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Al teatro se le llama ahora “hacer el Dwan”

Antonio Romero | 09/10/12
Al teatro se le llama ahora “hacer el Dwan”
Tom Dwan dice que el excesivo tiempo que tardan en tomar sus decisiones una gran parte de los jugadores en vivo es por su culpa.

Muchos de los jugadores habituales en los circuitos en vivo conocen de primera mano la frustración que produce ver como hay rivales que se toman todo el tiempo del mundo para las acciones más inocuas, como, en un ejemplo exagerado pero no irreal, mirar sus cartas.

La jerga inglesa para referirse a la acción de tomarse más tiempo del normalmente necesario en tomar una decisión es “go into the tank” o “tanking”.

No pretendemos señalar desde aquí con el dedo a nadie en particular, pero los italianos tienen fama de ser de lo más cansino que te puedes encontrar en una mesa de poker. La visita del EPT a San Remo, ha permitido a algún jugador comprobar en sus carnes esta peculiaridad.

El poker necesita una especie de reloj de posesión. Se está volviendo absurdo la cantidad de tiempo que se tarda en jugar una mano, a menudo en situaciones mundanas

Predigo que esto será retuiteado con gran frecuencia #verdad.

Hay una epidemia de “tanking” innecesario aquí en Italia. Que alguien encuentre una cura. Nuestro futuro depende de ello.

Tom Dwan se sumó al debate iniciado por Daniel Negreanu -quién si no, no se escriben más de más de 15.000 tuits opinando solo sobre el Barça-Madrid o contando badbeats- y después de comentar su visión sobre el tema, aceptando su supuesta culpa en este fenómeno.

Estoy de acuerdo en que, en cierta manera, yo soy el causante de que la gente se tome tanto tiempo para pensar (llegaría a ocurrir de todas maneras, pero más tarde) Pero creo que ahora hay mucha gente haciéndolo.

Dwan se refiere al impacto que tuvieron sus exitosas apariciones en programas de televisión como High Stakes Poker o Poker After Dark. Es curioso, pero Tom Dwan “durrrr”, un jugador especialista en jugar high stakes online multimesa a un ritmo frenético, se mostraba deliberadamente pausado en todos sus gestos cuando estaba envuelto en una mano. Por ejemplo, cada vez que tenía que escoger un tamaño de apuesta, su mano izquierda barajaba pausadamente las fichas hasta que separaba minuciosamente los stacks y los depositaba suavemente y con un movimiento contenido en el centro.

Un pequeño ejemplo contra otro buen ejemplo de los primeros practicantes de esta molesta costumbre, Gus Hansen.

Según él, el 75% del tiempo que se pasaba retrasando el juego, lo hacía con motivo, mientras que el resto de las veces, era para no dar pistas a los contrarios sobre cuándo tenía una decisión difícil o no. Sin embargo, hoy en día y para el resto del mundo, rebaja los porcentajes al 10% y 90%, respectivamente.

La falta de humildad o de tacto de Tom Dwan puede ser más o menos discutible, -¿él piensa, los demás actúan?-, pero es cierto que últimamente estamos asistiendo a manos bastante bizarras como la que se vivió entre Marcel Bjerkmann y Andrea Dato en el WPT de Venecia o la eliminación de Tomeu Gomila “amatos” en la mesa final del Partouche Poker Tour, por no mencionar la cantidad de postureo que se ve en cuanto los jugadores van a caer a una mesa televisada.

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