La Armada Invencible y Cartagena de Indias
Con frecuencia veo cómo llamamos a nuestros enviados a torneos internacionales de poker "La Armada", que si "La Armada española desembarca en el EPT tal o cual...", "La Armada española llega a Las Vegas"... En realidad el término "Armada" lo suelen utilizar los ingleses cuando quieren tocarnos las narices, pues hace referencia a una página bastante lamentable de nuestro pasado imperial.
Si habéis tenido ocasión de discutir (en vivo, foros, chats o lo que sea) con ellos (yo lo hago mucho, es que me suelen caer muy mal los "Hijos de la Gran") veréis que llegado el punto en el que ve que no os puede ganar con argumentos comienza el cachondeito de lo de la Armada Invencible, la cagada militar de Felipe II como la copa de un pino gracias a la cual a pesar de que éramos la primera potencia naval desde el siglo XVI al XIX, los ingleses se han podido cachondear de nosotros a discrección. Y es que fuimos alli a conquistarlos con una armada formada por 127 barcos y nos comimos un mojón como el sombrero de un picador. El Duque de Medina Sidonia, que mandaba la flota, era un inútil integral que llegó al mando porque el almirante original, el Marqués de Santa Cruz, falleció poco antes de que zarpara. A todo éso se unió el famoso clima del mar del norte, aliado con los ingleses. Ya sabéis la famosa frase de Felipe II "yo no mandé mis barcos a luchar contra los elementos". La verdad es que para poner excusas los españoles siempre hemos servido.
Pues bien, como digo no hay cabró... digooo... inglés, que cuando discutas con él no saque el tema de la Armada. A ellos, país orgulloso de serlo donde los haya, se lo enseñan en la escuela desde pequeñitos, junto con la Batalla de Trafalgar (donde vencieron a Napoleón) y la Batalla de Inglaterra (donde vencieron a Hitler). Para ellos es la prueba inequívoca de que son los más mejores y superiores del mundo mundial. Y claro, me he dado cuenta de que a la mayoría de españoles, cuando nos sacan estos temas, nos callamos como putas, metemos el rabo entre las piernas y salimos sigilosamente.
¡Pero esto se va a acabar!
Si señores, si. Aunque la mayoría de nosotros no lo sepamos, la afrenta de la Armada Invencible fue vengada (y de qué manera) 150 años más tarde por Don Blas de Lezo en la Batalla de Cartagena de Indias de 1741, donde les dimos a los ingleses una de las mayores palizas que se recuerda en la historia militar mundial y además uno de los mayores OWNED que han existido en el mundo. Ahora voy y os lo cuento, pero primero entremos en materia.
La Batalla de Cartagena de Indias se encuadra dentro de la Guerra de la Oreja de Jenkins, una guerra que España mantuvo con Ingleterra desde 1739 hasta 1748 y que es poco conocida por estos lares ya que la ganamos. Si la hubiésemos perdido en España conoceríamos esta guerra igual de bien que lo de la Armada Invencible, la Guerra de Cuba o la Guerra Civil, pero como la ganamos a mayor gloria de nuestra historia y tradición aqui todos callados como putas no vayamos a parecer unos fachas.
La Guerra de la Oreja de Jenkins comenzó, aparentemente, por un pequeño incidente que le da nombre y que ocurrió entre un capitán de navío español, Julio León Fandiño, y el capitán de un barco mercante contrabandista inglés llamado Robert Jenkins. El navío español abordó al contrabandista para inspeccionarlo (en virtud del Tratado de Utrech España tenía derecho a inspeccionar todos los navíos ingleses que comerciaban por la zona para evitar precisamente el pirateo y l contrabando). Una vez se comprobó que llevaban mercancías no autorizadas por los tratados, el capitán español cortó la oreja a Jenkins y lo envió de vuelta a Inglaterra con el recado siguiente: "Dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve". Jenkins compareció ante el Parlamento inglés y relató lo ocurrido y el recado de Fandiño, a lo que los ingleses, cuya burguesía comerciante presionaba para iniciar una guerra contra España para adueñarse del control de las rutas comerciales a América y que buscaban una excusa para iniciar un conflicto, respondieron declarando la guerra.
Se libraron un total de seis batallas, la más importante de las cuales es la famosa Batalla de Cartagena de Indias.
