¿Qué pasó con el lado oscuro del poker?

Hace años la imágen del poker era muy distinta a la que hoy en día tenemos de este juego. Ha pasado de ser un juego tabú en sociedad a convertirse poco a poco en un reconocido deporte de habilidad. De antros de humo, alcohol y apuestas clandestindas a una transparencia máxima en clubs con licencia y casinos donde todo está organizado milimetricamente. Y aún más ha cambio este juego al jugarlo online, pues el jugador lejos de querer pasar un rato gambleando su dinero se sienta multitableando decenas de mesas con software estadísticos para conseguir el objetivo ultimo de conseguir un winrate adecuado. Se ha perdido el poker como un placer más, como un vicio más que es lo que era en su origen. Se ha convertido más en un reto y un posible fin para ganar dinero, y el placer no es cosustancial a él mismo sino al placer como un fin: de superarse individualmente, aprender del juego y el placer de ganar. Eso no ha cambiado.

No digo que ya no existan gamblers ni que toda la sociedad vea con buenos ojos el poker, ni que no nos divertamos al jugarlo, sino que desde que la modalidad de Five Card Draw fue sustituida por el Texas Holdem y el Pot Limit Omaha, donde la suerte contaba menos y la habilidad empezaba a poder vislumbrarse, el concepto de partidas cambió. Sobre todo por el boom del poker.



Y me gustaría hacer una reflexión, y es ¿qué pasó con ese lado oscuro del poker? Ya no es lo mismo echarse una timba de poker en el sentido "mágico" de la noche, esa sensación de estar "pecando", adentrandote en un peligroso mundo donde se mezclaban a partes iguales alcohol, mujeres de moralidad distraída y esa sensación de peligro, de rozar el límite y si lo sobrepasabas poder convertirte en un ludópata. Esa eterna leyenda urbana de que si te masturbabas te quedabas ciego pero trasladado al ambito del juego, donde si jugabas un par de veces te convertías en uno de esos ludopátas que antes de tomarse el café están echando monedas a la tragaperras en un sucio bar de barrio.



Está claro que no todo el mundo ha perdido esa sensación de atmósfera lúgubre y de gambleadas, y somos unos pocos los que tenemos cambiado el chip del poker, a base de libros, foros y escuelas de poker online. Seguirán existiendo aquellos gamblers sin que estén contaminados de estrategias y estadísticas, donde siguen residiendo y llevando consigo el juego en estado puro. Esos viejos tiempos... ¿Son acasos ellos unos privilegiados de poder seguir saboreando la miel de la magia oscura? ¿Somos nosotros acaso almas en pena?



Quizás esté exagerando mucho, pero seguro que sabéis a lo que me quiero referir. Y es que muchas veces la "modernidad" hace que los juegos cambien y se conviertan en otra cosa casi sin darnos cuenta. ¿Y quién no echa de menos aquellas timbas oscuras, donde la sensación de gamblear estaba siempre presente? ¿Esa gloriosa ingenuidad? Sobre todo eso, la ingenuidad de un niño... pues nos han robado esa ingenuidad y nos han robado esa magia del gambleo. Esa sensación de que esa mano tenía mucho potencial aún, esas partidas a lo Cincinnati Kid. Esas sensaciones, ese espíritu underground, esa atmósfera lúgrube del humo del puro y el cigarro, el olor del sudor frío y esa tensión que imperaba en el ambiente donde la estadística no existía y todo se basaba en lucha de miradas y los huevos encima de la mesa...