gran laydown, así que le dije "No querrás ver lo que llevo." Pero el insistió, así que le mostré el 6-2. Inmediatamente Freddy abandonó la mesa y desapareció en el baño por unos 10 minutos. Dicen que estaba muy descompuesto (risas). Lástima que no se televisó esa mano, fue muy interesante porque hubo mucha charla en medio.

Para finalizar ¿podrías ofrecernos algún buen consejo de estrategia?

Mi estrategia para eventos del estilo de las WSOP es muy simple en comparación al de otras personas. Tengo una regla que utilizo desde hace un par de años, y funciona para mí. Juego pocos torneos, pero pongo el 90 o 100% de mi capacidad en él. De esa forma evito estar jugando constantemente, sin descanso entre torneos, y con sólo el 50% de mi capacidad.

La regla consiste en no jugar más de ocho horas cada noche. Si por alguna causa debo hacerlo me tomo el día siguiente para descansar y estar al 100% en el próximo torneo. En las WSOP pasadas jugué sólo 17 eventos, pero lo hice a gran nivel en cada uno de ellos.

Y en cuanto al Hold'em, el mejor consejo que puedo ofrecer es tener paciencia. Espera tus oportunidades para atacar. No trates de sacar del juego a todos en cada mano. Hay muchos que piensan que el Hold'em se trata de ser más agresivo que el otro, y se equivocan. Se trata de leer a las personas y empujarlas al error.

Para torneos, mi estrategia básica consiste en hacer muchas apuestas pequeñas de farol, o completar limpeando otras apuestas. De esa forma puedes ganar todo el dinero de un rival tendiéndole una trampa. Estudia a todos durante las dos primeras horas de juego, y en las dos horas siguientes sácales el dinero. Así es como me gusta hacerlo.

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