El fácil camino hacía la πανάκεια
La panacea, el remedio universal, capaz de curar todas las enfermedades y alargar la vida de manera indefinida. El santo Grial, de milagrosos poderes, capaz de establecer a su alrededor a cientos de soldados para defenderlo. La piedra filosofal, sustancia que según la alquimia tendría propiedades extraordinarias, como la capacidad de transmutar los metales vulgares en oro.
Esto es lo que a muchas personas les viene a la cabeza al ver ciertas estadísticas de jugadores ganadores, o los altos pagos que reparten cada semana los torneos garantizados de distintas salas. Uno se imagina muchas veces ganar un torneo, y sentir el placer de la victoria disfrutando la gratificación económica, y esto sumado a otros factores hace del póquer un juego muy adictivo, en el cual no todos salen ganando. Tan solo una ínfima parte de los jugadres resulta ser ganador a largo plazo.
Sin embargo en el corto camino que he andado hasta el momento en mi aventura con este juego de habilidad, me he preguntado a mi mismo: ¿Por qué mi vecino no juega al póquer? A primera vista puede parecer una pregunta estúpida, pero os aseguro que ese era el título que tenía pensado para el árticulo antes de desarrollar la introducción del mismo. Hay que leer entre líneas y saber distinguir la metáfora de la pregunta. Podemos extrapolar la palabra vecino a conocido, amigo, familiar y un largo etcétera de personas que no juegan a póquer. Si la panacea fuese tal como muchas personas la perciben, la mayoría de la gente estaría ganando mucho dinero con este juego, y no tendría sentido ganarse la vida entre condiciones mucho más duras.
Siguiendo la teoría de la expectativa de Vroom se propone que la motivación es producto de la valencia o el valor que el individuo pone en los posibles resultados de sus acciones y la expectativa de que sus metas se cumplan. El póquer es un juego complejo, de información incompleta y ser un experto lleva intrínseco un arduo camino, esto es algo que mucha gente nueva desconoce y todos nosotros los sufrimos cuando entran creando lo que coloquialmente denominamos "El cuento de la lechera" y nos echamos las manos a la cabeza e intentamos embaucar al sujeto en cuestión por el mejor camino de los posibles.
El principal objetivo del póquer es ganar dinero, pero no debemos medir nuestros conocimientos y nuestro éxito por la cantidad de cifras de nuestra cuenta. Debemos entender que existe algo por encima de eso, es dificilmente medible pues no existe un baremo, ni una clasificación que pueda detallarnos algo en concreto. Tengamos muy presente nuestras habilidades para tomar las decisiones correctas, nuestro manejo del dinero y nuestra motivación intrinseca, entiendiendose esta, como la realización de una actividad por el simple placer de realizarla, siendo nuestra meta la autosuperación y la sensación de placer.
El problema reside en que los que se dedican a esto dificilmente pueden encontrar el placer a realizar la misma tarea durante muchas horas al día, semana y mes con la tensión de sacar beneficios, y en algunos casos siendo esta la única manera de ingresar dinero. Estos individuos tienden a estar motivados extrínsecamente y por tanto lo que hace que los sujetos sigan jugando no es la acción que se realiza en sí, sino lo que se recibe a cambio de la actividad realizada.
No es mejor el primer que el segundo planteamiento, pero sí aconsejo encarecidamente que los jugadores de microlímites y los aprendices en general se dediquen a disfrutar del juego en si y se interesen por la tarea que están realizando dejando a un lado las ansias de ganar mucho dinero, que solo pueden conducirnos a problemas.
Deben colgar todas las manos necesarias para dar buena utilidad del servicio público y gratuito que ofrece el foro, donde todo el mundo, personas que generalmente son mejores jugadores que tu, van a dar un punto de vista a tu mano de manera totalmente desinteresada y que puede ayudarte mucho en tu largo camino del aprendizaje.
