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Ivey vs Crockfords: el Casino contraataca

Alex Hernando | 23/05/13
Ivey vs Crockfords: el Casino contraataca
Lejos de llegar a un entendimiento, la batalla legal por los 12 millones de euros que el casino más antiguo de Londres debe a Ivey todavía no ha terminado. El caso da un nuevo giro que podría terminar con el procesamiento del jugador.

El caso de Phil Ivey contra el Crockfords Casino de Londres no para de dar giros inesperados, y esto empieza a coger aires de culebrón interminable.

Para el que todavía no esté familiarizado con el caso, haremos un breve resumen. El año pasado, durante la celebración del EPT, Ivey frecuentó durante varias noches seguidas el casino más antiguo de la capital inglesa, situado en el barrio de Mayfair. En estas visitas, logró levantar 12 millones de euros jugando límites astronómicos de Punto Banca.

Más tarde, se supo que el casino se negaba a abonar dichas ganancias al americano, alegando que éste había hecho trampas. ¿Pero qué trampas? Pues como ya os informamos la semana pasada, por lo visto Ivey se aprovechó de un defecto en el corte de la baraja, que mostraba una asimetría en su dorso. Esto, unido a la colaboración de una jugadora de origen asiático, ya expulsada anteriormente de otros casinos ingleses por situaciones similares, fue lo que hizo sospechar al establecimiento, propiedad de la empresa malaya Genting.

Ivey, cansado de esperar la transferencia de sus fondos, interpuso una demanda contra el establecimiento británico, pero ahora nuevos datos de este caso salen a la luz pública. Nos hacemos eco de una información publicada hace un par de días en la edición digital de Starndad.co.uk.

Al parecer Ivey podría llegar a ser procesado en el Reino Unido por un delito de engaño a efectos de la Ley del Juego de 2005, debido a las artes que él y Sun Cheung (por fin se ha conocido la identidad de la jugadora asiática que le acompañaba) utilizaron a lo largo de la partida, privando así a la misma de su "carácter esencial de la casualidad".

Se especula además con la posibilidad de que ambos jugadores tuvieran algún tipo de "trato" con el crupier. Ivey, según esta publicación, solicitó de forma expresa, que el repartidor fuera de origen asiático, lo que facilitó la comunicación entre éste y Sun Cheung en habla cantonesa.

Otra de las cosas que llevaron a Crockfords a sospechar, fue la espantada de Ivey una vez se dio cuenta que habían cambiado las barajas de la mesa. El americano alegó la defunción de un pariente cercano, para dar por finalizada su estancia en la ciudad, coincidiendo con esta situación.

Pero lo que es evidente, es que fue la dirección del propio casino quien autorizó a aumentar el nivel de las apuestas. En un principio, cuando Ivey estaba en racha perdedora, las apuestas rondaban las 25.000£, pero éstas llegaron a límites de 150.000£ previo visto bueno del casino.

El caso sigue abierto. Ivey interpone una demanda, mientras que las propias autoridades británicas (muy papistas, como todos ya sabemos) se plantean actuar de oficio ante este caso que tanta polvareda está levantando.

No sabemos cómo acabará la cosa, lo que sí está claro es que todavía se derramará mucha tinta antes de que se llegue a un entendimiento entre las partes. 

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