Los ingleses enviaron una armada aún mayor que la Invencible (pues estaba compuesta por 184 navíos) a conquistar el puerto español de Cartagena de Indias (en la actual Colombia). Como he dicho el puerto era muy importante para la supremacía en el comercio con América, dominado entonces por España. El Almirante Blas de Lezo, apodado "Medio Hombre" y "Patapalo" porque había perdido una pierna, un ojo y tenía el brazo izquierdo inutilizado, era el mando español de la plaza. Cuando comenzó la batalla, las fuerzas inglesas superaban a las españolas por 10 a 1, y según se desarrollaba la batalla parecía que iba a ser un triunfo incontestable de los ingleses. Tan clara parecía su victoria que el inglés Almirante Vernon mandó un mensajero a Jamaica para que hiciera llegar a Inglaterra las noticias de la victoria.
En Inglaterra en cuanto llegó el mensaje de Lord Vernon se acuñaron monedas conmemorativas de la victoria, donde se veía a Lord Vernon de pie frente a un arrodillado Blas de Lezo (las medallas mostraban a un hombre con sus dos brazos y sus dos piernas para no dar la impresión de que se le había ganado a un lisiado). Se decretaron varios días de fiestas y la gente no cabía de regocijo al pensar en las nuevas posibilidades económicas que se habrían al haber conquistado dicho puerto.
La realidad, mientras tanto, era otra muy distinta. Blas de Lezo, viéndose superado, hundió los barcos que le quedaban a la entrada del puerto y se pertrechó en la fortaleza (como digo en inferioridad de 1 a 10). Excavó los alrededores de la fortaleza y cuando los ingleses llegaron a tomarla se encontraron con que las escaleras que llevaban eran demasiado cortas, mientras las tropas españolas les masacraban desde lo alto. Los cañones españoles mientras tanto daban cuenta de los barcos ingleses atascados en la boana del puerto. Las pérdidas en vidas humanas por parte de los ingleses fueron enormes, más de 11.000 hombres por 800 de los españoles. Los ingleses tuvieron que retirarse con el rabo entre las piernas y nunca consiguieron la deseada hegemonía del comercio en el Atlántico.
Lo curioso de esta historia es que cuando el rey inglés Jorge II se enteró de lo que realmente había pasado decidió callarse y no decirle nada a su pueblo, mientras iba retirando las monedas y medallas conmemorativas de la circulación, ante el espantoso ridículo. Incluso condecoró al Almirante Vernon en un intento de ocultar el espantoso desastre. Ya era tarde, el pueblo inglés se preguntaba cuando iban a volver los marinos victoriosos que nunca volvían. La flor y nata de la sociedad británica, cientos de oficiales de la aristocracia y nobleza había perecido en la batalla. El OWNED fue tan grande que Jorge II decidió que había que enterrar aquella batalla y que no apareciera en los libros de historia, motivo por el cual a día de hoy la mayoría de los ingleses y españoles desconocen la historia o la consideran una batalla menor de la que apenas han oído hablar. Nada de eso, Inglaterra no volvería a armar una fuerza de guerra similar hasta la Segunda Guerra Mundial cuando el desembarco en Normandia.
Blas de Lezo murió poco después de la batalla debido a fiebres caribeñas complicadas con las heridas de la batalla, por supuesto sin apenas reconocimiento por parte de la corona de España (como nos pasa siempre en este pais que no valora a sus mejores hombres).
Y hasta aqui la historia, que no creo que ninguno hayáis leido (y si asi ha sido muchas gracias y espero que os haya resultado interesante). Lo triste de esta historia es que mientras los ingleses han hecho cientos de películas y documentales sobre Trafalgar, la victoria sobre nuestra Armada y la madre que los parió, mientras ellos le tienen puestas avenidas en Londres, Liverpool, Manchester... al tipo que hizo el canelo, el Almirante Vernon, aqui en España el pobre Blas de Lezo no tiene ni una triste calle en Madrid. Que ingratos y cabrones somos como país, ciertamente. Cien millones de películas de la Guerra Civil y ni un triste documental para una de las páginas más gloriosas de nuestra historia. Lo malo antes que lo bueno, asi somos.
Pero en fin, es lo que hay. En cualquier caso ya sabéis que cuando un hijo de la pérfida Albión os pregunte con cachondeito por la Armada, podéis contestarle tranquilamente "La Armada bien, gracias, esperandoos en Cartagena de Indias, dadle mis recuerdos a Lord Vernon" 😉