Aparte de todo estas habilidades necesarias que se han ido nombrando en parrafos anteriores poco a poco, sin enfatizar o hacer incapié en muchas de ellas debido al largo conocimiento que ya se tiene sobre las materias, lo que realmente distingue al alumno avanzado del maestro, es la mente. Puede que sea una afirmación controvertida, y por supuesto que habrá gente que tendrá puntos de vista distintos al mio, pero ahora expondré mis razones.
Lo que distingue a un jugador ganador de póquer a un maestro, es la mente. Para que un jugador opté a ese estatus es totalmente imprescindible que tenga una aptitud positiva, que esté motivado y luche por mejorar. Muchas veces cuando se llega a un objetivo cómodo como por ejemplo ser ganador en un nível relativamente medio/alto, tendemos a ponernos cómodos en el sofá y no levantarnos para seguir peleándonos por ser más constantes y mejores jugadores. Alguien que juega nl2 tiene claro que tiene muchas cosas que aprender, pero es que alguien que juega nl2000 también las tiene, y esto parece que no lo vemos tan claro. El paso del tiempo hace que las maneras de jugar y entender el póquer también cambien, y si nos quedamos estancados, lo que hayamos conseguido con tanto trabajo años atrás puede venirse abajo, facilmente.
El póquer no es la panacea, amigos, hace algun tiempo se filtró una información en los medios que aseguraba que distintos managers de diferentes salas de póquer aseguraban que tan solo el 7% de los jugadores son ganadores. De otro modo, puede acarrear con la genética condicionada una enfermedad muy sería que puede causar estragos ya no solo a la persona que juega, sino a las que le rodean. Puede hacer que perdamos la oportunidad de estudiar y labrarnos un futuro más estable. Entiendo esto no como la persona preparada que juega años, que es ganador en niveles altos y siempre ha batido los inferiores, que tiene disciplina y siempre ha seguido una gestión de bank correcta, sino aquella que entra en el póquer y ve "duros por pesetas", y no es más que un microlimitero con una percepción erronea del juego.
Como conclusión añadiré algo que ya dije alguna vez, esto último va dedicado a todos aquellos que crean en retos imposibles, no siguen los consejos, y juegan niveles altos con un bankroll deficiente, en términos económicos y de habilidad:
"Amigo, que estás apunto de depositar, imagínate que eres una persona que debe cruzar el desierto, con la única ayuda de sus dos pies. Eres una persona muy creyente y aparece Díos de la nada y te promete que en algun lugar del desierto hay un oasís que mana Cardhu y Barceló a partes iguales, pero que solo lo encontrarás si tienes fe y corres cada día todo lo que puedas. Un buen día mientras el sol apremia, decides empezar la carrera, sigues durante todo el día hasta que exhausto te tumbas en un rincón. Al día siguiente sigues, con la eterna promesa del whisky y ron caros con los que sadiar tu sed. Sin embargo por mucho que avanzas nunca encuentras aquello que quieres. La eterna promesa, los dólares creciendo en los árboles, creernos mejores de lo que somos, sueños con dos señoritas con ligera ropa a los pies de nuestra cama, el estado de Nevada. Un buen día cuando te acurrucas en un rincón del desierto infinito, al día siguiente no despiertas."
¿Qué he querido decir con esto? No hay bankroll lo suficientemente alto a tu disposición que pueda afrontar el más grande de los buy-in. Jugarás por esa descarga de adrenalina, y algunas veces te saldrá bien y sobrevivirás, pero ten por seguro que una travesía en el desierto es un camino a largo plazo, y nunca encontrarás lo que buscas, pues no existe. Tu expectativa de sobrevivir haciendo lo que haces es cero, es la misma de que Andorra se proclame Campeona del Mundo. No nos preguntes acerca de manos, no nos preguntes acerca de jugadas buenas o malas, da igual que decisiones tomes si al final el bankroll es insuficiente, la mala racha llamará a tu puerta y te llevará a la peor de las pesadillas. Tu cajero a cero y tu lamentado no habernos escuchado. O quizás en el peor de los casos, creas que fuiste inteligente y jugaste bien, que fue mala suerte y vuelvas a intentarlo.
Recuerda el desierto es infinito, tu dinero, no.
Mr. Brightside.